Por: Alvaro Villanueva MD.
En un acto de solidaridad y mostrando la proyección del Reinado de belleza, las finalistas y la reina nacional de la belleza, junto a la reina del carnaval de Barranquilla desfilarán en el Palladium del Club Campestre el próximo 2 de julio.
Las mujeres mas bellas de Colombia, apoyarán con su presencia las donaciones que los asistentes entregarán para poder sostener, mantener, y salvar la vida de un grupo de niños, quienes en la Fundación Andrea y Vanessa, reciben las atenciones de un hogar, con alimentación apropiada, entretenimiento, educación, y transporte a los sitios de atención.
Además, del acompañamiento permanente, se les da apoyo médico y sicológico, haciendo posible que ninguno de estos niños deje de recibir los complicados y costosos tratamientos, en su condición de enfermos con bajos recursos, con padres desempleados de bajos niveles culturales, viviendo en hacinamiento con deficientes condiciones higiénicas y sanitarias. Luchar por el sufrimiento que llevan las enfermedades en estos niños, es uno de los más importantes deberes del Estado, plasmado ya en la Ley de protección infantil, tristemente violada en forma constante, la cual debe culminar en uno de los actos humanitarios de mayor satisfacción e impacto universal, la solidaridad.
El sacrificio, y la entrega de las beldades colombianas, estimulan con su belleza la participación de empresas, personas, e instituciones, a continuar en la difícil labor de lograr fondos para la protección de enfermos sin recursos, para lo que se requieren grandes esfuerzos para su tratamiento, como medios diagnósticos, exámenes de laboratorio, imagenología, medicamentos de alto costo, hospitalizaciones, personal de salud especializado, cirugías, radio y quimioterapia, control de infecciones oportunistas, complicaciones cardiovasculares, respiratorias y tantas otras, como sean necesarias. Todo esto, no le alcanza a llegar a estos niños, por no tener un hogar, al menos provisional, para realizar toda esa multiplicidad de acciones necesarias para lograr salvar sus vidas, o al menos darles una sobrevivencia decorosa y humana.
La cadena de la solidaridad, en este caso, ha sido activada mediante la organización de la Fundación Andrea y Vanessa, para lo que contamos con el acompañamiento del Comité Nacional de la belleza, instituciones, y personas, que poniéndose las manos en el pecho, han decidido participar en la medida de sus posibilidades.
Seguiremos creyendo, que mientras sigan existiendo tan profundos sentimientos de solidaridad, vale la pena seguir luchando por conseguir que los niños tengan, a pesar de las circunstancias, de la enfermedad, y la pobreza, una atención digna y necesaria.
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