"Se requieren políticas de desarrollo productivo, con políticas laborales, educativas y de formación que mejoren la calidad del empleo y repercutan sobre otros aspectos fundamentales, como el respecto a los derechos en el trabajo." José Manuel Salazar, Director de la OIT para América Latina y el Caribe.
Las micro y pequeñas empresas son el motor de la generación de empleo en América Latina y el Caribe, dijo la OIT, que detectó dificultades para formalizar y financiar esos emprendimientos.
“Las 10 millones de micro y pequeñas empresas que existen en América Latina y Caribe tienen importancia crítica para el futuro de la región pues generan la mayor parte del empleo”, según el reporte Pequeñas empresas, grandes brechas divulgado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Las MYPE, como las denomina la OIT, generan el 47% de los empleos de la región y, si se añaden los trabajadores por cuenta propia, suman el 75% del total. Las empresas grandes y medianas, por su parte, no alcanzan al 20%.
El reporte detecta además, dentro de la estructura productiva, 76 millones de trabajadores por cuenta propia.
Ayuda frente a la crisis:
Según el director de la OIT para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar, las MYPE, en las últimas décadas, han permitido reducir la desigualdad y la pobreza y han caminado en la dirección correcta.
Sin embargo, en un contexto de desaceleración económica global, que ya está golpeando a las economías emergentes de la región, es necesario redoblar esfuerzos para afianzar este sector.
“Es más importante que nunca políticas para fortalecerlas. ¿De dónde va a venir el crecimiento y los nuevos empleos? Muchos van a tener que venir de este segmento. Tenemos que lograr no sólo que se mantengan sino que crezcan”, sostuvo. Además agregó que es “aquí donde están parte de los motores de crecimiento. No sólo de la inversión extranjera. Lo que falta es diversificación económica, y gran parte de la diversificación, la energía empresarial de América Latina, está en las MYPE”.
Obstáculos:
Sin embargo, pese a generar empleo, en las MYPE de la región predominan unidades de baja productividad, que concentran una proporción elevada del empleo (80%), lo que significa una enorme brecha frente a empresas medianas.
También es evidente la informalidad laboral: del total de ocupados en la región, la tasa de informalidad promedio es de 46,8%. Incluso, en el caso de las empresas de 1 a 10 trabajadores, la tasa de informalidad del empleo es de 58,6%.
Las brechas también se manifiestan en la protección social. sólo el 13% de los trabajadores por cuenta propia cotiza un seguro de salud, cifra que sube a 32% en la microempresa. Los principales obstáculos son el acceso al financiamiento, la competencia del sector informal, sistema tributario (complejo), fuerza de trabajo con educación inadecuada y robos.
El informe recomienda crear un entorno más propicio para las empresas sostenibles, que engrose el segmento de empresas de tamaño mediano, generando “un cambio estructural que América Latina y el Caribe necesita para elevar su productividad, crear más y mejores empleos y reducir la desigualdad”.
De acuerdo con la OIT, es necesario remover reglamentaciones demasiado complejas, aumentar el acceso al financiamiento, apoyar su formalización, además de establecer conglomerados, redes, conexiones a plataformas tecnológicas y promover las cadenas de valor y el desarrollo económico local”, agregó el informe. AFP, OIT
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