"Significa que tú debes tomar una elección como consumidor sobre lo que será no solamente lo mejor para ti sino para el planeta".
La Tierra es un paciente en franco deterioro y dependerá paradójicamente de los humanos, los causantes de su enfermedad, que mejore o se encarrile a un estado terminal.
Expertos del mundo diagnosticaron al planeta de un mal “crítico” que necesitará de más que antibióticos: casi la mitad de la población está afectada por la degradación de los suelos, lo que amenaza la producción de alimentos, la calidad del agua y provocará migraciones masivas.
El futuro está en riesgo:
Pero los científicos de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), el organismo independiente que reúne a 129 Estados y realizó el documento, también propusieron una ruta de acción para los gobiernos, el sector privado y los ciudadanos.
A continuación algunos “remedios” para el planeta:
1. Restauración:
Restaurar no significa necesariamente devolver la tierra a su estado natural, pero sí mejorar su condición actual, explican los especialistas.
Los beneficios de restaurar la tierra deteriorada son diez veces más altos que los costos de la degradación, que en 2010 representaban el 10% del PIB global, apunta el documento.
En África o Asia, el costo de la inacción es al menos tres veces más alto que el de actuar.
Las medidas van desde inundar los humedales secos hasta detener la contaminación en su origen.
En zonas urbanas, el informe propone replantar especies nativas, hacer parques, rehabilitar la tierra contaminada, tratar y reutilizar aguas residuales, y restaurar los cauces fluviales.
2. Agricultura:
Como uno de los grandes usurpadores del territorio natural, la agricultura tiene mucho por hacer.
Incluso los cambios simples pueden marcar una gran diferencia, afirmó Robert Scholes, codirector del informe, el primero sobre la salud global de los suelos.
El arado, por ejemplo, deja la tierra vulnerable a la erosión y libera carbono que estaba encerrado. Estas emisiones son las principales causantes del calentamiento global.
“La frecuencia del arado, y la forma de hacerlo, sea en la pendiente o abajo de una colina o en el contorno, marca una gran diferencia en la cantidad de suelo que se pierde. El arado frecuente y el arado que varía ligeramente en el uso de las herramientas pueden hacer una diferencia enorme en la construcción de la materia orgánica en el suelo, en lugar de degradarlo”, dijo Scholes.
Para el director de IPBES, Robert Watson, “tenemos que aprender a usar apropiadamente los fertilizantes, pesticidas y el agua (…) darles a los cultivos (solo) la cantidad exacta”.
3. Etiquetado:
El informe de IPBES aboga por reducir el consumo.
Debe empezar con un entendimiento del empresariado del impacto que sus proveedores generan en la naturaleza, conocer la procedencia de los productos que comercializan y cómo fueron elaborados.
“El etiquetado de los alimentos es muy importante. Si desde la etiqueta de tu alimento sabes que proviene de cierta área en la que el sistema de producción está teniendo un fuerte impacto en la tierra, uno muy negativo, quizás escojas comprar otro”, afirmó Luca Montanarella, codirector del estudio.
Esta decisión, por supuesto, puede implicar que el producto cueste más.
“Significa que tú debes tomar una elección como consumidor sobre lo que será no solamente lo mejor para ti sino para el planeta”.
4. Incentivos:
IPBES recomienda remplazar los “incentivos perversos” que promueven la degradación de los suelos por unos que premien el manejo sostenible de la tierra.
Un ejemplo es el subsidio de fertilizantes.
“Si cuesta muy poco comprarlos, por supuesto que los agricultores tendrán una sobreproducción”, indicó Scholes. El exceso de fertilizantes conduce al escurrimientos en los ríos.
Los subsidios agrícolas, además, deberían abordarse de forma tal que no se produzca demás a costa de la naturaleza, reza el texto.
“Los subsidios agrícolas deben tender a empujar a los agricultores a las zonas más marginales (…) Para que siembren en lugares donde es riesgoso, pero que al ser subsidiados valga la pena arriesgarse”, explicó Scholes.
5. Políticas públicas:
El informe destaca la importancia de que los gobiernos incluyan la protección ambiental en todos los sectores -especialmente en el económico, energético e infraestructura- y no solo en el agrícola y medioambiental.
“Lo más importante que pueden hacer los gobiernos a nivel nacional e internacional es dejar de tratar esto como una estrecha cuestión sectorial”, aseveró Scholes.
Los especialistas resaltan la importancia de la toma decisiones reales y de voluntad política en foros y cumbres globales.
También el cumplimiento del Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los Aichi, entre otros.
6. Indígenas y comunidades:
Los indígenas y las comunidades locales “juegan roles clave en el diseño, implementación y evaluación de las prácticas sostenibles de administración del suelo”, según el reporte.
Su fortaleza recae “en el conocimiento como tenedores de tierra”, afirmó Watson.
Un estudio de la ONG World Resources Institute (WRI), revelado en octubre de 2016, sostiene que los territorios indígenas con tenencia asegurada pueden reducir la deforestación y absorber el carbono.
“Las comunidades indígenas y locales tienen una larga historia en el uso razonable de los recursos naturales, así como en la adaptación al cambio climático de forma integral y sustentable”, explicó Naoko Ishii, director ejecutivo y presidente del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF).
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