Conocido en su etapa de futbolista por su instinto goleador, Filippo Inzaghi asusta mucho menos como entrenador: su Milan está en la mitad de la tabla, ha encadenado varios malos resultados y su puesto parece en peligro si no corrige pronto el rumbo.

Entrenador del AC Milán, Filippo Inzaghi, enero 18, 2015, en San Siro Stadium, Milan. AFP PHOTO / FILIPPO MONTEFORTE

Como Jean-Pierre Papin o Marco Van Basten, grandes goleadores del Milan reconvertidos a los banquillos, Inzaghi no termina de encontrar el camino como entrenador y el sábado tiene un examen difícil, en el campo de la Lazio (5º), que cuenta con 5 puntos más que el equipo ‘rossonero’, cuya prioridad es poder llegar al tercer lugar para clasificarse para la Liga de Campeones. del que le separan ahora 7 puntos.

Pero esa misión parece complicada después del pesimismo que rodea al equipo por las recientes derrotas en casa contra el Sassuolo y el Atalanta.

El propietario Silvio Berlusconi consideró “escandaloso perder con jugadores que cobran cinco veces menos que los nuestros” y la prensa italiana coloca a Inzaghi más fuera que dentro como no empiece pronto a ganar.

‘Pippo’ era una apuesta personal del propio Berlusconi, pese a que su única experiencia como entrenador era en los juveniles del Milan.

Hace un año, otro exjugador del equipo, el holandés Clarence Seedorf, había sido elegido para reemplazar a Massimiliano Allegri, pero la aventura tampoco tuvo final final y la historia de amor terminó en divorcio.

En busca de la frescura:

Seedorf terminó enfrentado a sectores de su propio vestuario, algo que a Inzaghi no le ha ocurrido por el momento. “El presidente es el primero en apoyarme. Saldremos de esto con trabajo”, afirmó Inzaghi al recibir un premio de un programa satírico. “Hace un mes nos decían que estábamos muy fuertes, no ha podido cambiar todo de golpe”, insiste.

La frustración instalada en el Milan pudo venir también de las altas expectativas generadas por los dirigentes del equipo, que fijaron como meta el tercer puesto para lograr la clasificación para la ‘Champions League’, un desafío alto para las posibilidades del equipo.

Todo ello sin grandes desembolsos en fichajes, lo que hace complicado que el histórico club pueda competir con Juventus, Roma o Nápoles.

“Como jugador era ya muy profesional, muy minucioso en los pequeños detalles, para estudiar a los rivales o conocer los movimientos de cada jugador”, explica sobre Inzaghi uno de sus defensas, el francés Philippe Mexès.

Pero en los últimos partidos, en los que no han acompañado los resultados, su imagen con las manos en los bolsillos y mordiéndose los labios simbolizaban la impotencia en la derrota. Contra el Atalanta perdió incluso los nervios y fue expulsado.

Inzaghi ha asumido “todas las responsabilidades” e insiste en que confía totalmente en sus jugadores.

Barbara Berlusconi, administradora delegada del Milan junto a Adriano Galliani, defiende todavía a su entrenador. “Hay un lazo especial entre mi padre y el entrenador”, explica.

Pero la prensa italiana se hace la misma pregunta: ¿resistirá ese lazo una nueva derrota del Milan? (AFP)