El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, urgió este lunes a Grecia a tomar “duras decisiones” para superar la crisis, mientras Alemania advirtió que se acaba el tiempo para llegar a un acuerdo entre Atenas y sus acreedores.
“Los griegos van a tener que tomar duras decisiones políticas que serán positivas para ellos a largo plazo”, afirmó el presidente estadounidense al término de una cumbre del G7, celebrada en Baviera.
Obama insistió sin embargo, en conferencia de prensa, en la necesidad de que la comunidad internacional tome en cuenta “los extraordinarios desafíos” a los que se enfrenta Grecia, país amenazado de ‘default’ o de una salida de la zona euro.
Por su lado, también tras el G7, la canciller alemana Angela Merkel advirtió que “no queda mucho tiempo” para llegar a un acuerdo entre Grecia y sus acreedores. “No nos queda mucho tiempo y, por tanto, debemos trabajar duro” dijo Merkel en la conferencia de prensa final de la cumbre. “Ahora cada día cuenta para hacer lo que queda por hacer”, añadió.
El tema griego ha sido “uno entre otros” en los debates de los jefes de Estado y de gobierno del G7, dijo Merkel, “y no ocupó mucho sitio”. Pero los no europeos en el G7 (Estados Unidos, Canadá, Japón) “se informaron” sobre la situación de las negociaciones con Atenas, admitió la canciller.
“Todos los que están en torno a la mesa desean que Grecia permanezca en la zona euro” añadió, pero el mensaje hacia Atenas es que “la solidaridad de los europeos y del Fondo Monetario Internacional (FMI) exige que Grecia adopte medidas y haga proposiciones”.
Merkel dijo que tendría ocasión de hablar de ello directamente con el primer ministro griego Alexis Tsipras, el miércoles en Bruselas, al margen de una cumbre UE-América Latina.
Una delegación griega, con dos emisarios de Tsipras, estaba el lunes en Bruselas para proseguir las conversaciones.
Por su lado, el ministro griego de Finanzas Yanis Varoufakis afirmó este lunes en Berlín que su país y la Unión Europea (UE) deben hacer su trabajo para llegar a un acuerdo que permita la entrega a Atenas de una ayuda financiera, que necesita urgentemente. “Ya es hora de que dejemos de acusarnos mutuamente, ya es hora de que hagamos nuestro trabajo (…) para conseguir un acuerdo” dijo el ministro, aludiendo a tensas declaraciones, este fin de semana, de las dos partes.
El gobierno de izquierda radical de Grecia y sus acreedores -el FMI, la UE y el Banco Central Europeo (BCE)- llevan negociando desde hace cinco meses para desbloquear los 7.200 millones de euros correspondientes al último tramo del rescate que Atenas recibió desde 2012.
Grecia, casi sin liquidez, tiene que hacer frente en el ámbito interno al pago de pensiones y salarios de funcionarios y, en el exterior, al pago al FMI de 1.600 millones de dólares antes de fin de junio.
Los acreedores piden que Grecia lleve a cabo reformas, algunas de las cuales –un alza del IVA a la electricidad o recortes a las pensiones de los más desfavorecidos, entre otras- son consideradas inaceptables para el primer ministro griego, por contrariar sus promesas electorales.
Tsipras había rechazado al viernes algunas de las exigencias de sus acreedores, calificándolas de “absurdas”.
¿Elecciones anticipadas ?:
Por su parte, el ministro griego del trabajo Panos Skourletis había asegurado el lunes por la mañana que si fracasan estas negociaciones con los acreedores, “habrá que acudir al pueblo”, es decir a elecciones anticipadas.
Interrogado sobre la posibilidad de estas elecciones anticipadas en Grecia –tras las de enero, que llevaron al poder a la izquierda radical de Syriza– el ministro dijo a la cadena de TV Mega que “si no conseguimos nada, estimo que habrá que recurrir al pueblo (…) para que muestre lo que desea”, añadió Skourletis.
Un sondeo publicado este fin de semana por la radio Parapolitika daba al, partido de izquierda radical en el poder Syriza el primer lugar (45%) superando claramente a los conservadores de Nueva Democracia (21,4%). (AFP)
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