La vejez, asunto de todas las edades

Por: Juana Salamanca Uribe.

PesquisaLa población colombiana se vuelve cada vez más ‘vieja’; por esa razón, el instituto de envejecimiento de la Pontificia Universidad Javeriana identifica las personas mayores más vulnerables, señala prioridades y propone recomendaciones para las políticas públicas.

El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos”, dice la canción para interpretar la experiencia de la vejez, que a veces llega con sorpresa. Esta es una realidad experimentada desde siempre por las personas, a título individual, y desde hace unas décadas por la población, sometida a un contundente proceso de envejecimiento demográfico.

La ‘transición demográfica’, un fenómeno que ocurre en muchos países, en Colombia se inició en la primera mitad del siglo XX: al comienzo, se presentan alta fecundidad, alta mortalidad y baja expectativa de vida al nacer. Hacia los años 30, descubrimientos como la penicilina impactan la mortalidad y aumentan la esperanza de vida. A mediados de siglo, la población crece al ritmo más alto de la historia demográfica del país: 3% como promedio anual; la mortalidad está en descenso, pero siguen naciendo muchos niños: siete hijos por mujer, en promedio. Llegan los años 60 con los anticonceptivos modernos: nacen menos, se mueren menos y los grupos numerosos nacidos bajo la altísima fecundidad, con el paso del tiempo, mueren más viejos. En 1990 la fecundidad baja a 2,5 hijos en promedio, al tiempo con reducciones de la mortalidad y aumentos en la esperanza de vida. En las últimas décadas, la fecundidad y la mortalidad tienen niveles relativamente bajos. De todos estos cambios acumulados en el tiempo, resulta el crecimiento de la población con 60 y más años.

En la actualidad, la especial atención que demandan las personas mayores tiene que ver no solo con su volumen creciente, sino también con las inequidades sociales persistentes. Aún es largo el camino para alcanzar la vejez digna para todos, entendida como el goce de un conjunto de derechos humanos que adquieren un sentido especial en la última etapa de la vida.

Como parte de su misión de ofrecer insumos de calidad para el diseño y ejecución de políticas públicas sobre esta realidad, el Instituto de Envejecimiento de la Pontificia Universidad Javeriana integra los esfuerzos de la demografía y la geriatría alrededor del proyecto Envejecimiento demográfico, derechos humanos y protección social de la vejez. Colombia 19512020. Focalización de la política nacional de envejecimiento y vejez, situación actual del país y perspectivas para un futuro próximo.

Los investigadores se basan en los censos de población del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE (1954-2005), y en las proyecciones del periodo 2006-2020, así como en las estadísticas vitales de mortalidad, otros sistemas de registros nacionales y grandes encuestas socio-demográficas.


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Fotografía: Guillermo Santos. Pesquisa, Universidad Javeriana


La vejez mayoritariamente tiene cara de mujer

Estos estudios confirman que, entre toda la población mayor de 60 años, de por sí vulnerable, hay un grupo que se ubica en primera fila: las mujeres. Su profunda desprotección se da, en primer lugar, por ser mayoría absoluta en la vejez. Al tiempo que nacen más varones, la mortalidad masculina es más alta en todos los rangos de edad, con énfasis entre los 15 y 25 años por la importancia de la mortalidad violenta. En Colombia, el conflicto armado y aún más los índices de violencia juvenil urbana intensifican la sobremortalidad masculina, que es un fenómeno universal.

A esto se agrega la fragilidad social de muchas mujeres mayores: todas han trabajado, empezando por las labores del hogar. Sin embargo, por lo general han sido empleos informales, sin ahorro pensional u otros beneficios. Muchas mujeres mayores no tuvieron oportunidades de estudio ni de preparación para el trabajo cuando jóvenes; no pudieron ahorrar, no tienen casa propia y, cuando pierden su cónyuge, aparecen la soledad y la precariedad material, de acuerdo con la coinvestigadora Margarita Medina.

Departamentos y ciudades con poblaciones más y menos envejecidas

“En todos los departamentos de Colombia, el crecimiento de la vejez es considerablemente más alto en comparación con la población total”, es una de las conclusiones del estudio. Sin embargo, la transición demográfica no ocurre con igual celeridad en todas las regiones. A partir de la clasificación realizada, la investigadora Medina concluye que, en términos generales, mejores condiciones de vida y mayor desarrollo socioeconómico favorecen una población más longeva y, por ende, más numerosa.

De esto resulta que, si bien la población con 60 o más años, localizada en territorios con mayor desarrollo es más numerosa, probablemente tendrá mayores posibilidades de protección social, en especial por parte del sistema pensional.

Entretanto, en el campo y municipios pequeños permanece una población con 60 o más años que, si bien no es tan numerosa, configura uno de los grupos más frágiles dentro de los vulnerables, debido a la brecha profunda entre el campo y la ciudad en materia de calidad de vida, cobertura de pensiones, servicios y oportunidades.

No son dádivas, son retribuciones

El Instituto de Envejecimiento, que dirige el médico geriatra Carlos A. Cano, plantea que los programas para mejorar las condiciones de los mayores no pueden calificarse de ‘asistenciales’ pues, por un lado, está el aporte de esta población al mundo laboral y familiar a lo largo de muchos años y, por otro lado, se debe considerar que, en sus familias, se dan relaciones de reciprocidad: las personas mayores dan mucho más de lo que reciben en términos de afecto, escucha, consejos, cuidado de otros miembros del hogar y apoyo material: “con frecuencia, la experiencia y sabiduría de la persona mayor no se reconoce, y repetidas veces predomina una imagen social negativa de la vejez”, agrega Medina.

Pero no solo eso. El aporte económico de los mayores tiene una dimensión demostrable: un estudio sobre los subsidios asignados a la vejez vulnerable, Programa Colombia Mayor, elaborado para el Departamento Nacional de Planeación, con la participación del Instituto de Envejecimiento, señala que los recursos económicos recibidos por ellos en muchos casos se invierten en la familia e impactan positivamente la calidad y cantidad de la alimentación y el nivel educativo de los miembros del hogar.

Llamados de atención

El Instituto de Envejecimiento invita a las familias, a la sociedad, al Estado y al sector privado, a las ONG, a comprender que el envejecimiento es un asunto de todas las edades y de toda la sociedad, así como a tener una visión holística de las demandas de la población mayor, en sus múltiples dimensiones.

Las políticas deben potenciar las capacidades de las personas; prevenir y atender sus riesgos de salud; favorecer la autonomía personal; impulsar programas nutricionales; garantizar la protección frente a la violencia; valorar la sabiduría de los mayores; desarrollar programas culturales; favorecer la conformación de redes sociales que los protejan; atender necesidades y demandas de protección legal, y mantener y fortalecer los subsidios estatales.

También se debe aterrizar, a nivel departamental y municipal, una política pública social para la vejez, ausente en muchos casos.


Para leer más

Instituto de Envejecimiento de la Pontificia Universidad Javeriana. (2014). De los hechos a la acción de la política, focalización de la Política Pública Social de Envejecimiento y Vejez del Distrito Capital. 2013-2014. (CD interactivo).

Instituto de Envejecimiento de la Pontificia Universidad Javeriana. (2013). “Salud y entornos sociales de personas mayores Residentes en Bogotá”. Componente cualitativo del Estudio SABE Bogotá (Salud, bienestar, envejecimiento). (CD interactivo).


Fotografía: Guillermo Santos


Nota publicada en Pesquisa Javeriana, reproducida en PCNPost con autorización


 

SOURCE: Pesquisa - Universidad Javeriana

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