Moda en Evolución

Por: Silvia Tcherassi.


Hace poco encontré un archivo de fotos de Anna Wintour en los 90’s y fue impresionante poder apreciar la transformación de la mujer más influyente y poderosa de la industria de la moda. Viendo las imágenes detenidamente hay varios puntos que quedan claros: era una mujer que tomaba riesgos, muy segura de si misma, que tenía un estilo propio y que trataba de comunicar un mensaje a través sus prendas, pero por sobre todo, era evidente que entendía que la moda debe reflejar su época, su momento. Nada de extrañar de la mujer que se estrenó como directora de la revista Vogue con una portada donde la modelo lucía un jean con un top de alta costura. Algo impensable para la época.

Esos looks de Wintour fueron el punto de partida para empezar a crear esa imagen icónica que ha inspirado libros, películas, documentales y también muchas imitadoras. Y ella entiende la responsabilidad que tiene porque sabe que un ícono de la moda puede imponer o validar una tendencia, puede darle su sello de aprobación a un diseñador (o invitar a perdonarlo, como ocurrió recientemente) y, por sobre todo, puede sacar de la oscuridad a marcas nuevas o desconocidas y disparar una carrera o acabar con otras. Y en ello radica su poder.

Ella es un perfecto ejemplo que la moda debe evolucionar en la medida que la persona también evoluciona, transforma su rol y asume nuevos retos. De esos looks de los 90 a los vestidos que usa para las galas del MET hay muchas puntadas y yardas de tela. Siempre he dicho que lo más importante es que la mujer tenga un estilo propio pero ese estilo debe reflejar los cambios, las tendencias, un nuevo estilo de vida… y por supuesto debe evolucionar al mismo ritmo de los tiempos.

Y hablando de íconos y estilo, es importante resaltar un tema que ya toqué en mi libro Elegancia sin Esfuerzo. Los íconos de la moda han logrado crear una especie de “trademarks”, elementos de estilo que se convirtieron en parte integral de su imagen y que en muchos casos eran una propuesta novedosa para su época. De haber conservado su imagen, Jackie Kennedy se vería hoy tan vigente como en los 60’s y los 70’s, pero estoy segura que si fuera la primera dama de los Estados Unidos hoy, hubiera optado por un look totalmente diferente.

Por otro lado, conozco muchas mujeres que se han quedado ancladas en los 80’s o en los 90’s. Que a pesar de tener ropa nueva, sus looks parecen sacados de las fotografías de los álbumes familiares. Y eso no se llama consistencia, más bien es desinterés. Y a ellas les digo: no saben de lo que se están perdiendo. Siempre he dicho que la moda debe ser el disfrute y no la preocupación de cada temporada… Una oportunidad para explorar, para ensayar cosas nuevas, para atrevernos y vernos siempre renovadas… Para comunicar lo que somos y lo que queremos ser.

En esta época de fin de año donde uno de los propósitos más comunes es cambiar de look, espero que este artículo sea una invitación a reflexionar y a ver la moda con otros ojos. ¡Feliz 2015!


 

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