Por: Alvaro Villanueva.
Del municipio de Mompós, Bolivar, llegó a Barranquilla, Atlántico, una niña aquejada por una severa anemia, cuya causa fue definida por una leucemia linfocitica aguda, enfermedad de naturaleza maligna que destruye los glóbulos rojos y compromete todas las células del organismo. Con tramos en carro, en chalupa y llegada a pie a Barranquilla, la niña de 5 años, apenas si podía moverse en brazos de su padre. Había sido remitida a un centro especializado, sin ningún apoyo ni orientación, y mucho menos una forma de transporte adecuada.
Después 8 horas de recorrido, estaba en la central de transporte de la ciudad, y se le ocurrió llamar a la Fundación Andrea y Vanessa, por recomendaciones de un familiar. Hubo que salir a buscarla y llevarla de emergencia a un centro hospitalario. Sus padres empezaron el largo recorrido de las autorizaciones para el inicio del tratamiento. Fueron recibidos en la Casa hogar Andrea y Vanessa en donde han permanecido durante más de 10 meses, junto con otros niños y sus familias en situación similar ofreciéndoles alimentación, estancia, entretenimiento, y sobretodo cariño.
Esta misma atención se viene repitiendo desde ya casi dos años, cuando se trata de suplir con estas deficiencias del sistema de salud, que no tiene en cuenta que los niños deben ser los primeros en ser atendidos, cubriendo además necesidades que en nuestro país no se consiguen si no gracias a la participación de empresas y personas, que en forma desinteresada han hecho posible que los niños no solo tengan tratamientos médicos, si no que tengan un hogar que los apoya, en las peores circunstancias de la vida.
El cáncer es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en todo el mundo, en 2012 hubo unos 14 millones de nuevos casos y 8,2 millones de muertes relacionadas con el cáncer. En Colombia cada año según el Instituto Nacional de la Salud se identifican, aproximadamente, 2.200 casos nuevos. En estos las tasas de sobrevivencia en los niños de 5 y 10 años de edad no llegan al 50 % cuando en otros países, inclusive centroamericanos, oscilan entre el 80 y 90 % según el mismo Instituto, que de diagnosticarse y tratarse temprano tendrían una mejor opción de recuperación. El cáncer maltrata a los niños, en la mayoría de los casos sin ninguna medida para prevenirlo al no conocer con exactitud qué lo produce. Sus terapias en ocasiones agresivas, cirugías radicales, quimio y radioterapia con efectos secundarias serios, con cambios severos, lo que los lleva a una calidad de vida disminuida, perdiéndola capacidad de jugar, de aprender y aún de sentirse felices y de sonreír.
El sistema de salud colombiano en la actualidad es insuficiente, ya que ofrece mayormente cantidad de servicios, no teniendo en cuenta que además de mejorar la prestación de los servicios de atención médica, debe mejorar la oportunidad en la atención, citas prolongadas, exámenes de laboratorio, estudios de imágenes, suministro ágil de medicamentos, programación de cirugías y otros procedimientos, tener en cuenta que en las poblaciones más necesitadas, los pacientes no tienen siquiera medios adecuados para transportarse, alimentarse o tener provisionalmente hogares que los apoyen y hagan disminuir las duras consecuencias de los enfermos con cáncer.
El 15 de febrero, Día Internacional del Cáncer Infantil, se precisa para la realización de una campaña global colaborativa para tomar una mayor conciencia sobre el cáncer infantil, que nos permita expresar nuestro apoyo hacia los niños y adolescentes con cáncer, los supervivientes y sus familias. Con este día se persigue que se valoren y se entiendan mejor los temas que nos lleven a enfrentar los grandes desafíos que estas personas tienen que enfrentar afectan a los niños con cáncer y los supervivientes, así como los desafíos que afrontan. También resalta la necesidad de un mejor y más equitativo acceso al tratamiento y cuidado para todos los niños con cáncer, en todo el mundo. Este día persigue que se valoren más y se entiendan mejor los temas que afectan a los niños con cáncer y los supervivientes.
Se espera que la implementación de la Ley 1388 de 2010, conocida como Ley de cáncer infantil, no se quede en letra muerta para lograr mayores éxitos en la lucha contra esta enfermedad. Es loable que el Ministerio de Salud y Protección Social definió recientemente el proceso de atención de cáncer infantil que busca eliminar las barreras que impiden o retardan el acceso a los servicios de salud para su diagnóstico y tratamiento. En el documento están definidas las responsabilidades que deben cumplir las entidades departamentales y municipales, así como las empresas prestadoras de servicios de salud, los laboratorios, el Instituto Nacional de Salud y la Superintendencia Nacional de Salud.
La caminata por una luz de esperanza para los niños con cáncer, simboliza nuestros deseos, fuerzas y solidaridad de que con todo nuestro amor las penas ocasionadas por la enfermedad serán superadas, con tu ayuda, la de la ciencia y la voluntad divina. Ayudar a un niño es volver al camino de donde vinimos y quisiéramos seguir, sanos del pecado, los malos deseos, humildad, y aceptación a lo bueno y malo de la vida. Sin embargo cuando la enfermedad llega y con ella el sufrimiento, se vuelve para estas criaturas, la vida incomprensible. Se malogra su felicidad y se terminan los juegos y las risas, aparece el dolor la debilidad y la incapacidad hasta para movilizarse. Es esto contra lo que los adultos tenemos que luchar con todas nuestras fuerzas, para no perder la esperanza de una vida, de aquel estudiante, trabajador o profesional del futuro, que posteriormente se convierta en el protector de lo que vivió.
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