Las inundaciones de 2017: cómo puede el sector privado mitigar el impacto de los desastres naturales.
Por: Luiz Gabriel Azevedo.
Existen muchas teorías para explicar el aumento de la frecuencia y magnitud de los eventos extremos, pero parece obvia su correlación con el incremento de las temperaturas promedio.
Muchos argumentan que el mundo ya está experimentando las consecuencias del cambio climático y que, incluso manteniendo el aumento en la temperatura promedio de la tierra por debajo de los dos grados Celsius, los países tendrán que adaptarse a una gama más amplia de desastres naturales.
Durante 2017, el mundo fue testigo de la ocurrencia de graves inundaciones, desde China hasta Canadá. Incluso, mientras escribíamos este artículo, Italia enfrentaba su segunda temporada de inundaciones graves. Los países de América Latina y el Caribe no estuvieron exentos y Perú fue uno de los más afectados. Las inundaciones en el país andino destruyeron más de 115.000 casas y dejaron a casi 180.000 personas sin hogar, más de 110 víctimas fatales, 350 heridos graves y más de 2.500 kilómetros de caminos destruidos.
La región, en general, es particularmente vulnerable a las inundaciones, ya que es la más afectada por El Niño. Además, el impacto de las inundaciones en las ciudades y la infraestructura urbana es a menudo devastador por las altas tasas de urbanización. Si bien las estimaciones anuales de inversión para responder a las inundaciones en la región varían, los gobiernos por sí solos no pueden costearlos. Por lo tanto, el sector privado tiene un rol clave en el desarrollo de programas e infraestructura.
Seguros: La clave para mitigar
Por la parte de los programas, las alternativas para mitigar el impacto de inundaciones severas incluyen seguros contra inundaciones, pago por servicios ambientales, mejoras en la evaluación de inundaciones y sistemas de advertencia, planificación de ecosistemas y zonificación, entre otros. Todos estos servicios pueden ser provistos por el sector privado mediante el desarrollo de políticas y marcos de incentivos adecuados.
Estimular a las aseguradoras del sector privado para ofrecer productos en América Latina no es una tarea fácil, pero puede generar una serie de beneficios. El seguro es un componente fundamental en cualquier estrategia de adaptación a los desastres naturales. Como se ilustra en un reporte del Global Facility Disaster Reduction and Recovery, los seguros contra inundaciones:
- Aumentan la resiliencia contra los riesgos residuales que no se pueden prevenir o mitigar
- Incentivan el compromiso y la inversión en medidas de mitigación de riesgos
- Reducen la presión sobre el presupuesto fiscal de desastres naturales
La participación del sector privado está impulsada por un cambio completo, enfocado en tasas basadas en el riesgo, y un mapeo más preciso que proporcione incentivos económicos correctos tanto en áreas urbanas como rurales (en particular, la agricultura).
El sector privado puede aplicar innovación y tecnología para mejorar los sistemas de alerta temprana. Cuanto antes podamos identificar dónde es probable que golpeen las tormentas, mejor podremos dirigir los esfuerzos para minimizar los daños. En los Países Bajos, por ejemplo, Siemens ha creado el concepto de “diques inteligentes” mediante la implementación de un sistema de monitoreo que utiliza sensores para medir la presión del agua, la temperatura y el cambio de los perfiles del agua. Esto permite la identificación de tramos de diques que están en mayor riesgo de ser inundados.
Soluciones innovadoras para mejorar la infraestructura
Con respecto a la infraestructura, las oportunidades más obvias se relacionan al desarrollo y adaptación de construcción más resilientes para que puedan funcionar mejor en condiciones extremas. La vulnerabilidad de la infraestructura existente fue evidente durante la ocurrencia de desastres naturales en 2017, y el sector privado puede aportar capital, innovación, sistemas de gestión y tecnología. Por ejemplo, tras la devastación causada por el huracán María en Puerto Rico, Elon Musk de Tesla ofreció reformular la generación de energía verde en la isla, a través de la instalación de sistemas solares y baterías de alta tecnología.
Las ideas audaces y la innovación serán necesarias para ayudar a América Latina y el Caribe a adaptarse a los impactos del cambio climático. Al hacerlo, los gobiernos tienen la función vital de desarrollar políticas y marcos regulatorios que permitan la creación de nuevos modelos comerciales y ofrezcan incentivos para que las empresas inviertan en infraestructura climáticamente inteligente. Por ejemplo, construir y financiar modelos de negocios (público/privados), para la transformación del drenaje urbano en megaciudades representa una oportunidad gigantesca para fomentar inversiones que mejorarán significativamente la calidad de vida de millones de residentes urbanos en la región.
En BID Invest podemos extraer lecciones de nuestra vasta experiencia en la región que, combinadas con tecnologías disruptivas y un menú de instrumentos financieros, pueden ofrecer propuestas de valor únicas a nuestros clientes. Aprovechamos la oportunidad de trabajar con empresas privadas en toda América Latina y el Caribe en el desarrollo de modelos innovadores que pueden contribuir a una mejor gestión de las inundaciones y otros desastres naturales en nuestros países.
Nota publicada en el blog “BID Invest – Negocios sostenibles” de la Corporación Interamericana de Inversiones-CII (Miembro del Grupo BID), reproducido en PCNPost con autorización.
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