Por: Carlos Javier Velásquez.
En este país pasan unas cosas que no pasa en ningún otro lado: al que obra bien terminan castigándolo, en cambio, al que obra mal de manera ininterrumpida, reiterada, consistente y pública; va por la vida como Pedro por su casa.
¿Saben de la suerte de los policías que participaron en el sonado Caso Merlano?. Hagamos un poco de memoria:
Eduardo Carlos Merlano Morales, fue Senador por el Partido de la U, desde julio hasta octubre de 2012, cuando la Procuraduría General de la Nación lo destituyó de su cargo e inhabilitó por diez años, debido a un escándalo por conducir en estado de ebriedad. Más adelante, el Consejo de Estado le declaró la muerte política al quitarle su investidura, es decir, no podrá volver a ser Parlamentario.
En mayo de 2012, el Ex Senador sincelejano fue requerido por oficiales de la Policía que le solicitaron una prueba de alcoholemia, a la cual éste se rehusó argumentando su status de Senador. El operativo fue filmado por los efectivos policiales quienes entregaron las grabaciones a los medios de comunicación. La polémica fue avivada cuando el comandante de la Policía de Barranquilla de ese entonces, General Oscar Pérez, justificó el malestar del Ex Senador, señalando que éstos debían respetar las jerarquías y no meterse con un ciudadano de la “jerarquía” de un Senador. El argumento del Comandante fue que, en ese entonces, las pruebas de alcoholemia no eran obligatorias.
Obviamente, lo anterior causó la indignación generalizada de la sociedad, lo cual llevó, como ya se dijo, a la destitución del señor Merlano y, por supuesto, a la renuncia del Comandante de la Policía de Barranquilla. Allí, entonces, comenzó el calvario para quienes su único pecado fue haber cumplido con su deber.
A los policías que participaron en el operativo les tocó renunciar como consecuencia de las amenazas, matoneo, insultos, saboteos, vejámenes y acoso laboral, que sufrieron día a día. Sin embargo, apenas esta semana, después de otro gran despliegue en los medios de comunicación, la alta comandancia da la Policía les aceptó la renuncia, tras dos intentos fallidos.
Mucho se especula sobre quienes orquestaron la persecución en contra de este par de ex servidores, por una lado, se habla del ex Senador Merlano, quien pudo haber movido las relaciones que le quedaban para dirigir esa acción, y, por otro, al ex Comandante de la Policía en Barranquilla, Oscar Pérez, quien posiblemente conminó a sus otrora subalternos, para vengar la salida poco decorosa que le acarreó la situación.
Lo cierto es que este es el ejemplo del país al revés: a quien cumple con su deber lo castigan, mientras los infractores van campantes por la vida, incluso, en muchos casos, son redimidos como héroes o víctimas; sino miren al amigo Pretel.
Por eso es que este país no avanza, pues la corrupción lo tiene maniatado. Cuando surge un policía incorruptible, lo cual es excepcional, paga por su “exceso” de compromiso. Se conocen casos de presiones, amenazas y matoneos contra militares, que durante la aciaga época de los falsos positivos, se negaron a incursionar en esta infausta práctica.
Como dice el viejo y conocido refrán: una golondrina, no hace verano; en este caso, pocas manzanas buenas, no pueden convivir dentro de un costal de podridas.
Los colombianos debemos recapacitar y recuperar los valores que nos lleven a reconocer a quienes bien obran y, a castigar, con toda vehemencia, a quienes no lo hacen y, sobre todo, a reestructurar nuestra escala de valores en la cual veracidad, honestidad, laboriosidad, responsabilidad y compromiso; estén por encima de falsedad, impudor, flojera, incapacidad y dejadez.
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