Por: Francisco Manrique
Ante la confusión reinante que se traduce en desorientación colectiva, me pareció interesante tocar en este Post y los siguientes, temas que normalmente no se tratan pero cuyo efecto puede ser muy significativo en la manera en percibimos el mundo y su realidad. Pero también, la forma cómo influencian nuestras decisiones. Me refiero a los sesgos cognitivos, las creencias y su conexión con las emociones.
En momentos como las actuales, donde la gente se encuentra confundida, desorientada y polarizada, y cuando el impacto mental es cada día más evidente y preocupante, es muy importante estar conscientes de cómo opera nuestra mente para entendernos mejor para tomar mejores decisiones y estar alerta de nuestros comportamientos y su efecto en los demás.
Para comenzar esta serie, me pareció interesante abordar el tema de los sesgos cognitivos que nos tienden unas trampas complejas.
Los seres humanos, a pesar de su sofisticación intelectual, están sujetos a una serie de atajos mentales y patrones de pensamiento que a menudo los conducen a decisiones erróneas o juicios sesgados. Estos patrones, conocidos como sesgos cognitivos, son una parte inherente de la psicología humana y pueden influir en cómo procesamos información, tomamos decisiones y evaluamos situaciones. En este blog, exploraré algunos de los sesgos cognitivos más comunes y su impacto en nuestras vidas.
1. Sesgo de Confirmación: La Búsqueda de la Afinidad. Uno de los sesgos cognitivos más conocidos es el sesgo de confirmación. Este sesgo se manifiesta cuando tendemos a buscar, interpretar y recordar información de manera selectiva para confirmar nuestras creencias preexistentes. En lugar de considerar objetivamente todas las perspectivas, buscamos aquellas que respalden lo que ya creemos. Esto puede reforzar la polarización de opiniones y dificultar la adopción de ideas nuevas o contrapuestas.
2. Efecto de Disponibilidad: La Influencia de la Memoria Reciente. El efecto de disponibilidad se refiere a la tendencia de dar mayor importancia a la información que es fácilmente accesible en nuestra memoria. Eventos recientes o vívidos a menudo ocupan un lugar prominente en nuestras mentes, influyendo en nuestras decisiones y evaluaciones. Esto puede llevarnos a sobreestimar la probabilidad de eventos poco comunes o a subestimar riesgos potenciales.
3. Sesgo de Negatividad: Enfocándonos en lo Negativo. El sesgo de negatividad nos hace prestar más atención a las experiencias negativas que a las positivas. Esto se debe a que las emociones negativas suelen tener un impacto más fuerte en nosotros y nos ayudan a estar alerta ante posibles amenazas. Sin embargo, este sesgo puede distorsionar nuestra percepción de la realidad y hacernos pasar por alto las experiencias positivas en nuestras vidas.
4. Sesgo de Optimismo: Subestimando los Riesgos. Aunque pueda parecer paradójico después de hablar del sesgo de negatividad, también existe el sesgo de optimismo. Las personas tienden a subestimar la probabilidad de eventos negativos y sobreestimar la probabilidad de eventos positivos. Esto puede llevar a una toma de decisiones imprudente y falta de preparación para posibles dificultades.
5. Sesgo de Confirmación de Grupo: Siguiendo la Corriente. Cuando estamos rodeados de personas que comparten nuestras creencias, es fácil caer en el sesgo de confirmación de grupo. Esto se refiere a la tendencia de aceptar sin cuestionar las opiniones y decisiones del grupo al que pertenecemos. La presión social puede silenciar las voces disidentes y limitar la diversidad de pensamiento.
6. Efecto de Halo: Extrapolando una Característica a Toda una Persona. El efecto de halo se manifiesta cuando una impresión positiva o negativa de una característica específica de una persona influye en cómo percibimos sus otras cualidades. Por ejemplo, si encontramos a alguien físicamente atractivo, es más probable que también pensemos que es inteligente o amable, incluso sin evidencia directa.
7. Sesgo de Auto-Servicio: Manteniendo el Ego Intacto. El sesgo de auto-servicio nos lleva a atribuir nuestros éxitos a características internas, como nuestra habilidad o esfuerzo, mientras que culpamos a factores externos, como la mala suerte, por nuestros fracasos. Este sesgo protege nuestra autoestima, pero puede interferir con nuestra capacidad para aprender de nuestros errores.
Conclusión. Los sesgos cognitivos son como lentes coloreados a través de los cuales vemos el mundo. Aunque pueden ser útiles en ciertos contextos al permitirnos procesar información rápidamente, también nos hacen vulnerables a juicios erróneos y decisiones irracionales. Reconocer la existencia de estos sesgos es el primer paso para contrarrestar su influencia. Al mantenernos conscientes de nuestras tendencias cognitivas, podemos tomar decisiones más informadas y pensar de manera más crítica, permitiéndonos navegar con mayor éxito por las complejidades del mundo que nos rodea.
Posts relacionados:
Los niveles de aprendizaje son alarmantemente bajos
Otros instintos que distorsionan la realidad
Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora