Las historias que cuentan los huesos de nuestros antepasados

Cómo vivían, de qué se alimentaban y en qué condiciones poblaron la región Caribe nuestros ancestros son algunas preguntas que gracias a los avances de la arqueología y al trabajo colaborativo entre disciplinas se podrán responder. Gracias a la técnica de los isótopos estables en la arqueología, en los últimos años se ha podido conocer más puntualmente la vida de los antiguos pobladores de la tierra, una herramienta que el profesor John Krigbaum de la Universidad de la Florida trajo a la Cátedra Europa 2015 de la Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia.

“El estudio de la composición isotópica de los huesos nos permite adquirir muchísima información frente al consumo de qué recursos alimentarios tenían, sus pautas de movilidad, las características medioambientales de los sitios en los que habitaron, la jerarquía social de esos sitios, y las dinámicas poblacionales, sociales y económicas de esas personas”, explicó Krigbaum, quien además planea aplicar el estudio isotópico en el Magdalena, aquí en Colombia, junto con Jaime Escobar, director del Instituto para el Desarrollo Sostenible. Ambos buscarán descubrir cómo era la vida de los antepasados del Caribe.

screenshot

La Universidad conserva una colección importante de restos de huesos de los antiguos pobladores de la región Caribe.

 

El material en donde se realizan las pruebas isotópicas son los huesos que se descubren en las excavaciones. Los huesos son los preferidos por los arqueólogos, pues es uno de los tejidos corporales que más se preserva. Este está compuesto por materia orgánica e inorgánica. Los estudios se realizan en la parte orgánica del hueso, en su colágeno, debido a que su composición es la menos alterada por las reacciones químicas producidas a través del tiempo. El hueso, como explica Jaime Escobar, mantiene un historial de la vida del ser vivo.

“Los isótopos son átomos de un mismo elemento con diferente masa. Existe por ejemplo el carbono 12, carbono 13 y carbono 14. Las plantas tienes diferentes proporciones de ese carbono que pasa a nuestro cuerpo cuando nos comemos esa plata, o cuando nos comemos una vaca que a su vez consumió esa plata, esto es llamada señal isotópica, esa señal queda registrada en los huesos, los cuales nos revelan cómo eran nuestros hábitos alimenticios”, señala.

Otro de los elementos utilizados, explica Krigbaum, es el esmalte de los dientes encontrados en las excavaciones. “Los dientes complementan la información encontrada en los huesos, y nos dan una idea mucho más específica de cómo era su dieta, basados en el principio de “tú eres lo que comes”.

A partir de los dientes también se puede encontrar información relevante sobre la biodiversidad y el clima de la época. La composición isotópica del oxígeno estará relacionada con el agua que ingirieron nuestros antepasados y esta se relacionará directamente con el agua lluvia. A partir de estos valores se puede incluso inferir el clima del pasado, basándose en la idea de que “tú también eres lo que tomas”, explicó Krigbaum.

La importancia de estas investigaciones recae en los resultados que se podrán obtener frente a quiénes eran los antiguos pobladores de la tierra, cómo interactuaban los unos con los otros. “Unir estos puntos le permitirá también a las personas conocer cómo están relacionadas. Quizás no responderemos todas las preguntas, pero es un buen inicio.

De acuerdo con Krigbaum, estas investigaciones toman tiempo, y requieren de muchos recursos, razón por la que la Universidad de la Florida unirá fuerzas con Uninorte para descifrar la historia de los primeros habitantes del Caribe.

“Un finlandés es tan mestizo como un indígena”

Este tipo de estudios suelen trabajarse interdisciplinariamente, razón por la que Escobar y Krigbaum buscan reunirse con Alberto Gómez, del Instituto de Genética Humana de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá.

Durante su conferencia, Gómez aseguró que no existe tal cosa llamada “raza pura”, pues los rastros de los huesos en la arqueología moderna demuestran los viajes que nuestros antepasados realizaron poblando la tierra.

A partir de la extracción del ADN mitocondrial y nuclear, pasados por un electroferograma se puede obtener la huella genética de la especie humana, un trabajo que Gómez ha venido realizando en el departamento de Cundinamarca y que ahora quiere llevar hasta el Magdalena.


Por: Daniel Cueto, Agencia de Noticias, Universidad del Norte

Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora