Plaza de San Pedro, noviembre 1, 2015, en el Vaticano. AFP PHOTO / ALBERTO PIZZOLI
Un nuevo escándalo estalló este lunes en el Vaticano con la detención del cura español Lucio Angel Vallejo Balda, acusado de divulgar documentos confidenciales, un caso que recuerda las filtraciones que debilitaron el pontificado de Benedicto XVI.
Además de Vallejo Balda, 54 años, miembro del Opus Dei, fue detenida y sucesivamente liberada Francesca Chaouqui, experta en comunicación y redes sociales, quien fue consultora para la reforma económica y organizativa de la Santa Sede.
Vallejo Balda quedó detenido por orden del Promotor de Justicia, precisa la nota, que recalca que la divulgación de noticias y documentos reservados es “un delito según la ley IX del Estado de la Ciudad del Vaticano, del 13 de julio del 2013”.
En un comunicado, la influyente organización católica Opus Dei manifestó “su sorpresa y dolor” por la detención de Vallejo, que precisó pertenece a la “Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz’, asociación de presbíteros intrínsecamente unida” a la entidad.
Chaouqui, de 33 años, italiana de origen marroquí, fue liberada por “su colaboración en la investigación” tras prestar declaración el pasado fin de semana, añade la nota.
La joven y bella asesora del Vaticano, considerada una bomba sexy, era conocida por sus tuits polémicos y su amistad con uno de los periodistas que destapó los documentos del escándalo ‘Vatileaks’ en 2012.
La sombra del caso ‘Vatileaks’, que envenenó el pontificado de Benedicto XVI, planea otra vez en el Vaticano. En este caso no se trata de documentos robados del escritorio del pontífice sino de las cuentas del Vaticano y de personas designadas por el mismo papa Francisco para reformar las finanzas.
En efecto, los dos detenidos eran miembros de la Comisión de Estudio sobre la Organización de las Estructuras Económicas – Administrativas de la Santa Sede (COSEA). La comisión fue creada en 2013 por Francisco y disuelta antes del año.
En el comunicado, el Vaticano recuerda también el caso del exmayordomo del papa Benedicto XVI, Paolo Gabriele, condenado en 2012 a 18 meses de cárcel por robar documentos sensibles del escritorio del pontífice. AFP
Grave traición a la confianza del papa:
“Se trata de una grave traición a la confianza otorgada por el papa”, subraya la nota.
Según denuncias hechas por la prensa italiana, fueron robados datos importantes del computador del italiano Libero Milone, auditor externo, a quien el Vaticano pidió controlar sus finanzas en el marco de las reformas impulsadas por Francisco.
Milone, designado por el mismo papa Francisco en junio pasado, presentó el viernes pasado una denuncia por violación de datos informáticos, indicó el diario Il Corriere della Sera. El diario sostiene que fueron robados “documentos sobre las revisiones contables o sobre la reorganización en curso de los dicasterios (ministerios vaticanos)”.
Dos libros, con revelaciones escandalosas sobre los asuntos financieros de la Santa Sede, firmados por los periodistas Emiliano Fittipaldi de L’Espresso y de Gianluigi Nuzzi de la televisión Mediaset, van a ser publicados esta semana.
A los autores de los libros, el Vaticano anuncia en la misma nota, que examinará los aspectos jurídicos y si es el caso, penales, de dichos textos y que pedirá inclusive la colaboración “internacional” en una referencia a las autoridades italianas.
“Al igual que sucedió en el pasado, los libros que se publicarán en los próximos días son fruto de una grave traición a la confianza depositada por el papa y, por cuanto concierne a los autores, de una operación para obtener beneficios de un acto gravemente ilícito de entrega de documentación reservada”, subraya la nota.
Uno de los libros “Via Crucis”, de Nuzzi, es del mismo autor de “Su Santidad: las cartas secretas de Benedicto XVI”, con las cartas personales del pontífice robadas por su exmayordomo.
“Publicaciones de este tipo no sirven de modo alguno a aclarar ni a llegar a la verdad, sino a generar confusión y dar interpretaciones parciales y tendenciosas”, concluye el comunicado.
“Hay que evitar en absoluto que con ello se diga que se quiere ayudar la misión del papa”, concluye la nota, en referencia a la justificación del exmayordomo de Benedicto XVI, quien aseguraba que quería favorecer la imagen del pontífice alemán.
La divulgación en el 2012 de esos documentos debilitó el pontificado de Benedicto XVI, quien renunció al cargo en el 2013. AFP
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