La defensa del encarcelado alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, prepara este lunes una apelación en favor del opositor, acusado de conspiración con base en la declaración de un militar preso durante meses en los calabozos de los servicios de inteligencia. Con Ledezma ya están detenidos dos de los tres principales líderes radicales opositores a Nicolas Maduro, quien ha denunciado en dos años al menos una decena de planes de magnicidio y golpes de Estado y que enfrenta cruciales elecciones legislativas este año mientras su popularidad ronda apenas 20%.
La ofensiva del chavismo contra la oposición, vituperada cada día desde el gobierno, se apresta a una nueva vuelta de tuerca el martes cuando la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional intente el desafuero del diputado Julio Borges, lo que lo dejaría fuera de la carrera electoral.
Luego de 15 años de un gobierno que se define como socialista, Venezuela atraviesa una crisis marcada por la mayor inflación del mundo, un deficit fiscal desenfrenado, una cotización del dólar paralelo que supera treinta veces la cotización mas baja de las tres tasas oficiales, y una pertinaz penuria de alimentos, medicinas y productos de higiene.
Tortura:
El viernes la fiscalía imputó a Ledezma “por presuntamente incurrir en los delitos de conspiración y asociación” para delinquir y ordenó su reclusión en la prisión militar de Ramo Verde. La imputación contra Ledezma “es deleznable desde el punto de vista técnico, es extremadamente débil”, dijo a la AFP el abogado Omar Estacio, quien confirmó que el martes presentará su recurso contra una acusación que alega fue obtenida bajo tortura.
La fiscalía basó su acusacion en una declaración firmada en noviembre por el teniente coronel retirado José Arocha, cuando llevaba seis meses recluído en calabozos del servicio de inteligencia conocidos como “Las Tumbas”. “Decir tortura y reclusión en ‘Las Tumbas’ es sinónimo”, señala Estacio. Hay denuncias según las cuales “los detenidos están en un quinto sótano donde jamás ven el sol, expuestos a luces de alta intensidad las 24 horas del día, de manera que la gente pierde la noción de cuándo es de noche y cuándo es de día. Música a altos decíbeles, pésima alimentación”.
Ledezma firme:
En una carta escrita desde la prisión con fecha del domingo y enviada a los medios, Ledezma dice sentirse “más que nunca firme y dispuesto a persistir en esta lucha por la libertad”, y pide a la alianza Mesa de Unidad Democrática que discuta “la tesis constitucional de solicitar la renuncia de Maduro, porque esa vía es todo lo contrario a un golpe militarista”.
Ledezma, de 59 años, fue sacado de sus oficinas el jueves por un comando de asalto del servicio de inteligencia con armas largas, capuchas y chalecos antibalas.
Ledezma, junto con Leopoldo López y la exdiputada María Corina Machado, propugnaron el año pasado una estrategia llamada “La Salida”, que pedía la renuncia de Maduro y que el gobierno calificó de insurrecional.
Leopoldo López está detenido desde febrero de 2014, acusado de impulsar las protestas que tuvieron derivaciones violentas y dejaron 43 muertos entre febrero y mayo. Su juicio, que preveía una nueva sesión este lunes, avanza lento, con frecuentes suspensiones de audiencias.
Machado fue desaforada por la mayoría automática chavista el año pasado y es investigada pero sigue en libertad.
Tras la detención de Ledezma “hubo un fuerte rumor de que iban a allanar mi casa, pero esto finalmente no sucedió. Igual, sabemos que el hecho de que exista o no una orden de captura no significa nada, porque aquí en Venezuela se procede sin legalidad alguna”, declaró Machado.
Oficialistas van por más opositores:
Entretanto la bancada oficialista se aprestaba a intentar el desafuero del diputado opositor Julio Borges, del partido Primero Justicia del ex candidato presidencial Henrique Capriles.
A comienzos de mes el presidente de la asamblea nacional y número dos del chavismo, Diosdado Cabello, acusó también a Borges de estar involucrado en planes conspirativos.
Otros cuatro legisladores opositores –incluyendo a Machado– fueron desaforados y sometidos a procesos que o no han comenzado aún o se eternizan y los dejan al margen de la lucha por cargos de elección.
Los otros tres son Richard Mardo, María Aranguren y Juan Caldera, desaforados antes de que comenzaran las protestas opositoras de hace un año, y a quienes se les imputan delitos de legitimación de capitales.
El desafuero en noviembre de 2013 de Aranguren –disidente del oficialismo– además, permitió al chavismo recuperar los dos tercios de la cámara y aprobar superpoderes para que el presidente gobernara por decreto en temas económicos durante 2014.
La inflación, el déficit fiscal y el desabastecimiento alcanzaron niveles inéditos en ese período en el cual Maduro gobernó por decreto en estos temas denunciando una guerra económica contra Venezuela. (AFP)
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