A sus 29 años Mohammed Fairouz, cuyas sinfonías acercan a la música clásica los elementos de la cultura árabe, apuesta en su nuevo disco “Follow, Poeta” por la poesía como un arma para desafiar el choque de culturas.
“Para hacer la guerra se tiene que deshumanizar al otro, esto es algo muy conocido. Es mucho más difícil deshumanizar a un grupo si te gusta su música y su poesía”, dijo Fairouz a la AFP mientras tomaba un té en un estudio de música en Nueva York.
Este prolífico artista neoyorquino basa mucho de su nuevo álbum “Follow, Poet”, en versos de gigantes de la literatura del siglo XX como el irlandés Seamus Heaney y el británico estadounidense W.H. Auden
Creo, dice Fairouz, que tanto la música como la poesía tienen el poder de generar mayor entendimiento si las personas se tomaran el tiempo de escuchar y reflexionar.
“Creo que hay que bajar el tono un poco porque hemos asegurado la destrucción mutua; si vamos a la guerra unos contra otros, será devastador para ambas civilizaciones y nos llevará a retroceder milenios”, dijo.
Fairouz, un estadounidense con ancestros en varias partes del mundo árabe, piensa en términos poéticos incluso cuanto trabaja sobre obras instrumentales. Dice que escribe letras que no se cantan. Con “Follow, Poet”, Fairouz se convirtió en el compositor más joven en grabar un disco completo para el sello Deutsche Grammophon, en sus 115 años de existencia.
Además de los poemas de Auden y Heaney, el álbum cuenta con un audio de John F. Kennedy, en el que se le escucha decir: “Cuando el poder corrompe, la poesía limpia”.
Un punto destacado del álbum es “Sadat”, un ballet de Fairouz acerca del asesinado presidente egipcio. El ballet, con cinco escenas sobre la vida de Anwar Sadat, incluyendo su misión de paz en Jerusalén y su asesinato, será presentada el 26 de mayo en el Carnegie Hall.
Aunque firmemente anclado en la tradición Occidental, el trabajo de Fairouz se desliza con frecuencia en el maqam arábico que subyace a la música de Medio Oriente.
El compositor, que viste ropa informal y pronuncia sus palabras con cuidado, dijo que era importante ser “una entidad cosmopolita” en un mundo cada vez más interconectado, pero que su enfoque se ha enfrentado a una violenta reacción en los círculos clásicos.
Fairouz está trabajando en dos óperas, entre ellas una sobre la exprimera ministra paquistaní Benazir Bhutto, un reflejo de su fascinación por los líderes que mueren de forma trágica.
Entre sus nuevos trabajos se encuentra “Locales”, una exploración musical de cinco ciudades: Beirut, Abu Dhabi, París, Londres y Nueva York, que será presentada el sábado con el oboísta Ian Shafer, en el Carnegie Hall.
El poder de las palabras:
Mientras Fairouz lucha por una era de mayor expresión, las tensiones internacionales se han disparado luego de la masacre de los caricaturistas de Charlie Hebdo en París.
El compositor mostró repulsión por los asesinatos. Sin embargo, dijo que cualquiera que tenga un entendimiento básico del Islam comprendería lo que significa insultar al profeta Mahoma. “No deberíamos entrar en una competencia de culturas para ver cuál ofende más a la otra”, dijo. “El debate debería producirse sobre la base de un diálogo constructivo”. (AFP)
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