La traducción y revisión de los cuentos les llevó más de tres meses a los lingüistas peruanos Sócrates Zuzunaga (escritor con varias obras en quechua) y Georgina Maldonado.
Los premios Nobel Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, junto a escritores latinos, acuden a la cruzada para salvar al quechua del olvido: sus obras fueron traducidas al idioma de los incas y se difundirán en diciembre en los pueblos andinos de Perú.
En este país, unos 3,6 millones de personas, de un total de 30 millones, aún hablan el quechua, en especial en regiones a lo largo de la cordillera de los Andes. Su uso también se extiende en Bolivia y minoritariamente a poblaciones de Ecuador y el norte de Chile que formaron parte del imperio inca, que se extendió del siglo XV al XVI.
“Con estas traducciones buscamos revalorizar el idioma quechua, fortalecerlo para que los quechuahablantes de las regiones andinas se reencuentren con su escritura”, dijo Luis Nieto, asesor de la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco (DDCC) del ministerio de Cultura.
La colección reúne obras del peruano Vargas Llosa, del colombiano García Márquez, el argentino Adolfo Bioy Casares, el uruguayo Juan Carlos Onetti y la brasileña Clarice Lispector.
En 2009, la Unesco incluyó el quechua entre las 2.500 lenguas amenazadas en el mundo en su Atlas internacional de lenguas en peligro de desaparición.
Intercesión de Carmen Balcells:
La idea de la traducción de las obras literarias nació en abril de 2014 en alianza con la editorial peruana Estruendomudo, luego de realizarse los contactos con Carmen Balcells, la agente literaria del boom latinoamericano que falleció el pasado 20 de septiembre.
Después de unos meses, el ministerio de Cultura consiguió los derechos de algunos cuentos que vieron su primera traducción al quechua.
Los cuentos fueron rebautizados así: Machu wiraquchataq raprasapataq (Un señor muy viejo con unas alas enormes), de García Márquez; Qanchu ñuqachu wañusunchis (El desafío) de Vargas Llosa; Qhalilla sumaqlla Bob (Bienvenido Bob), de Onetti; Paulinapa yuyayninpi (En memoria de Paulina), de Casares y Kañakuymantaqa chayqa allichkanmi (Mejor que arder), de Lispector.
La traducción y revisión de los cuentos les llevó más de tres meses a los lingüistas peruanos Sócrates Zuzunaga (escritor con varias obras en quechua) y Georgina Maldonado. “Fue un poco complicado traducir al quechua porque es un idioma trunco (los incas no tuvieron escritura alfabética) y a la vez tiene múltiples acepciones. Es un idioma muy rico en frases poéticas y resonancia. Demoramos de 15 a 20 días en la traducción de cada cuento, luego seguía la revisión”, dijo Zuzunaga.
Enseñar el quechua:
Cada libro tendrá de 50 a 110 páginas en edición bilingüe (quechua y castellano), con un tiraje de 5.000 ejemplares por obra. Se entregarán a través de un diario de circulación regional que cubra el sur andino quechuahablante, con un precio simbólico. Otra parte se distribuirá gratuitamente en las escuelas interculturales bilingües del Cusco.
“Los jóvenes en el Cusco como en otras regiones del país no quieren hablar quechua. Lamentablemente, en la sociedad peruana (esta lengua) está asociada al racismo y la exclusión social; los jóvenes sienten que por hablar su idioma son ninguneados”, dijo Nieto.
En la tarea de revitalizar el quechua está también Renata Flores, una niña ayacuchana que remeció YouTube con más de un millón de visitas cantando en quechua “The way you make me feel” (“Chaynatam ruwanki cuyanaita”), del fallecido Michael Jackson.
La actriz peruana Magaly Solier también es una impulsora de esa lengua, mientras que el profesor Demetrio Túpac Yupanqui ha traducido “Don Quijote de la Mancha” al idioma de los incas.
Por su parte, el congresista Hugo Carrillo ha reunido unas 35.000 firmas de las 60.000 que se necesitan para presentar en el Congreso un proyecto de ley que busca hacer obligatoria la enseñanza del quechua. “De los 130 congresistas, unos 40 son quechuahablantes en el Parlamento y vamos a apelar a ellos para que el proyecto de ley sea aprobado”, dijo Carrillo.
En 1975, Juan Velasco, un dictador nacionalista, intentó impulsar el quechua en los programas escolares. No tuvo éxito, pero logró instituirlo como idioma oficial. AFP
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