La mayor montaña de huevos de pascua de Europa se alza estos días, con más de 40.000 unidades pintadas artesanalmente, en la plaza Freyung, una de las más grandes del casco antiguo de Viena.
Según la Oficina de Turismo de Viena, el tradicional Mercado de Pascua de Freyung se congratula, por vigésimo sexto año consecutivo, de lograr esa acumulación de huevos en un amplio abanico de colores, diseños y tamaños, que podrán verse y comprarse hasta el 6 de abril.
Detrás de esta creación hay alrededor de 120 personas que trabajan durante todo el año dando color a las bolas de navidad y los huevos de pascua. Peter Priess es la empresa vienesa fundada en 1975 que desde sus inicios ha ido creciendo en el sector de la decoración para las festividades que consideran más emotivas del año, Navidad y Pascua.
Sus diseños exclusivos hechos a mano llegan a países de todo el mundo, contó a Efe una trabajadora de la firma. “Depende del diseño de cada uno podemos dedicar a un solo huevo desde 20 minutos hasta 2 horas”, añadió. Color y fantasía se despliegan cada año en este y otros mercadillos de pascua, ubicados en algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad, como en el Palacio de Schönbrunn, la antigua residencia veraniega de la Corte de los Habsburgo, en la plaza de Am Hof o en el patio del antiguo Hospital General.
Además de los tradicionales huevos duros pintados y los muy codiciados de chocolate, venden palmas y diseños florales, motivos decorativos y otras artesanías de Austria.
Estos mercados ofrecen también una variada degustación culinaria, y todo a ritmo de música que hacen que adultos paseen a gusto mientras los más pequeños disfrutan de las distintas actividades y talleres de Pascua que se organizan en cada uno de ellos.
Los huevos y conejos de Pascua son también protagonistas de la decoración de escaparates de todo tipo de tiendas y sobretodo de pastelerías y confiterías de la ciudad, donde se ofrecen deliciosos huevos y conejos de chocolate, huecos o rellenos de mazapán, licor o merengue. Se comen especialmente el domingo de Pascua, cuando los huevos protagonizan la magia de esta festividad en Centroeuropa, pero para ello los pequeños tienen que buscarlos -y encontrarlos- por todos los rincones de la casa o, mejor, entre arbustos y flores de un jardín o parque, donde “el conejo” los escondió.
Esta tradición la siguen en distintos países europeos donde se asocia el huevo con la fertilidad, ya que, como dice la creencia, pasado el invierno las aves regresan a tierras nórdicas y ponen allí sus primeros huevos.
Según señala el mito antiguo, el origen de la festividad de Pascua viene por la diosa mesopotámica Ishtar, diosa del amor y la guerra, de la vida y de la fertilidad que nació de un huevo. Precisamente para representarla se usa el huevo y la liebre como símbolos de fertilidad, amor y vida. Y junto con la tradición cristiana, que incorporó los huevos como símbolo de una “vida nueva” que nos brinda el Jesucristo resucitado, surge la costumbre de regalar huevos en países como Austria, Alemania, Polonia, Eslovaquia y Reino Unido.
El domingo de Pascua, 5 de abril, Viena despedirá la festividad en el Prater, el parque de atracciones más antiguo del mundo donde tendrá lugar un desfile y se organizarán distintas actividades infantiles, actuaciones teatrales y otros espectáculos. (EFE)
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