La UE se fijó como objetivo reducir una tercera parte de su consumo de energía antes de 2030, una nueva etapa para adaptar su legislación a sus compromisos en el marco del Acuerdo de París sobre clima.

Los negociadores de la Eurocámara y del Consejo de la UE, que representa a los países del bloque, alcanzaron el martes por la noche un acuerdo sobre una parte del paquete de “Energía Limpia”, propuesto por la Comisión a fines de noviembre de 2016.

Berlin, noviembre 29, 2015. AFP PHOTO / JOHN MACDOUGALL

El acuerdo, que deben confirmar ahora los eurodiputados y los ministros del Consejo de la UE, prevé un objetivo de eficiencia energética del 32,5% para 2030 respecto a los niveles de 1990, con una cláusula de revisión en 2023. El objetivo es ligeramente superior al que proponía el ejecutivo europeo (30%), pero por debajo del planteado por el Parlamento Europeo (35%). De adoptarse, entraría en vigor a partir de 2021.

Para alcanzar sus objetivos, la UE ya reformó su legislación contra la construcción de edificios y sobre energías renovables. También está trabajando para mejorar la eficiencia energética de los electrodomésticos y calentadores de agua.

Europa es, de lejos, el mayor importador de energía fósil del mundo. Hoy ponemos fin a esto. Este acuerdo es un gran impulso a favor de la independencia energética de Europa: Miguel Arias Cañete, comisario europeo de Acción para el Clima.

El nuevo objetivo del 32,5% de eficiencia energética no convenció a las oenegés que lo consideran insuficientes en virtud de los compromisos con el Acuerdo de París, aunque para la Oficina Europea de Consumidores (BEUC) es “globalmente positivo”.

Los europeos se comprometieron en el marco del Acuerdo de París a reducir en un 40% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 con respecto a los niveles de 1990.

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