Por: Héctor Velasco Rigoberto Díaz.
Fidel Castro llega este sábado a los 90 años convertido en indiscutible y controvertido protagonista del último siglo.
Ya pasaron 57 años desde que triunfó con la revolución de los barbudos en Cuba, 54 de la crisis nuclear que estuvo a punto de desatar en medio de la Guerra Fría, y diez desde que dejó el poder por enfermedad. Y Fidel sigue ahí.
En 2011 confesó que nunca pensó “vivir tantos años” y en abril último pareció despedirse: “Pronto seré ya como todos los demás. A todos nos llegará nuestro turno”.
Venerado, odiado, influyente, enemigo implacable, gran seductor, sobreviviente.
Fidel Castro, El estratega:
Tenía 32 años cuando entró triunfal a La Habana. Corría 1959, llevaba barba y uniforme y venía de derrotar a un ejército de 80.000 efectivos con una guerrilla que en su peor momento contó con 12 hombres y siete fusiles. Sin pasado militar, Fidel Castro expulsó del poder al general y dictador Fulgencio Batista, una gesta que había empezado con el fracasado asalto de 1953 al cuartel Moncada.
Castro aplicó una “doctrina militar propia” y logró “transformar una guerrilla en un poder paralelo, formado por guerrilla, y organizaciones clandestinas y populares”, dijo Alí Rodríguez, exguerrillero y actual embajador venezolano en Cuba.
El líder cubano derrotó conspiraciones apoyadas por EEUU, y envío a 386.000 cubanos a luchar en Angola, Etiopía, Congo, Argelia y Siria. A lo largo de 40 años (1958-2000) escapó a 634 complots asesinos, según escribió Fabián Escalante, exjefe de inteligencia cubano, en Cubadebate.
Al periodista Ignacio Ramonet, Fidel le confesó que casi siempre portaba una pistola Browning de 15 tiros. “Ojalá todos muramos de muerte natural, no queremos que se adelante ni un segundo la hora de la muerte”, dijo en 1991.
Fidel Castro, El seductor:
“!Quedé tan impresionada! No pude más que mirarle la cara y decir: lo amo”. Mercedes González, una cubana de 59 años, solo ha visto dos veces de cerca al líder cubano, pero cayó rendida por el efecto Fidel.
Ya sea por el aspecto rudo de guerrillero o sus kilométricos discursos – la mayoría espontáneos porque le gustaba “el parto de las ideas”, según Salomón Susi, autor del Diccionario de pensamientos de Fidel Castro -, Fidel fascinaba por igual a las masas, las mujeres, los políticos o los artistas.
“Él proyecta una imagen pública muy atractiva”, un don que también “ha formado parte de su leyenda”, dice Susi. Ya retirado del poder, Fidel ha publicado reflexiones sobre diversos temas. Sin embargo, el gran seductor mantiene con cerrojo su vida privada (dos matrimonios y siete hijos con tres mujeres es lo único que se conoce).
“La vida privada, a mi juicio, no debe ser instrumento de la publicidad, ni de política”, sentenció en 1992.
Fidel Castro, El enemigo:
“Es el hombre de las E: ególatra, egotista y egocéntrico”. Así define a Fidel Castro la disidente Martha Beatriz Roque, de 71 años. Quien se le opuso, agrega, enfrentó una triple respuesta: “el encarcelamiento, las golpizas y los mítines de repudio”.
Castro retó a diez presidentes de Estados Unidos antes de que su hermano Raúl, que lo sucedió en el poder, decidiera restablecer relaciones diplomáticas con su adversario de la Guerra Fría a finales de 2014, a lo que Fidel nunca se opuso.
Castro gobernó con mano de hierro y durante años (1990 y 2002) la isla fue condenada internacionalmente por la situación de derechos humanos a instancias de la desaparecida Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
En 1959, el gobierno de Fidel condenó a 20 años de cárcel al comandante de la Sierra Maestra, Huber Matos, por sublevación. En la “primavera negra” de 2003 envió a prisión a 75 disidentes, incluida Roque, y ese mismo año fueron fusilados tres cubanos que secuestraron una lancha para huir a Estados Unidos.
