“La ONU insta al Estado colombiano a reforzar las medidas de prevención, protección e investigación para garantizar el derecho a la vida y la integridad de las y los colombianos en todos los rincones del país”, indicó en un comunicado la oficina del organismo en Bogotá.

Las Naciones Unidas, que rechazaron los recientes asesinatos de los activistas y defensores de derechos humanos en el país, aseguraron que el “recrudecimiento de la violencia afecta las condiciones para una verdadera paz estable y duradera”.

AFP PHOTO / Joaquin SARMIENTO

El llamado de la ONU se da después de que la Defensoría del Pueblo (ombudsman) informara que entre el 1 de enero de 2016 hasta el 30 de junio último, han sido asesinados “311 ciudadanos colombianos que se dedicaban a ser líderes sociales y defensores de derechos humanos”. Es decir, que en este lapso de tiempo, cada tres días ha caído un dirigente.

La última víctima fue una activista de derechos humanos y dirigente de la campaña del derrotado candidato presidencial de izquierda Gustavo Petro, Ana María Cortés, quien fue asesinada la noche del miércoles en el municipio de Antioquia (noroeste).

El presidente Juan Manuel Santos condenó este jueves “de la forma más enérgica” estos episodios de violencia, que aumentaron tras el desarme y transformación en partido de la otrora guerrilla comunista FARC el año pasado. Santos, quien dejará el poder el 7 de agosto, anunció el envío de inspectores policiales y militares a algunas de las zonas donde han ocurrido los asesinatos.

Entre las zonas más afectadas por este tipo de violencia, que incluye a distintos grupos armados con distintas motivaciones, están los departamentos de Cauca (78 homicidios) y Antioquia (43).

Aunque el desarme de la exguerrilla comunista bajó la intensidad del conflicto armado colombiano, en el país aún operan los rebeldes del ELN, disidentes de las FARC, paramilitares y narcotraficantes.

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