Por: Marjorie Eljach.
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La estrategia.
Aunque soy consciente de que primero hay que convencer a los académicos vendiéndoles muy sutilmente los beneficios de escribir en un blog y promocionarlo en redes sociales, de manera que no vean dichas actividades como una carga adicional, una vez convencidos de sus ventajas la primera etapa del proceso es la de formación.
Es importante que sepan cuántas redes existen, cuáles son las más populares y cuáles las más indicadas para sus motivaciones. No es cuestión de saturarles enseñándoles a manejar cada una, esto solo les agobiaría y les haría sentir que están perdiendo el tiempo. Hay que ser directos, recordemos que son personas ocupadas y que consideran las redes como una frivolidad innecesaria, así que una vez presentadas no es recomendable hacerles pensar en tal o cual red les viene mejor sino sugerir/definir las que se van a utilizar. Recuerden que ellos saben mucho de su materia pero en esta nosotros somos los expertos.
Pues bien, una vez instalados en las redes comienza el ejercicio, y aquí hay que ser muy pacientes y no descuidar detalles, nosotros estamos tan familiarizados con estas herramientas que todo nos resulta obvio pero no debemos olvidar que para ellos todo es nuevo: desde la interfaz hasta el lenguaje que se utiliza. No podemos comenzar una frase diciendo que vamos a “twitear una entrada” o vamos a “postear un meme” porque términos que para nosotros son obvios para ellos no son ni de lejos algo conocido, así que lo primero es explicarles el significado de cada término antes de entrar en materia.
En esta primera etapa y en mi caso en particular, baso la estrategia didáctica en la colaboración profesor-alumno avanzado, en la que el profesor permite las intervenciones y aportes de los alumnos que ya están familiarizados con las redes, y además les invito a contestar a las preguntas de los novatos. Haciendo claro está, las acotaciones pertinentes desde la teoría y las experiencias prácticas. Esta situación se presenta cuando en el aula se mezclan docentes jóvenes que utilizan las redes y docentes de edad avanzada que las desconocen totalmente, y es favorecedora en dos aspectos: genera un ambiente de camaradería entre el profesor y el estudiante/docente joven al permitirle el primero contestar a preguntas de los participantes, y da credibilidad a la materia tratada ya que el docente de edad avanzada advierte que los docentes jóvenes utilizan las herramientas propuestas.
Ahora bien, si conseguimos mezclar en el aula a los académicos con miembros de los departamentos de marketing y comunicación, una vez superadas las tensiones, lo cual corre por cuenta del profesor, y logramos que cada uno comente su visión sobre el quehacer en las redes sociales que será diametralmente opuesta, haremos conscientes a ambas partes de que al momento de crear contenidos los unos deben apoyarse en los otros en aras de la promoción institucional y más allá de una mera campaña de marketing.
Las etapas del proceso:
Aunque ya han podido intuirlas a lo largo de este artículo, no está de más mencionar que iniciar a nuestros docentes en el uso de herramientas sociales en la Red con el fin de favorecer el posicionamiento de la institución y la promoción de la misma, exige:
- Evaluarlos previamente para determinar su nivel de conocimientos, habilidades informáticas y uso de los recursos de Internet.
- Conocer su nivel de estudios, experiencia laboral y perfil profesional. Esta información es fundamental para orientar los contenidos, la duración y la metodología de la formación.
- Si se trata de un grupo específicamente organizado para promover un programa, área o servicio en particular, hay que reunir toda la información pertinente tanto sobre el grupo como sobre el objeto de la promoción.
- Organizar reuniones previas con cada uno de los participantes para conocerles personalmente y obtener información de primera mano sobre su área de trabajo y sobre las redes sociales.
- Pactar un horario para la formación que sea conveniente para todos los participantes y que no afecte su actividad diaria.
- Dejar deberes y revisarlos personalmente de forma online o presencial.
- Trabajar en lo práctico al mismo tiempo que se avanza en la teoría pues los docentes deben desde el primer momento, ser conscientes de la utilidad de lo que están haciendo.
- Realizar un cronograma de actividades y publicaciones en las redes.
- Acompañarles en la primera etapa haciendo seguimiento al cronograma durante tres meses.
Introducir a los académicos al mundo del marketing en las redes sociales y contar con ellos como parte de nuestra estrategia promocional puede en principio parecer una tarea compleja debido a su naturaleza intelectual y reacia a temas que relacionen directamente lo académico con los negocios, pero los resultados que se obtienen una vez se inicia el proceso y se finaliza con éxito, son sumamente gratificantes tanto para el área administrativa como para el área académica de la institución.
Los académicos aprenden a cambiar su estilo de trabajo utilizando las redes sociales y descubren cómo optimizar al máximo su tiempo con los recursos de promoción y divulgación que ofrecen las tecnologías actuales, y los administrativos de las áreas de marketing y comunicación se benefician del conocimiento de quiénes son sus mejores aliados, pues a la larga son ellos quiénes conocen en profundidad “los productos” que conforman la oferta académica.
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