El logro de la paz en Colombia supondrá un beneficio para “la sociedad en su conjunto” y un reto para garantizar una desmovilización exitosa de la guerrilla de las FARC, coincidieron hoy expertos y autoridades en un foro en Bogotá.
“La consecución de la paz en Colombia (…) es un beneficio para todos los colombianos (…) no solo es un beneficio para las FARC, No. Es un beneficio para la Policía, (…) para el Ejército y es un beneficio para toda la sociedad en su conjunto”, dijo María Ofelia Navarrete, excombatiente de la guerrilla salvadoreña del FMLN.
Navarrete descartó ofrecer “recetas” para Colombia aunque dijo ver una “gran voluntad de paz” en el país, cuyo Gobierno sostiene desde noviembre de 2012 negociaciones en La Habana con las FARC, la guerrilla más antigua y numerosa del continente.
La excombatiente del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), actual partido de Gobierno en El Salvador, asistió a la “Cumbre de Expertos Internacionales: Reintegración, reconciliación y construcción de paz”, organizada por la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) y la Unidad para Atención y Reparación Integral de las Víctimas.
Este encuentro, que desarrollará entre hoy y el miércoles en Bogotá y se trasladará el jueves y viernes a la ciudad de Pasto (sur), busca que los colombianos entiendan que “no somos los únicos” en buscar la paz en Colombia, señaló el director de la ACR, Joshua Mitrotti.
El funcionario indicó que en los últimos 30 años alrededor de “30 países han pasado por este tipo de experiencias”.
Sobre el caso de Guatemala, el presidente del Consejo Económico y Social de ese país, Gustavo Porras, señaló que se debe tener “cuidado con la desmovilización de fuerzas” para evitar “vacíos de autoridad” tanto del Estado como de la guerrilla.
“La firma de la paz en Colombia y los compromisos inherentes a ella, sin que nadie se lo propusiera, dejaron una serie de vacíos de poder que fueron aprovechados por la delincuencia”, detalló Porras sobre el posconflicto en su país, aunque aclaró que “eso fue en un primer momento” y que ese escenario ha cambiado.
Para la representante en el país de ONU Mujeres, Belén Sanz, el posconflicto en Colombia requiere “de un enfoque específico y de género para la reincorporación” femenina, al recordar que las propias FARC han señalado que aproximadamente el 40 % de sus integrantes son mujeres: “En el caso de la reincorporación, ellas deben tener la posibilidad de ejercitar la política con condiciones de apoyo específico igual que los hombres y además tener modelos de formación política que permita el ejercicio de su liderazgo”.
Sanz resaltó además la importancia de que las excombatientes puedan retomar sus estudios, que puedan nivelar su educación y que eso les permita ingresar al mercado laboral.
“No queremos imaginarnos una Colombia en donde las mujeres que han dejado y han transitado de la vida guerrillera a la vida civil sean mujeres que no tengan las mismas oportunidades que el resto de las mujeres en Colombia”, subrayó.
El director de la Unidad de Víctimas, Alan Jara, aseguró por su parte que “no hay un manual de cómo terminar un conflicto”, cómo construir ese posconflicto “y cómo superar todo el dolor y las heridas sanarlas”.
“Pero a partir de lo que se ha vivido en otras latitudes y considerando las particularidades de Colombia (…) vamos a poder construir sobre experiencias ya conocidas (para) no caer en los errores que en otros lados se han podido caer”, apuntó.
Jara, quien permaneció casi ochos años secuestrado por las FARC, consideró “fundamental” la garantía de “no repetición” en el conflicto armado colombiano, que, a su juicio, es la esencia del actual proceso de paz: “Estamos en un momento histórico y que esa coyuntura el país tiene que aprovecharla”. EFE
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