Castro siempre desoyó los llamados internacionales a una apertura política y consideró a los opositores “mercenarios”. “Lo voy a recordar como un dictador”, señala Roque.
Fidel Castro, El mito:
Mientras proclamaba el triunfo de la revolución en 1959, varias palomas volaron a su alrededor y una se le posó, dócil, en el hombro. La gente lo entendió como una señal sobrenatural. El mito ha rodeado la vida de Fidel.
En un país donde el cristianismo se mezcla con los cultos africanos, los cubanos le atribuían a Fidel la protección del orisha Obatalá, el dios padre, el más poderoso. Lo veían como el hombre impertérrito, que tenía una solución para todo, y lo creían casi inmortal hasta que enfermó en 2006. Pese a la gravedad, sobrevivió.
“Puede ser que esté tocado por los dioses, como decimos nosotros que tiene aché (suerte y poder)”, según la experta cubana en cultos africanos, Natalia Bolívar. La figura paternal del “comandante”, tan respetada como temida, es omnipresente.
Lo mismo se le veía en medio de un huracán que enseñando a preparar pizza. Incluso se creyó que se protegía con un chaleco antibalas. “Tengo un chaleco moral, es fuerte. Ese me ha protegido siempre”, dijo a periodistas mientras les destapaba el pecho durante un viaje a Estados Unidos en 1979.
Fidel decía despreciar el culto a la personalidad. No hay estatuas, pero su imagen se multiplica en la isla.
Fidel Castro, El inspirador:
¿Un siglo XX sin Fidel Castro? Imposible de narrar. En los sesenta apoyó a las guerrillas de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Uruguay y Venezuela; a finales de los 90 adoptó políticamente a Hugo Chávez (fallecido en 2013) y hoy Cuba es anfitrión y garante del acuerdo de paz que pretende acabar con medio siglo de lucha armada en Colombia.
La revolución de Fidel “enciende (…) las ganas de luchar, de irse a la montaña, empuñar un fusil para tratar de cambiar las cosas”, evoca Iván Márquez, el número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Pero también “gracias a Cuba hemos podido avanzar tanto. Ningún otro intento de paz en Colombia (…), había logrado lo que se ha logrado aquí”.
Fidel exportó, además, las misiones médicas que han ayudado a que gobiernos de izquierda sean populares. “Es el personaje más importante del siglo XX en el hemisferio occidental”, subraya Márquez.
Fidel Castro, El Quijote:
“Volverán”. En 2001 Fidel Castro prometió que traería de regreso a sus cinco agentes presos por Estados Unidos tres años antes. “Cuando Fidel dijo ‘volverán’, le dijo al pueblo cubano: ustedes los van a traer”, señaló René González, uno de los cinco cubanos liberados por Washington entre 2011 y 2014.
González ilustra así el poder del exmandatario de contagiar con sus ideas por más increíbles que parecieran.
Pero no siempre el quijote caribeño venció. Tras un esfuerzo titánico, no consiguió, como se había propuesto, producir 10 millones de toneladas de azúcar en 1970. Pero sí logró que Cuba derrotara el analfabetismo en un solo año (1961).
También se propuso hacer de Cuba una “potencia médica” cuando sólo quedaban 3.000 médicos en el país. Hoy cuenta con unos 88.000 especialistas, uno por cada 640 habitantes.
En la isla proliferaron los “planes Fidel”, fallidos experimentos para criar búfalos, ocas o convertir a Cuba en productora de quesos de calidad, aun cuando tenía déficit de vacas.
Tampoco consiguió que Estados Unidos le devolviera el territorio de Guantánamo cedido hace un siglo, pero sí trajo de vuelta al entonces niño Elián González, sacado clandestinamente en una embarcación por su madre que murió en su intento de llegar a Miami y cuya custodia desató un pulso con Estados Unidos. AFP
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