En principio ambos no pueden tener ideologías más diferentes.

Por: Mario De La Puente.

En principio ambos no pueden tener ideologías más diferentes. Uno acoge la visión conservadora, tradicional y hasta discriminatoria de la sociedad en la cual de forma implícita deja entrever que para el (Trump) existen ciudadanos de primera y de segunda, y que el Estado solo debe ser un ente “supervisor” de las transacciones económicas y actuaciones políticas de la nación norteamericana.

El otro concibe al Estado como una entidad que debe intervenir de forma constante con o sin permiso del ciudadano en todas las actividades de la vida diaria eliminando poco a poco el concepto libertario de propiedad privada que incentiva el trabajo duro de los ciudadanos de a pie.

Sin embargo, el multimillonario y el caudillo comunista comparten una visión cerrada de sociedad en la cual no existe tolerancia frente a los que piensan diferente ejecutando acciones discriminatorias frente a minorías que utilizan como chivos expiatorios para distraer debilidades conceptuales y problemas en materia de liderazgo e ideas que si bien conquista una parte de la población que comparte su visión, va en contra de los principios de libertad de expresión y libre desarrollo de la personalidad tanto en derecho como en concepto filosófico.

Personajes con una visión tan cerrada de sociedad son tremendamente perjudiciales para el progreso de la tolerancia y la cultura de paz en naciones que han sufrido los vaivenes de la guerra, la segregación, la inestabilidad política y hasta la perdida de lo que significa el concepto de inclusión social, económica y política.

Sin embargo, sus apariciones obedecen en parte a una industria mediática que privilegia el sensacionalismo antes que la profundidad y núcleo noticioso, una población que no hace veeduría ciudadana y pretende que su participación política termina cuando se elige a un candidato, la inoperancia de organismos internacionales que en principio deberían justificar su existencia a través de protestas enérgicas frente a actos de abusos a minorías que no caen bien en vez de operar basado en intereses particulares (tanto de derecha como de izquierda).

Finalmente, soy un absoluto creyente que una de las causas fundamentales de la aparición de personajes tan cuestionables es el ciclo descendente de la percepción de la situación económica de ambos países. Mientras Venezuela se encuentra en una seria crisis económica en todos los ámbitos (monetario, fiscal, cambiario, comercial) Estados Unidos se encuentra saliendo de la crisis del 2008 pero sin la inclusión de un porcentaje importante de la clase media que resulta en una percepción pesimista de las condiciones de trabajo, consumo y por supuesto, una inflación que con suerte permanecerá en números positivos en lo que resta de año (eso si la Fed decide no subir tasas este año).

Esperemos que en las primarias demócratas surja un candidato que llame a la inclusión de todos los sectores de la sociedad mientras que el presidente Maduro y su equipo de trabajo comprendan que si bien se necesita un factor distractor frente a las malas condiciones socioeconómicas internas, la deportación masiva de colombianos no ayuda a fomentar la integración regional que soñó Bolivar.

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