Relojes que miden el ritmo cardiaco, anillos con alarma para evitar un ataque, chubasqueros con luces LED para circular por la noche y abrigos que se convierten en tiendas de campaña e incorporan auriculares son ejemplos de la alianza de moda y tecnología que facilitan una vida “online” y muy chic.
La moda inteligente se ha creado para satisfacer las necesidades cotidianas de un consumidor activo en internet, que puede ya incorporar a su armario diseños estéticos y útiles como los chubasqueros con luces LED que permiten una mayor visibilidad.
La moda y la tecnología comparten su gusto por la innovación y la experimentación; una y otra “contribuyen a mejorar y personalizar las vivencias cotidianas de las personas”, explica el director de Relaciones Corporativas de Samsung, Francisco Hortigüela, quien incide también en la importancia del “diseño”.
Ese afán por incorporar la “wearable technology” (tecnología ponible) al permeable lenguaje de la moda ha llevado al diseñador jaenés Rubén Gómez a conseguir el premio Samsung EGO Innovation Project, un reconocimiento que permitirá a su firma, Gómez, abrir la pasarela EGO de jóvenes diseñadores el 11 de febrero.
Su colección, Masdar Coats, es un juego a dos voces entre la moda y la electrónica. Las sudaderas, parkas y abrigos que ha ideado Gómez pueden convertirse en tiendas de campaña e indexan en sus tejidos ultraligeros altavoces, manos libres o iluminación LED.
“La idea es encerrar en un espacio-prenda todo lo que podemos hacer con nuestras tabletas o teléfonos, como escuchar música, hacer la compra o tener nuestra oficina en el teléfono móvil”, explica el diseñador.
Su principal inspiración hay que buscarla en la habitación del dueño y creador de Playboy, Hugh Hefner, quien disponía en su alcoba de todo lo necesario para trabajar y divertirse. “Pensé que hoy en día eso puede tenerse, pero en movimiento”, justifica Rubén Gómez.
Aunque todavía no puede adelantar muchos detalles sobre la colección y la puesta en escena que abrirán la pasarela Samsung EGO, sí ha confesado que habrá ropa de acabado deportivo, siluetas “oversize” en tejido vaquero o camisas oxford con cuello de cisne, todas ellas prendas que incorporan la tecnología en cada pespunte.
El proyecto de Rubén Gómez fusiona moda y tecnología de una forma “muy práctica”, valora Francisco Hortigüela, cuyo equipo en Samsung ha recibido 16 trabajos “de un nivel extraordinario”, como el que caracterizó la propuesta ganadora de la segunda edición de Samsung EGO Innovation Project, Pepa Salazar, quien subió a la pasarela tejidos hidrocrómicos (que cambian de color bajo el agua).
Las prendas inteligentes permiten monitorizar el ritmo de vida, conectividad perpetua y más personalización. También un deleite estético que permite a los diseños convertirse en una parte más del “show”, como aquel famoso vestido de Lady Gaga que integraba un mecanismo para hacer pompas de jabón o el diseño blanco de Katy Perry con miles de luces LED que firmó la marca inglesa CuteCircuit.
La conexión con el mundo exterior que posibilita la moda 2.0 se ha aprovechado desde el campo de la seguridad. El anillo Sireng Ring, una joya normal en apariencia, esconde en su interior una alarma antiagresores; Undercover Colors es otro ejemplo de lo lejos que pueden llegar los agentes con un simple esmalte de uñas, que en este caso cambia de color cuando detecta la presencia de drogas.
La tecnología es una extensión del hombre, teorizó el sociólogo Marshall McLuhan. Ahora, también lo es de la moda, ese vehículo de expresión cada vez más automatizado que permite a cada uno construir su propio “yo” y afrontar una nueva era en la que vivir “offline” significa perderse demasiadas cosas. (EFE)
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