Sólo una cuarta parte de los trabajadores del mundo tiene una relación de empleo estable, según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo.
El informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo 2015 (WESO, en inglés) muestra que, en los países de los cuales se dispone de datos (que abarcan 84 por ciento de la población activa del mundo), tres cuartas partes de los trabajadores están empleados ya sea con contratos temporales o a corto plazo, en empleos informales con frecuencia sin ningún contrato, como cuentapropistas o en empresas familiares sin remuneración.
Más de 60 por ciento de todos los trabajadores carece de cualquier tipo de contrato de trabajo; la mayoría de ellos están empleados en trabajos por cuenta propia o como trabajadores familiares auxiliares en el mundo en desarrollo. Sin embargo, aún entre los trabajadores asalariados, menos de la mitad (42 por ciento) tiene un contrato permanente.
La primera edición de este nuevo informe anual, titulado El empleo en plena mutación, muestra que si bien el trabajo remunerado y asalariado está aumentando en el mundo, aún representa sólo la mitad del empleo mundial, con grandes diferencias entre regiones. Por ejemplo, en las economías desarrolladas y en Europa Central y Sudoriental, alrededor de ocho de cada diez trabajadores están empleados, mientras que en Asia Meridional y África Subsahariana la cifra es dos de cada diez aproximadamente.
Otra tendencia actual es el incremento del trabajo a tiempo parcial, sobre todo entre las mujeres jóvenes. En la mayoría de los países con información disponible, los empleos a tiempo parcial crecieron con mayor rapidez que los empleos a tiempo completo entre 2009 y 2013.
“Estos nuevos datos indican un mundo de trabajo cada vez más diversificado. En algunos casos, las formas atípicas de empleo pueden ayudar a las personas a ingresar en el mercado laboral. Pero estas tendencias emergentes son también el reflejo de la inseguridad generalizada que afecta a muchos trabajadores en el mundo hoy día”, declaró el Director General de la OIT, Guy Ryder.
“El cambio que estamos observando, de relaciones de empleo tradicionales a un número mayor de formas de empleo atípicas, en muchos casos está relacionado con el aumento de la desigualdad y de las tasas de pobreza en muchos países”, agregó Ryder. “Además, estas tendencias amenazan con perpetuar el círculo vicioso de débil demanda mundial y lenta creación de empleo que ha caracterizado a la economía mundial y a muchos mercados laborales durante el período posterior a la crisis”.
“El camino a seguir es garantizar que las políticas tomen en cuenta la evolución de la manera en que trabajamos en la actualidad.”
Guy Ryder, Director General de la OIT.
“El camino a seguir es garantizar que las políticas tomen en cuenta la evolución de la manera en que trabajamos en la actualidad. Esto significa estimular las oportunidades de inversión para impulsar la creación de empleo y la productividad, y a la vez garantizar una seguridad de ingresos adecuada para todas los categorías de trabajadores, no sólo para los que tienen contratos estables”, señaló Ryder.
Crecientes desigualdades
La desigualdad de ingresos está aumentando o sigue siendo elevada en la mayoría de los países, una tendencia que se está agravando con el incremento de la incidencia de las formas de trabajo no permanentes, el crecimiento del desempleo y de la inactividad. La brecha salarial entre trabajadores permanentes y no permanentes ha aumentado a lo largo de la última década.
“La cuestión fundamental es concordar la regulación con un mercado laboral cada vez más diversificado.”
Raymond Torres, Director del Departamento de Investigación de la OIT.
El informe constata que a pesar de los pasos positivos que se han dado hacia la ampliación de la cobertura de pensiones, la protección social –como las prestaciones de desempleo– sigue estando disponible principalmente para los trabajadores regulares. Para los trabajadores por cuenta propia, hasta las pensiones son exiguas: en 2013, sólo 16 por ciento de esta categoría de trabajadores contribuían a un régimen de pensiones.
La regulación del trabajo es importante
De acuerdo con los autores del informe, existe un reconocimiento cada vez mayor de que la regulación del trabajo es necesaria para proteger a los trabajadores –sobre todos aquellos en trabajos atípicos– contra el trato arbitrario o injusto y para permitir que se celebren contratos entre empleadores y trabajadores.
