La Nobel de Paz estadounidense Jody Williams advirtió hoy en Cartagena de Indias que hay militares “que no quieren ver el fin de la guerra” en Colombia a causa de sus intereses económicos y de poder.
Williams se expresó así durante un coloquio que acogió el Hay Festival de Cartagena con el jefe negociador del Gobierno en el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Humberto de la Calle. “Hay militares que se oponen a la paz, es difícil entender para mi cómo van a llegar a trabajar juntos si sólo dicen las FARC, las FARC; porque también hay militares que están ganando en esta guerra, tenemos que fijarnos en quien gana poder, recursos, dinero, en este conflicto”, indicó.
“Ellos son las personas que no quieren ver el fin de la guerra”, agregó.
Sobre la justicia que se aplicaría tras un eventual acuerdo con las FARC, resultado del proceso de paz que se lleva a cabo en La Habana desde 2012, la activista, que ganó en 1997 el Nobel por su lucha contra las minas antipersona y munición de racimo, dejó claro que la sociedad colombiana debe poner de su parte.
Con la ironía que le caracteriza, William señaló que “una opción es poner a todos en la cárcel (guerrilleros, paramilitares, militares y narcotraficantes)”, para inmediatamente después preguntarse: “¿y quién más va andar en las calles de Colombia?”. “Es una locura creer que se puede poner a todos en la cárcel, pero la solución sería buena porque sólo quedarían las mujeres”, matizó.
Dejó claro que este conflicto no es sólo responsabilidad de la FARC, sino de todos los actores armados, incluido el Estado; por eso afirmó que “los políticos tampoco son inocentes”.
Asimismo reclamó que el acuerdo debe incluir un apartado sobre las víctimas de violencia sexual, cuando explicó que ella misma fue víctima de una violación en El Salvador. “Me violó un miembro de los escuadrones de la muerte, entrenados por mi país, Gringolandia, un país intervencionista”, manifestó ante el abarrotado Teatro Aldolfo Mejía, donde avisó que si se pacta un fin del conflicto sin ese apartado, volverá a Colombia para protestar y acompañar a las víctimas.
“Las mujeres que se portan bien no cambian el mundo”, advirtió entre las risas y la complicidad del público, para agregar: “el Nobel de Paz no me ha hecho una santa, ni ganas tengo de ser santa”. Por eso apeló a De la Calle para que los derechos de las víctimas estén en el centro de la negociación.
También fue incisiva cuando habló de las minas antipersona y recordó que Colombia está entre los tres países del mundo con más armas de este tipo sembradas en su territorio.
“Si viene una paz, las armas se van a la casa con los soldados, pero las minas se quedan en la tierra. Todas las víctimas son de la sociedad civil y las minas pueden seguir matando, molestando, rompiendo el sentido de seguridad de la comunidad hasta 70 años”, remarcó.
Propuso que incluso antes de alcanzar un acuerdo definitivo, el Gobierno y la guerrilla empiecen de forma conjunta el trabajo de desminado. “Palabras sin acciones no valen”, puntualizó Williams, quien insistió en que las dos partes “deben enseñar que son capaces de hacer algo juntos”.
“Si no pueden hacer eso, ¿cómo puede el pueblo no tener miedo?, se preguntó la Nobel de la Paz durante uno de los coloquios más esperados de este Hay Festival. (EFE)
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