Por: Francisco Manrique.
Hoy en el mundo, vemos una tendencia creciente hacia la economía de los servicios. En países como los Estados Unidos, esta representa el 70% de su PIB.
Leer: La masculinidad amenazada – Parte I
Lo impactante para ese hombre poco educado y desubicado, es que los puestos de trabajo están siendo ocupado de manera creciente por las mujeres. Según el Economist, de las 30 ocupaciones que mas van a crecer en los USA, 20 de ellas van a ser dominadas por las mujeres en campos como la enfermería, la contabilidad, la enseñanza y el cuidado de los niños. Son áreas donde las mujeres tienen mejor desempeño. Pero también, porque todas estas profesiones son castigadas por los viejos estereotipos que están en la mente de los hombres.
En el informe hay una señal de alerta que nos cala muy bien en Colombia. Las estadísticas muestran como los hombres, especialmente los jóvenes, son más propensos a comportamientos disfuncionales y violentos. En los Estados Unidos, el 90% de los crímenes y el 93% de los presos en ese país son hombres, lo que afecta su posibilidad de conseguir empleo. Muchos de estos hombres, sin mayor educacion, tienden a procrear hijos sin responsabilidad, dejando a las mujeres embarazadas con la carga de criar a sus hijos. No se comprometen ni responden por sus actos.
Hay otras estadísticas muy disientes en relación a la remuneración. En los Estados Unidos, los salarios de los hombres bachilleres han caído el 21%, los que no terminaron el 34%. Mientras tanto el salario de la mujer bachiller aumentó el 3%, y las que no terminaron sus estudios, su salario cayó el 12%. A nivel laboral, la proporción de hombres trabajando entre 16 y 64 años ha caído un 11% en 50 años, la de las mujeres ha subido 14%. Para quienes han terminado secundaria la situación es aún peor: 35%. Como se ve, el hombre en estas condiciones está siendo mucha mas penalizado por el mercado laboral.
Otra tendencia muy preocupante se relaciona con el desempeño de los niños y los jóvenes en las escuelas. Tienden a ser mucho menos disciplinados que sus compañeras de clase, no hacen las tareas, leen menos y tienen comportamientos violentos. Más adelante, ya como adultos, mantienen una visión del “macho proveedor” que nos les permite aceptar que la mujer gane mas que ellos.
Como decía otro entrevistado:” es muy difícil ser un hombre tradicional en un mundo que no lo es”. La reacción típica a esta situación es a rechazar la ayuda porque lo consideran que va en contra de su masculinidad. Al hombre le cuesta mucho expresar sus emociones y reconocer que necesita ayuda.
Hay un mensaje que me parece muy relevante del informe del Economist. A pesar de que con dificultad, los hombres se están tratando de adaptar a las nuevas realidades, no lo están haciendo a la velocidad con la que se están produciendo los cambios. Y el problema es que estos no van a parar. El mensaje está ya escrito en la pared: los trabajos que solo requerían de la fuerza física no van a volver. El papel de la mente va a ser cada vez mayor.
El reto es como conseguir que las escuelas logren cautivar mas a los niños y ofrecerles espacios para canalizar su energía de manera inteligente. Pero también, deberán entender que se requiere desarrollar comportamientos de buen cumplimiento y responsabilidad. Las competencias de la empatía, el trabajo en equipo, la colaboración, entre otros, serán cada vez más importantes para la fuerza laboral del siglo XXI.
Pero también, hay otras tendencias que son claras. Los hombres, con menores niveles de educación, tendrán que aprender a participar más activamente en las labores del hogar, si quieren tener relaciones estables con sus parejas. Esto les permitirá acercarse más a sus hijos, cosa que hoy no está sucediendo en estos segmentos de la sociedad.
La evidencia muestra que abundan cada vez más los padres ausentes. De manera irresponsable, estas personas claudicaron de ser los modelos de rol para sus hijos y se comportan mas como niños irresponsables que como adultos. Como consecuencia de este comportamiento, las bases de la familia se han debilitado.
El informe especial del Economist, nos demuestra que estamos viviendo un gran cambio de paradigma en los roles de los hombres y las mujeres, así como una transformación fundamental en el concepto de la familia nuclear en la sociedad. Y para los hombres, se está viviendo un cambio de época donde su estereotipo de masculinidad está amenazado.
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