A lo largo del tiempo, las leyes de protección del empleo se han afianzado muy gradualmente, una tendencia común en la mayoría de los países y regiones. Sin embargo, en Europa, se ha visto que la protección laboral ha disminuido de manera general a partir de 2008, cuando comenzó la crisis financiera mundial.
“La cuestión fundamental es concordar la regulación con un mercado laboral cada vez más diversificado”, declaró Raymond Torres, Director del Departamento de Investigación de la OIT y principal autor del informe. “Las regulaciones bien concebidas pueden apoyar tanto el crecimiento económico como la cohesión social”.
Las cadenas de aprovisionamiento mundiales
Por último, el informe analiza la creciente importancia de las cadenas de aprovisionamiento mundiales en la configuración de algunos de los modelos de empleo e ingresos que se observan en los mercados laborales actualmente.
Una estimación basada en unos 40 países de los cuales se dispone de datos muestra que más de uno de cada cinco empleos en el mundo está vinculado a las cadenas de aprovisionamiento mundial, es decir, empleos que contribuyen a la producción de bienes y servicios que son consumidos o terminados de procesar en otros países.
El informe considera diversas políticas que pueden apoyar a las cadenas de aprovisionamiento mundial a aportar beneficios a las empresas y a las economías así como a los trabajadores, algo que no siempre ha sido así en ciertos sectores donde abundan este tipo de actividades.
Otras tendencias y datos clave del informe
- A nivel mundial, el crecimiento del empleo se ha detenido a una tasa de alrededor de 1,4 por ciento anual desde 2011. En las economías desarrolladas y en la Unión Europea, el crecimiento del empleo desde 2008 ha registrado un promedio de 0,1 por ciento anual, frente a 0,9 por ciento entre 2000 y 2007.
- Alrededor de 73 por ciento del déficit mundial de empleos en 2014 se debió a una disminución del empleo entre las mujeres, quienes constituyen sólo alrededor del 40 por ciento de la fuerza laboral del mundo.
- El impacto directo del déficit mundial de empleos sobre la masa salarial agregada es substancial: corresponde a alrededor de 1.218 billones de dólares (millones de millones) en pérdida de salarios en el mundo. Esto equivale a alrededor de 1,2 por ciento del total de la producción anual mundial y a aproximadamente el 2 por ciento del consumo total a nivel mundial.
- Además de la reducción de la masa salarial como consecuencia del déficit de empleos, un crecimiento más lento de los salarios también ha tenido un impacto sobre la masa salarial agregada. Por ejemplo, en las economías desarrolladas y en la Unión Europea, un crecimiento más lento de los salarios durante el período de la crisis y de la post crisis corresponden a una reducción de 485.000 millones de dólares en la masa salarial agregada de la región en 2013. .
- Debido a los efectos multiplicadores de salarios, consumos y niveles de inversión más altos, colmar el déficit de empleo aportaría 3,7 billones de dólares (millones de millones) al PIB global, el equivalente a un aumento de 3,6 por ciento de la producción mundial.
- En 86 países, que abarcan 65 por ciento del empleo mundial, más de 17 por ciento de las personas empleadas, trabajaban con un contrato a tiempo parcial de menos de 30 horas por semana. El número de mujeres en empleo a tiempo parcial se situó en 24 por ciento frente a 12,4 por ciento para los hombres.
- En 40 países (que representan de dos terceras partes de la fuerza laboral), 453 millones de personas estaban empleadas en las cadenas de aprovisionamiento mundial en 2013, en comparación con 296 millones en 1995. Esto representa una proporción de 20,6 por ciento del empleo total en los países de referencia, frente a 16,4 por ciento en 1995.
- A nivel mundial, 52 por ciento de los empleados están afiliados a un régimen de pensión, frente a 16 por ciento de los trabajadores por cuenta propia.
- Cerca de 80 por ciento de los empleados con un contrato permanente contribuyen actualmente con un régimen de pensión, frente a poco más de la mitad (51 por ciento) de los empleados con contratos temporales.
Comunicaciones OIT
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