El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este viernes el cierre de un segundo sector de la frontera con Colombia en el estado Táchira, en una nueva escalada en el conflicto entre ambos gobiernos el día después de que llamaran a consultas a sus embajadores.
“Para limpiar de paramilitarismo, de criminalidad, de bachaquerismo (contrabando), de secuestros, de narcotráfico, he decidido cerrar la frontera de la zona número 2 en el estado Táchira”, dijo en un multitudinario acto público en Caracas, al aludir a varios municipios en el norte de los Andes.
En un encendido discurso, Maduro explicó que el cierre, que afecta a los municipios de Ayacucho, Lobatera, Panamericano y García de Hevia, entrará en vigor a partir de las cinco de la mañana (09H30 GMT) del sábado y movilizará “3.000 hombres para buscar paramilitares hasta debajo de las piedras”.
Se trata del segundo sector fronterizo de este estado que decide cerrar, después de que la semana pasada anunciara el cierre de una primera zona compuesta por seis municipios, decretara el estado de excepción y deportara a más de un millar de los cinco millones de colombianos que viven en territorio venezolano con el argumento de que la frontera está tomada por paramilitares colombianos.
Las cancilleres Delcy Rodríguez (Venezuela) y María Angela Holguín (Colombia) se reunieron el pasado miércoles en Cartagena, en el Caribe colombiano, pero los gobiernos de Caracas y Bogotá subieron el tono de la crisis el jueves al llamar a consultas a sus respectivos embajadores.
Maduro, sin embargo, instó también el viernes a su homólogo colombiano Juan Manuel Santos a reunirse para buscar soluciones al conflicto entre ambos países. “Estoy dispuesto a reunirme con el presidente Santos a hablar sobre estos temas cuando quiera, donde quiera y como quiera (…) Acomodemos nuestras agendas. Llegó la hora de vernos las caras usted y yo y resolver este asunto”, aseguró Maduro ante miles de seguidores congregados en el Palacio de Miraflores para manifestarle su apoyo.
Organismos internacionales:
Horas antes, Santos pidió tratar con dignidad a sus compatriotas deportados y solicitó reuniones extraordinarias de cancilleres en el marco de organismos regionales para “dar a conocer a ellos y al mundo lo que está sucediendo, la verdad”.
La Organización de Estados Americanos (OEA) ya anunció que discutirá el lunes el tema durante una sesión del Consejo Permanente, en tanto que la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur) tratará el asunto el próximo jueves.
Maduro, que viaja el sábado a China y Vietnam en busca de apoyo financiero, aseguró que propondrá al bloque sudamericano la creación de “una comision suramericana de la verdad que venga a ver la situación fronteriza con Colombia, que venga a ver la situación del narcotráfico, del paramilitarismo, de la guerra económica”.
La canciller colombiana María Angela Holguín había pedido que representantes de la Unasur visiten la zona cerrada de la frontera para constatar los abusos sufridos por sus comptariotas.
En un comunicado emitido el viernes, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió a ambos gobiernos que aborden la situación “a través de un diálago bilateral constructivo”.
Un representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Colombia, Hans Hartmark, dijo a su vez a la AFP que entre los centenares de colombianos damnificados, hay refugiados y solicitantes de asilo que según normas internacionales deben ser protegidos.
Desde La Habana, donde sostienen negociaciones con el gobierno de Santos, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), llamaron a “respetar la soberanía” de Venezuela, país acompañante de los diálogos de paz.
Sigue el éxodo:
Mientras tanto, en la limítrofe ciudad de Cúcuta, epicentro de la crisis, continuaba el éxodo de colombianos regresando a su país a través del río Táchira.
Más de un millar de colombianos han sido deportados en los últimos días de Venezuela, y otros 5.000 a 6.000 según estimaciones del gobierno han escapado del vecino país por temor a ser separados de sus familiares y expulsados sin sus pertenencias.
El mandatario venezolano adoptó esas medidas en la frontera días después de un ataque a balazos de desconocidos que dejó a tres militares y un civil venezolanos heridos cuando realizaban una operación contra el contrabando.
Maduro sostiene que en el lucrativo contrabando en la zona limítrofe están implicados paramilitares que aliados con la “derecha” local buscan desestabilizar su gobierno.
Colombia y Venezuela comparten una porosa frontera de 2.219 km, donde las autoridades de ambos países denuncian la presencia de grupos guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y contrabandistas de combustible y otros productos fuertemente subsidiados por el gobierno venezolano. (AFP)
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