Principio 4: Reforzar la resilencia de las personas, comunidades y ecosistemas es fundamental para una agricultura sostenible
Durante varias décadas, la FAO ha estado a la vanguardia de las actividades encaminadas a promover una agricultura sostenible. Ha encabezado los esfuerzos destinados a definir conceptos y promover tratados internacionales, políticas, estrategias y programas para el desarrollo sostenible de la alimentación y la agricultura.
Durante los próximos 35 años, la agricultura hará frente a una confluencia sin precedentes de presiones, entre ellas el aumento del 30 por ciento de la población mundial, la intensificación de la competencia por unos recursos de tierra, agua y energía cada vez más escasos, y la amenaza existencial del cambio climático.
Para alimentar a una población que se estima que alcance los 9 300 millones de personas en 2050 y apoyar los cambios en los hábitos alimenticios, se estima que la producción de alimentos deberá pasar de los 8 400 millones de toneladas actuales a casi 13 500 millones de toneladas por año.
Una visión común de la Alimentación y la Agricultura Sostenibles debe abordar igualmente los aspectos sociales, económicos y ambientales para garantizar la sostenibilidad. Descuidar una de estas dimensiones compromete el logro de la sostenibilidad en las demás. Los principios que pueden orientar colectivamente el proceso de transición hacia una mayor sostenibilidad se resumen a continuación:
- Mejorar la eficacia en el uso de los recursos es crucial para la sostenibilidad de la agricultura
- La sostenibilidad requiere actividades directas para conservar, proteger y mejorar los recursos naturales
- Una agricultura que no logra proteger y mejorar los medios de vida rurales y el bienestar social es insostenible
- Reforzar la resilencia de las personas, comunidades y ecosistemas es fundamental para una agricultura sostenible
- Una alimentación y agricultura sostenibles necesitan mecanismos de gobernanza responsables y eficaces
Al colaborar con los países para desarrollar y aplicar estos principios en el conjunto de los sistemas de producción alimentaria y agrícola, la FAO prevé sistemas nacionales, regionales y mundiales que sean más sostenibles desde el punto de vista social, económico y ambiental.
Principio 4: La agricultura sostenible debe aumentar la resiliencia de las personas, las comunidades y los sistemas
- Los fenómenos meteorológicos extremos, la volatilidad de los mercados o los conflictos civiles debilitan la estabilidad de la agricultura. Las políticas, tecnologías y prácticas que generan resiliencia de los productores ante estas amenazas contribuyen también a su sostenibilidad.
- En el curso de los últimos años, varias señales han mostrado los riesgos que las perturbaciones pueden representar para las actividades agrícolas, forestales y pesqueras. La mayor variabilidad climática, asociada o no al cambio climático, repercute en los agricultores y su producción. Por otro lado, la mayor volatilidad de los precios de los alimentos repercute en los productores y los consumidores, que no disponen necesariamente de los medios para hacerle frente. En lugar de reducir estas perturbaciones, es probable que el aumento de la globalización haya favorecido su rápida transmisión a través del mundo, con consecuencias cada vez más imprevisibles sobre los sistemas de producción. Por tanto, la resilencia es crucial para la transición hacia una agricultura sostenible y ha de responder a la vez a las dimensiones naturales y humanas.
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SOURCE: FAO
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