El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó este martes un cese temporal de los bombardeos contra las FARC, principal guerrilla del país, en el marco de las negociaciones de paz para poner fin a 50 años de conflagración interna. “Para impulsar el desescalamiento del conflicto, he decidido dar la orden al ministro de Defensa y a los comandantes de las fuerzas de cesar los bombardeos sobre los campamentos de las FARC durante un mes”, dijo Santos en una alocución televisada.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), que desde noviembre de 2012 llevan adelante en Cuba diálogos de paz con el gobierno, iniciaron en diciembre pasado un histórico alto al fuego unilateral e indefinido.
Santos, que hasta ahora se había negado a decretar una tregua militar con las FARC, afirmó este martes que tomó la decisión de suspender temporalmente los ataques aéreos en respuesta a ese gesto de la guerrilla. “En cuanto al cese al fuego unilateral e indefinido que anunciaron las FARC el 18 de diciembre, hay que reconocer que lo vienen cumpliendo”, dijo.
Agregó que al cabo del mes de la suspensión de bombardeos, evaluará con los mandos militares si se mantiene la decisión. “De acuerdo con sus resultados, decidiremos si continuamos con esa medida”.
Pero aclaró que esto no implica una renuncia a los bombardeos en caso de “amenaza inminente y dijo que cualquier enfrentamiento que ocurra como resultado de los controles y patrullajes estará dentro de las reglas de juego.
Santos ordenó, sin embargo, intensificar las acciones militares contra el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), segunda guerrilla del país, con la que sostiene contactos exploratorios desde hace un año con miras a instalar una mesa de negociación paralela a la de Cuba.
“La suspensión de bombardeos a campamentos de las FARC en nada afecta las operaciones en contra del ELN. Esta organización –en lugar de entrar en sintonía con el desescalamiento y la búsqueda de la paz– ha continuado, y hasta incrementado, sus actividades delictivas”, dijo el mandatario colombiano.
Fundadas en 1964, las FARC y el ELN, con 8.000 y 2.500 combatientes respectivamente, según las autoridades, son las únicas guerrillas de extrema izquierda aún activas en Colombia, donde operan esencialmente en zonas rurales. “Yo espero, de verdad, que al ELN no lo deje el tren de la paz”, afirmó Santos.
El conflicto armado colombiano, el más antiguo de América Latina, ha involucrado a guerrillas, paramilitares, agentes del Estado y bandas narcotraficantes, y ha dejado oficialmente al menos 220.000 muertos y más de cinco millones de desplazados. (AFP)
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