Negociación de París sobre el clima pasó a la recta final

Sean Penn en Le Bourget, París, diciembre 5, 2015. AFP PHOTO / ERIC FEFERBERG

Sean Penn en Le Bourget, París, diciembre 5, 2015. AFP PHOTO / ERIC FEFERBERG


Las negociaciones del clima avanzaron este sábado con la adopción de un borrador que allana el camino hacia un posible acuerdo en París la semana próxima, capaz de evitar una catástrofe ecológica a escala planetaria.

El primer acto de las negociaciones se cerró con la entrega por los delegados de los 195 países participantes de un borrador aprobado por todos y limitado a 48 páginas.

Ya casi llegamos, hemos recorrido lo esencial del camino, nos faltan apenas unos pasos. Lanzo un llamamiento para que seamos capaces de superar los intereses de las regiones o países de nuestros niveles de desarrollo y estar a la altura del planeta, presidente francés François Hollande.

El objetivo es limitar a un máximo de 2 ºC el calentamiento del planeta con relación a la era preindustrial, a través de una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero resultantes de la actividad humana.

“Estamos dispuestos a negociar lo más rápido posible, sobre la base de este acuerdo”, declaró en Le Bourget (norte de París), la sudafricana Nozipho Mxakato-Diseko, en nombre del grupo de países en desarrollo G77+China.

El texto perdió la mitad de sus corchetes y opciones, que pasaron de 1.400 a 750. Las 48 páginas incluyen el acuerdo propiamente dicho –26 páginas- y dos anexos.

A partir del lunes, la negociación pasará a manos de los ministros, capaces de decidir los compromisos que inevitablemente necesitará el acuerdo final que contemple la variedad de intereses de los 195 países participantes.

El escollo principal sigue siendo el financiamiento de la ayuda climática a los países del Sur y la diferenciación de los esfuerzos que le corresponde hacer a cada cual para luchar contra el cambio climático. De cara a la construcción de un planeta convertido a la economía sostenible, los países del Sur empujan para que los 100.000 millones de dólares anuales de ayuda al desarrollo verde prometidos a partir de 2020 sean sólo un punto de partida.

Mensaje desde el espacio

En un conmovedor mensaje desde el espacio exterior, que incluyó impactantes imágenes que ilustraron a la vez la belleza y la fragilidad de nuestro planeta azul, astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS), exhortaron a los delegados a negociar un acuerdo que preserve la vida sobre la Tierra.

De los actores norteamericanos Sean Penn y Arnold Schwarzenegger, exgobernador de California, al millonario y exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg, pasando por el magnate chino de internet Jack Ma, decenas de personalidades expresaron su adhesión al futuro acuerdo.

“Tras los días de los sueños llegaron los días de la acción”, dijo Sean Penn, que hizo un vibrante llamado en defensa de un plan de reforestación de Haití, el país más pobre de las Américas.

Schwarzenegger opinó que para terminar de convencer a la opinión mundial es necesario “cambiar de comunicación”, evitando “deprimir a la gente” con previsiones demasiado lúgubres o alejadas en el tiempo, destacando en cambio medidas positivas como los programas aplicados en California, el sistema de iluminación de las calles de Copenhague o de un pueblo austríaco que utiliza un 100% de energías renovables.

“No hay que culpabilizar a la gente porque viaja en automóvil o en avión, aplastarla con estadísticas o asustarla, hay que motivarla”, dijo Schwarzenegger.

Atentos al “greenwashing”

La jornada del “Día de Acción” concluyó con un mensaje del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que advirtió: “el reloj del cambio climático sigue corriendo”.

Incluyó la presentación de propuestas sostenibles en materia de eficacia energética, transporte y construcción de las viviendas del futuro.

Algunas de estas “Soluciones COP21” son criticadas por activistas que cuestionan los modelos económicos de empresas participantes como Engie, Coca-Cola o Renault-Nissan.

Un grupo de ONG atribuyó por ejemplo sus premios “Pinocchio” a la petrolera Chevron, EDF, la distribuidora de Electricidad de Francia alimentada principalmente con centrales nucleares, y al banco BNP Paribas, por su “greenwashing”, es decir los esfuerzos que despliegan para presentar una imagen “verde” de sus actividades. AFP


 

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