Unidas por el trauma provocado por los atentados con un lapso de 14 años de diferencia, Nueva York y París han mostrado la misma fortaleza y determinación para superar el miedo y las lágrimas apelando al amor, la vida y la risa.
Los expertos dicen que esta es la mejor respuesta posible para hacer frente al horror.
Los psicólogos que estudiaron los efectos de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York sostienen que la mayoría de las personas, incluidas las que estuvieron directamente involucradas en los acontecimientos, logran llegar a estar bien finalmente aunque experimentan prolongados síntomas postraumáticos.
En el corto plazo, la mayoría de las personas “directamente expuestas a este tipo de eventos mostrará una considerable angustia”, dice George Bonanno, profesor de psicología clínica del Teachers College de la universidad de Columbia, en Nueva York, donde dirige un laboratorio especializado en pérdidas, traumas y emociones. “Esto significa que su respuesta al estrés está funcionando”.
Las dificultades para dormir, los estallidos de llanto, la ansiedad, sentirse mal y la sensibilidad ante algunos ruidos o recuerdos son los síntomas típicos. “La respuesta al estrés está maravillosamente adoptada y la conservamos debido a la evolución”, señala Bonanno, subrayando que esto permite que las personas se muevan a una segunda etapa de recuperación y adaptación a la nueva realidad.
El trauma normalmente se disipa en unas semanas o un par de meses. En sólo un pequeño porcentaje de personas, menos de 10%, las dificultades son más graves y se prolongan por mas tiempo.
En la mañana del 11 de septiembre de 2001 unas 2.700 personas murieron cuando grupos de secuestradores de Al Qaida impactaron dos aviones de pasajeros contra las Torres Gemelas en Manhattan, provocando la destrucción de los edificios.
Otros cientos más murieron por aviones también secuestrados que se estrellaron contra el Pentágono, en Washington, mientras una cuarta aeronave se estrelló en Pensilvania.
Unas 10.000 personas fueron diagnosticadas con trastorno por estrés postraumático (TEPT).
Sin nuevos casos psiquiátricos:
En los ataques con armas de fuego y explosivos de París, las muertes llegan a 130 y los heridos ascienden a varios centenares.
En Nueva York, quienes vivían cerca del World Trade Center, los primeros en acudir al lugar, los familiares de las víctimas y aquellos que vivían en lugares desde los que podían divisarse bien los rascacielos -incluso aunque estuvieran a bastante distancia- fueron los mayormente afectados.
“En esas personas encontramos las incidencias más altas de depresión y ansiedad tras los eventos”, explica Anne Marie Albano, directora de la Clínica de Ansiedad y Transtornos relacionados de la Universidad de Columbia.
“Probablemente lo mismo ocurrirá en París. La gente requiere información precisa y exacta y necesitan poder creer en esa información”, señala Bonanno.
Las ceremonias con flores, velas, fotografías y recordatorios “pueden ayudar mucho”, apunta por su parte Albano, porque “las personas se necesitan unas a otras”.
Volver a los cafés:
“Los niños, los adultos, deben expresarse más y hacer cualquier cosa a su alcance para reunirse con personas de su edad para sentirse parte de la solución y el proceso de sanación”, señala la psicóloga.
Los expertos también consideran que es vital retomar las actividades habituales tan pronto como sea posible. Retomar las clases de yoga, los deportes, ir de nuevo a conciertos, volver a los cafés. “Ver a los amigos que dan una sensación de seguridad”, sugiere Douglas Mennin, del Hunter College. Y limitar la sobreexposición a los medios.
¿Hay que ver inmediatamente a un terapeuta? “Absolutamente, no”, coinciden estos expertos, a menos que la persona desee ir.
Nueva York continua realizando las conmemoraciones del aniversario del 11 de septiembre, en las que se leen los nombres de las víctimas y se encienden luces en el sitio donde estaban las torres gemelas.
Pero los neoyorquinos han conseguido superar el trauma, asegura Mennin: “Las Torres Gemelas eran parte del paisaje y de nuestra identidad. Pero pudimos superarlo y hemos incorporado lo ocurrido a nuestra historia. Creo que París hará lo mismo”, añade. AFP
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