Los que le dicen “No” al acuerdo de paz con las FARC en Colombia

Everth Bustamante perteneció al grupo insurgente de izquierda Movimiento 19 de Abril, M-19, en 2014 fue electo senador por el derechista Centro Democrático liderado por el expresidente Álvaro Uribe y ahora es uno de los opositores a los acuerdos de paz con las FARC.

Considerado el “canciller” del M-19, desmovilizado en 1990, Bustamante es uno de los abanderados del “No” a lo pactado entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) por considerar que el presidente Juan Manuel Santos “le entregó demasiadas cosas” a la guerrilla.


Archivo. Septiembre 22, 2016. / AFP PHOTO / Luis Acosta

Archivo. FARC, Septiembre 22, 2016. / AFP PHOTO / Luis Acosta


El acuerdo “está mal concebido, tanto la parte económica, jurídica y política tienen serios reparos”, dijo este abogado de 68 años, quien entre 1985 y 1990 manejó las relaciones internacionales de la organización guerrillera.

Entre sus cuestionamientos está, principalmente, que considera laxos los castigos a los responsables de delitos atroces; exige que el resarcimiento a las víctimas se haga con dineros de las FARC provenientes del narcotráfico y no públicos, y critica la participación en política de exguerrilleros acusados de cometer crímenes de lesa humanidad.

Según el acuerdo de paz, quienes confiesen crímenes atroces ante un tribunal especial podrán evitar la cárcel y recibir penas alternativas. Si no lo hacen, y son declarados culpables, serán condenados a penas de ocho a 20 años de prisión. Los acusados de delitos políticos como rebelión serán amnistiados.

Los rebeldes tendrán garantizada una representación mínima en el Congreso de cinco senadores y cinco representantes a la Cámara durante dos periodos legislativos, cada uno de cuatro años, aunque deberán participar en las elecciones, donde incluso podrán obtener más curules.

“Yo personalmente estoy de acuerdo con que los miembros de las FARC participen en política”, afirmó, pero aclaró que “no puede haber impunidad” con quienes tengan responsabilidad en delitos de lesa humanidad, como violaciones sexuales, tortura y secuestro.

Pone como ejemplo el proceso de paz de su organización, en el que en 1991 salieron a la rueda política sin puestos asegurados y obtuvieron nueve senadores y 14 representantes.

“A nosotros nadie nos amnistió delitos de lesa humanidad, nadie, nos sometimos a los tribunales”, sostuvo Bustamante, amnistiado por rebelión y senador por la Alianza Democrática M-19 entre 1991 y 1994.

Por todo ello, votará “No” en el plebiscito del 2 de octubre en el que los colombianos aprobarán o rechazarán lo negociado en Cuba desde 2012.

Según encuestas publicadas en las tres últimas semanas, entre 28% y 38% de los votantes optará por el “No”.

“Verdad no es reemplazo de justicia”

Como Bustamante, son entonces miles los colombianos que rechazan el contenido de las 297 páginas de lo pactado entre el gobierno y las FARC para poner fin a un conflicto armado de más de medio siglo.

En cabeza de ellos están los expresidentes Álvaro Uribe (2002-2010) y Andrés Pastrana (1998-2002), que consideran que la negociación es una “entrega” del país al “terrorismo” y lo que ellos llaman el “castrochavismo” (por el líder cubano Fidel Castro y el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez) algo tajantemente negado por el gobierno, que recalca que en La Habana no se negoció el sistema político o económico.

También hay entre los opositores al acuerdo actores, cantantes, modelos, humoristas y futbolistas, además de gente del común.

Diego Henao, un realizador audiovisual de 29 años, rechazará el pacto en las urnas por la “carencia de justicia punitiva” contra los insurgentes.

“No considero que la justicia sea venganza. La pena tiene que corresponder con la falta, decir la verdad no es reemplazo de justicia”, afirmó Henao, algunos de cuyos familiares fueron secuestrados por las FARC.

Este bogotano se sentiría satisfecho con un tratado que no permita “elegibilidad” política a los amnistiados. “Si existe elegibilidad tiene que existir una pena reducida, si se quiere en centros agrícolas”, aseveró.

“Esa es la obligación de quienes son responsables dentro de las FARC de delitos de lesa humanidad”, agregó por su lado Bustamante, que sin embargo reconoce que en un acuerdo de paz no se puede aspirar a “un modelo perfecto”.

El hoy senador, que niega ser de derecha, no se arrepiente de su vida guerrillera, porque cree que en su momento “le enseñó mucho al país”. Consideró, en cambio, que las FARC “no tienen apoyo popular”.

“La gente está cansada de la violencia y seguramente puede haber un respaldo mayoritario por el Sí” en el plebiscito “y eso debe obligar a una reflexión”, dijo. AFP


 

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