Con sol o sombra, los muros y las ventanas de un edificio producirán la electricidad que necesita. Este sueño ecologista se ha hecho realidad en un proyecto industrial lanzado por una joven investigadora y empresaria polaca.
Pocos habían oído hablar de “la perovskita” hasta hace apenas cinco años, pero las propiedades de este material están revolucionando el acceso a la energía solar.
En nuestra opinión, las células solares (a base de) perovskita tienen el potencial de remediar la pobreza energética mundial: Mohammad Khaja Nazeeruddin, profesor del instituto de ciencias e ingeniería química de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, puntera en la investigación sobre energía fotovoltaica.
Son placas solares ligeras, flexibles, eficaces, con un nivel de transparencia y color variable, baratas, se podrían instalar en un ordenador, en un coche, dron, nave espacial o edificio, incluso en su interior. Su producción industrial está a punto de comenzar.
Estructura atómica
En los años 1830 el alemán Gustav Rose, quien investigaba en los Urales, hizo un descubrimiento al que bautizó perovskita en honor al mineralogista ruso Lev Perovski.
Al principio se la consideraba un mineral. Ahora designa una estructura atómica común en la naturaleza y de fácil obtención en laboratorio.
Hubo que esperar a 2009 y a las investigaciones del japonés Tsutomu Miyasaka, seguido por otros, para descubrir la capacidad de las perovskitas para formar células fotovoltaicas.
En 2013 la joven polaca Olga Malinkiewicz preparaba el doctorado en el Instituto de las Ciencias Moleculares (ICMol) de la Universidad de Valencia, en España, cuando creó una célula foltovoltaica colocando una capa de perovskitas por evaporación y luego usando la impresión por inyección.
“¡Fue dar en el clavo! ¡Ya no se necesitaban altas temperaturas para poner una capa fotovoltaica sobre un tipo de soporte!”. Un hallazgo recompensado con galardones.
“Fórmula mágica”
Dos empresarios polacos la animaron a crear con ellos la compañía Saule Technologies, nombre de la diosa pagana báltica que reina sobre el sol, la tierra y el cielo.
Con el tiempo, y el apoyo del multimillonario japonés Hideo Sawada, desarrollaron laboratorios ultramodernos en los que se creó “la fórmula mágica” de tinta de perovskita y están construyendo un centro de producción a escala industrial.
El gigante sueco Skanska, que ha hecho pruebas en condiciones reales en un edificio de Varsovia, acaba de firmar con Saule un contrato de explotación de esta tecnología para todos sus mercados en Europa, Estados Unidos y Canadá.
La tecnología de las perovskitas nos acerca al objetivo de edificios autosuficientes en energía. Las perovskitas dan resultado incluso en las superficies poco expuestas al sol: Adam Targowski, un alto cargo de Skanska.
Una placa estándar de aproximadamente 1,3 m2 costará 50 euros (57 dólares) y su rendimiento será equiparable al de los paneles clásicos, según las estimaciones actuales.
También se han hechos pruebas en un hotel de Japón.
Y es que según el profesor Nazeeruddin, en tan sólo unos años, la eficacia de las perovskitas “pasó de 3,8% a 23,7%”, un nivel comparable a los paneles solares de silicio.
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