Nairo Quintana confirmó este domingo, con su segundo puesto en la 102ª edición del Tour de Francia, que una victoria en la Grande Boucle parece una cuestión de tiempo y que Colombia tiene a un potencial ganador de la carrera por etapas más importante del calendario.
A sus 25 años, Quintana ha subido al segundo cajón del podio en París, junto al ganador Chris Froome y a su compañero en Movistar Alejandro Valverde, tercero, por segunda ocasión en otras tantas participaciones en la Grande Boucle.
Con solo 23 años, Quintana sorprendió al mundo del ciclismo al acabar segundo el Tour de 2013, precisamente por detrás de Froome, pero tenía que confirmar que es un ‘hombre-Tour’ y lo ha hecho con creces en 2015, después de que el año pasado su equipo, el Movistar español, decidiese que el Giro de Italia era lo mejor para su formación. Y acabó vistiendo de rosa en la meta final, convirtiéndose en el primer colombiano en ganar la vuelta a Italia.
Además, tal como ya hiciera en 2013, ganó el maillot blanco al mejor joven del Tour, con una gran diferencia sobre sus rivales.
Es precisamente esto lo que más confianza puede dar a los colombianos de que en los próximos años por fin podrán ver a un paisano de amarillo en París. Mucho más joven que sus actuales rivales como Froome, Alberto Contador o Vincezo Nibali, todos treinteañeros, tampoco hay en el horizonte nuevos corredores que, por el momento, puedan compararse a Quintana.
El mejor de su generación:
El italiano Fabio Aru (podio en los dos últimos Giros) y el español Mikel Landa (3º en el último Giro), ambos con la misma edad que el colombiano (25), son los más prometedores, pero de momento nunca han participado en el Tour y se desconoce cómo se habituarán a las características de la Grande Boucle.
El británico Geraint Thomas tiene ya 29 años y aún no ha demostrado que pueda aguantar una vuelta de tres semanas y los gemelos Simon y Adam Yates, de la misma nacionalidad, son aún muy jóvenes (23) y, aunque son buenos escaladores, deben mostrarse más ‘completos’ para aspirar a ganar el Tour.
Quintana puede considerarse un ‘prodigio’ del ciclismo, sobre el que se han contado muchas cosas, sobre todo de su infancia, que el propio interesado se han encargado de desmentir.
En una entrevista en el diario francés L’Equipe, mediado el Tour, el colombiano negó que procediese de una familia pobre. “Soy una persona normal, cierto que procedo de un entorno modesto, pero nunca nos faltó de nada en casa”, explicó.
El niño Nairo compaginaba el colegio con ayudar a sus padres en la tienda de frutas y verduras que poseía la familia en Bocayá. El que empezase a montar en bici porque no podía costearse el autobús escolar forma parte también de la leyenda.
“El autobús se paraba justo delante de casa. El precio del pasaje no era exhorbitante. A menudo, subíamos con mis hermanos y hermanas y el chófer sólo nos hacía pagar un billete. Pero yo prefería ir en bicicleta porque me gustaba más”, explicaba a L’Equipe.
Fábulas sobre su infancia:
Así, recorriendo a diario los 16 km que separaban su casa del colegio, con una bicicleta de acero de 12 kg de peso que compró con sus primeros ahorros, se fue forjando el cuerpo de un ciclista de elite.
Su primera ‘victoria’ fue ante un tal Juan Pistolas: “Era el referente de la región. Tenía 15 años como yo. Se pasaba el día corriendo en bici, sumando copas y medallas. Tenía una bicicleta en carbono con las ruedas que utilizaba Lance Armstrong (…) Su padre, al que le gustaba fardar, apostó a que su hijo me ganaría en una distancia de 50 km. Sólo vio mi rueda trasera y, además, no acabó”, recordó para el diario francés.
Sin haber dejado aún el instituto, dio el salto a profesionales sin pasar por la categoría amateur.
En 2010, se proclamó campeón de Colombia juvenil en contrarreloj y ganó el Tour del Porvenir. Pese a no vivir un gran 2011 por numerosas caídas, alguien había hablado ya de Quintana a Eusebio Unzué, uno de los directores más prestigiosos del ciclismo español, que no dudó en ficharlo para el Movistar.
Quintana difícilmente podrá estar en mejores manos, ya que Unzué cuenta con siete Tours en su palmarés (cinco con Miguel Indurain, uno con Pedro Delgado y otro con Óscar Pereiro).
Las condiciones parecen reunidas y el propio Quintana lo advirtió el sábado en Alpe D’Huez: “Si este año no pudo ser el sueño amarillo, trabajaremos para lograrlo el próximo año”. (AFP)
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