El español Manolo Blahnik, creador de los zapatos de tacón más famosos del mundo, se convirtió hoy en el primer diseñador de calzado en lograr el premio del Consejo de Diseñadores de Nueva York en una ceremonia en la que le acompañaron Carolina Herrera, Anna Wintour, Uma Thurman y Alec Baldwin.
“El mundo está cambiando, las estructuras sociales son diferentes, pero los gustos son los mismos y una mujer siempre se sentirá elevada en su tacón. Cambiará de posición, hará un gesto teatral que siempre va a funcionar”, aseguró a la prensa Blahnik, nacido en Santa Cruz de la Palma (islas Canarias) hace 72 años.
Sus famosos “stilettos”, conocidos simplemente como “manolos”, fueron descritos por Madonna como similares al sexo, fueron popularizados por Sarah Jessica Parker en “Sex and the City” y hoy taconearon en el Lincoln Center de Nueva York en los pies de las selectas invitadas que poblaron el que es el que es considerado el arranque no oficial de la Semana de la Moda de Nueva York.
“Es el único hombre que me ha acompañado, literalmente, en cada paso de mi camino”, bromeó Uma Thurman antes de hacerle entrega del galardón. Y desde el Instituto de Tecnología y Moda lo definieron como “el primer diseñador de zapatos que se convirtió en una superestrella”.
Sin embargo, Blahnkik, aunque fue presentado por la Consejería de Turismo de España en Nueva York como un embajador del lujo ibérico, mostró en la gala una cara humilde y tímida aun dentro de sus formas encantadoras. Una faz más cercana a la de un artesano inmerso en su universo personal que a la del mago del calzado que en realidad es.
“Estoy un poco nervioso. Estas ocasiones son aterrorizantes. No tengo percepción del éxito. Cada vez que veo a tanta prensa alrededor me parece una fantasía, nunca me acostumbro a ello”, dijo antes de un discurso en el que dio gracias hasta seis veces y piropeó a la ciudad de Nueva York, pero hizo mutis por el foro en cuanto pudo.
Blahnik sostuvo que también le gusta “el zapato bajo” y que no cree en las temporadas (“no existen para mí las estaciones, hoy en día uno puede llevar sandalias en invierno en Siberia”), y reconoció que acusa el cambio del modelo de negocio en el mundo de la moda.
Cuando él empezó y fue descubierto por la entonces editora de Vogue Diana Vreeland en los años 70 “la gente hacía lo que amaba y creían en ello. Ahora siempre hay alguien detrás empujándote para que hagas dinero”, resumió.
“Yo soy como una especie de animal prehistórico. Trabajo de la mejor manera que sé”, añadió.
Quizá por eso se ha rodeado fundamentalmente de familia para llevar el negocio. “Tengo la suerte de tener una hermana (Evangelina Blahnik) que es mi ancla. Después tengo a mi sobrina (Kristina Blahnik) que es joven. Tiene 40 años y se entiende más con las nuevas tecnologías”, asegura.
Blahnik, pese a que le colman de reconocimientos a toda su carrera no quiere pensar en la jubilación. “No me gustan ni siquiera las vacaciones, no me gusta tomarme descansos. Me encanta trabajar”, afirmó.
Y en su inquietud como creador, además de descubrir la fórmula perfecta para encontrar la comodidad en el tacón de aguja, ahora regresa a un campo con el que empezó pero que abandonó por aburrimiento: el del calzado masculino. “Las aspiraciones de los hombres son menos interesantes que las de las mujeres, a las que yo adoro. Las cosas están cambiando un poquito, pero los hombres siempre son más convencionales”, explicó.
Aunque por sus venas corre sangre checa, vive en Londres y su fama ha traspasado todas las fronteras, si tiene que elegir una mujer, sigue apostando por la de su país de origen.
“Me encantan las mujeres españolas y mediterráneas, son mi debilidad. No debería decirlo, pero es así”, aseguró.
Manolo Blahnik también acaba de publicar, en una edición de lujo, una especie de memorias visuales muy peculiares. “No reflexiono nada en ellas. Lo que me acuerdo lo pongo. Y así se ve, un poco caótico pero es la manera en que funciona mi cabeza”, dice.
Blahnik recibió en España el Premio Nacional de Moda en 2012 y con el reconocimiento del Consejo de Diseñadores de Nueva York se suma a una lista de la que forman pare mitos de la moda como Carolina Herrera u Oscar de la Renta. (EFE)
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