Un centenar de premios Nobel, entre ellos unos cuarenta de Medicina, pidieron a los gobiernos del mundo desestimar la campaña de Greenpeace contra los OGM y especialmente contra el arroz dorado.
En una carta abierta publicada este jueves, los premio Nobel piden a Greenpeace y sus partidarios “reconocer los resultados de los organismos científicos competentes y de las agencias reglamentarias, y abandonar su campaña contra los organismos genéticamente modificados, OGM, en general y el arroz dorado en particular”, escriben los firmantes de la carta, que representan más de un tercio de galardonados vivos.
En su misiva también dirigida a la ONU, llaman a los gobiernos del mundo entero “a desestimar la campaña de Greenpeace” y hacer “todo lo posible” para “acelerar el acceso de los agricultores a todas las herramientas de la biología moderna”.
Publicada en el sitio Support Precisión Agriculture, la carta está en particular firmada por muchos premio Nobel de Medicina, pero también de Química y Física. Entre los más conocidos figura el británico James Watson, que descubrió la estructura del ADN.
Los firmantes destacan que “todas las agencias científicas y reglamentarias en el mundo establecieron de manera reiterada y coherente que las culturas y los alimentos mejorados gracias a las biotecnologías son igualmente seguros -sino más- que aquellos procedentes de otros métodos de producción”.
Greenpeace ha sido, aseguran “la punta de lanza de la oposición” contra el arroz dorado enriquecido con vitamina A que “tiene el potencial de reducir o eliminar la mayoría de las muertes y enfermedades” causadas por una carencia en vitamina A que padecen 250 millones de personas en el mundo, y especialmente el 40% de los niños menores de 5 años en los países en desarrollo. “La oposición basada en la emoción y el dogma, desmentida por los hechos, debe detenerse”, concluyen.
Desde Manila, Greenpeace rechazó las acusaciones sobre el arroz dorado, al destacar que según el Instituto internacional de investigación sobre el arroz, su eficacia a la hora de combatir la carencia en vitamina A “no ha sido demostrada”.
“Las empresas presionan sobre el arroz dorado para abrir la puerta a una aprobación global de otras culturas genéticamente modificadas más rentables”, agrega la organización ecologista, según la cual “la única solución garantida” para resolver el problema de la malnutrición es “una alimentación sana diversificada”. AFP
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