La próxima Bienal del Mercosur volverá a poner su mirada exclusivamente en el arte de América Latina y dará visibilidad a sus autores relegados, a pesar de que en años anteriores abrió sus puertas a la producción estadounidense y europea, dijo a Efe su curador jefe, Gaudêncio Fidelis.
La muestra, que reúne anualmente más de 600 obras que abarcan todas las expresiones artísticas, celebrará su décima edición de septiembre a noviembre de este año, teniendo como sede Porto Alegre (Brasil).
Con el cambio de dirección de este año, la bienal se orienta a cumplir su “vocación”, que es la dedicación a “la producción exclusiva de autores de América Latina”, afirmó el curador en una entrevista con Efe. El brasileño viajó a México para realizar los últimos trámites destinados a conseguir préstamos de los diferentes museos mexicanos, así como para contactar con artistas en los que la bienal está interesada.
La lista de participantes se desvelará en torno al mes de julio, adelantó Fidelis, quien remarcó que esta “no es una exposición de representaciones por países”, a diferencia de lo que ocurre en otras muestras internacionales.
Aunque contarán con obras de artistas de renombre como Frida Kahlo y de muralistas mexicanos, el curador señaló que uno de los objetivos de la muestra es dar visibilidad a los “puntos ciegos” del arte de los países participantes. “Tenemos que empezar a comprender que la historia del arte no está hecha solamente de grandes nombres de artistas”, por lo que desde la organización están realizando investigaciones para que no pasen desapercibidos aquellos creadores que “deberían ser reconocidos” pero no lo son, aunque en ocasiones lleven a sus espaldas años de trabajo.
La bienal, que este año lleva por nombre “Mensajes de una nueva América”, abarcará obras que comprenderán desde el siglo XVIII hasta la producción contemporánea, sin atender a ninguna cronología, pero sí a las relaciones entre aspectos artísticos, que se verán enfatizados a través de yuxtaposiciones.
Ocho exposiciones, agrupadas en cuatro segmentos, servirán como ejes para ir dando cuenta de los diferentes aspectos que existen en la producción de América Latina.
La primera, “La casa de las Bienales”, ofrecerá una pequeña retrospectiva que recogerá aquellas creaciones que “han contribuido a la producción de la historia del arte” de los países de la zona, explicó Fidelis. “Vida urbana” pondrá como centro el espacio público de Latinoamérica y la diversidad sus manifestaciones, siguiendo el planteamiento general de esta edición, que enfatiza en la ruptura de la visión de la región como una “entidad dada como verdadera”.
“Modernismo en paralaxis” y “Antropofagia neobarroca” tratarán, respectivamente, de las contribuciones de cada país a la modernidad y de la incorporación de aspectos mestizos al estilo neobarroco.
La exposición “Olfatoria: El olor en el arte” pondrá en duda la percepción tradicional del arte de Occidente -que siempre parte de la mirada- para dar cabida a otros sentidos.
La vestimenta y sus manifestaciones a lo largo de la historia del arte protagonizarán la sección “Aparatos del cuerpo”, mientras que “El polvo y el mundo de los objetos” será una exposición “más inclusiva”, siguiendo como metáfora el concepto del polvo, que “no tiene distinción específica y no discrimina”, aportó el curador.
Por último, “Marginalia de la forma” estará compuesta por creaciones que “la historiografía no considera obras maestras canónicas, sino que siguen otros caminos para la producción artística”.
La primera edición de la Bienal del Mercosur se desarrolló en 1997 y estuvo restringida a los miembros que entonces componían esta alianza (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y a países invitados. Luego amplió su rango a otras naciones de la región, incluyendo América Central, zona en la que suele predominar una mirada “muy superficial” de sus trabajos artísticos, entre los cuales son “pocos” los que obtienen visibilidad, opinó Fidelis. (EFE)
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