OEA elige nuevo secretario general, con excanciller uruguayo como candidato único

La Organización de Estados Americanos (OEA) realizará el miércoles una Asamblea General Extraordinaria para elegir al sucesor del chileno José Miguel Insulza como secretario general, en una instancia que tiene al excanciller uruguayo Luis Almagro como único candidato en liza.

Uno de los más antiguos bloques continentales en todo el mundo, la OEA, llega a esta elección crucial con su prestigio abollado por la gradual pérdida de protagonismo en el hemisferio, las perennes dificultades presupuestarias y la necesidad de avanzar en una esperada reforma de su estructura.

Juan Miguel Insulza

El desafío de enfrentar esas dificultades deberá recaer sobre los hombros del excanciller Almagro, un diplomático discreto y eficiente que además de ser el único candidato en disputa ya tiene el apoyo explícito de alrededor de 20 de los 34 votos que decidirán el pleito.

Los reglamentos de la OEA permiten la presentación de una candidatura hasta el inicio de la propia Asamblea General, de forma que no se descarta que pueda surgir a una alternativa a la elección de Almagro.

Sin embargo, los países que tenían interés en lanzar un nombre al ruedo ya expresaron su apoyo al hasta hace poco jefe de la diplomacia uruguaya.

Durante la sesión en que presentó sus propuestas ante el Consejo Ejecutivo de la OEA, el 18 de febrero, Almagro se presentó como un candidato que permitiría superar las evidentes diferencias en el seno de la entidad.

La táctica parece haber dado resultado: muy poco después de esa sesión, México -uno de los países de quienes se esperaba un lanzamiento de candidatura de última hora- formalizó su apoyo a Almagro.

 

-Trabajo difícil por delante-

 

Para Joy Olson, directora del grupo de reflexión Washington Office on Latina America (WOLA), Almagro “es un diplomático muy inteligente que tendrá por delante un trabajo muy difícil”.

En opinión de Olson, el principal aporte de Almagro a la OEA es la prioridad de otorgar al fortalecimiento del sistema hemisférico de Derechos Humanos. Almagro “ha probado ser un hombre de principios que tiene una visión clara” sobre la necesidad de apoyar el sistema de derechos humanos, dijo la experta a AFP.

Por su parte, Jason Marczak, del Atlantic Council, dijo a la AFP que “la OEA parece necesitar ahora un secretario general fuerte, capaz de impulsar los cambios en la institución. Creo que Almagro puede ser esa figura”.

A pesar de la crisis de credibilidad y la letargia provocada por las divisiones y la burocracia interna, “la OEA es una entidad importantísima, con un trabajo enorme de observación de elecciones y un sistema consolidado de derechos humanos”, dijo Marczak.

En este escenario, el sucesor de Insulza tendrá que recomponer el prestigio político de la OEA a nivel continental y al mismo tiempo hacer avanzar una esperada reforma para agilizar sus procesos internos con un presupuesto que está fundamentalmente en manos de Estados Unidos.

“Es evidente que hay cuestiones políticas que deberán ser tratadas, pero creo que en el fondo muchos de los problemas se resumen en una cuestión presupuestaria. Es el principal desafío”, dijo Olson, quien recordó que Washington aporta más de la mitad de los fondos para mantener a la OEA funcionando.

Marczak por su parte, señaló que la OEA llega a la elección “en una posición un poco débil”, ya que la región vio surgir bloques que ocuparon espacios dejados por la propia organización.

“Hemos visto en los últimos años el crecimiento de otros bloques regionales, como CELAC o UNASUR, que fueron impulsados para hacer cosas que la OEA hacía en el pasado”, comentó.

 

-Asignatura pendiente-

 

Otra gran asignatura pendiente que la OEA tiene es crear las condiciones para facilitar el retorno de Cuba, país que fue suspendido de la organización en 1962. Esa suspensión fue anulada por consenso en 2009, cerrando de esa forma uno de los capítulos de la Guerra Fría en el hemisferio.

En 2014, durante una cumbre de la CELAC en La Habana, todos los presidentes del continente marcaron su presencia -incluyendo al secretario general de la ONU y al propio Insulza-, en un mensaje claro a Washington: es necesario poner punto final a la política de aislamiento.

Cuba y Estados Unidos iniciaron en diciembre pasado un histórico proceso de restablecimiento de las relaciones diplomáticas, en otro gesto aplaudido por todos los países del continente.

Al defender su candidatura ante la OEA, Almagro dejó claro que pretendía impulsar el “reingreso efectivo” de Cuba.

“Para ello, considero que deberíamos encontrar la forma viable y consensual para que así suceda, y Cuba pueda enriquecer con sus aportes” a la entidad, añadió.

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