La ilusión del desempleo

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Por: David Arturo Garcia Torres. 

A veces no sé si me acostumbro a ver el vaso medio vacío, pero en cuestión de información económica tengo como regla ver más allá del dato que es noticia. Los informes más recientes sobre el desempleo en Colombia señalan una reducción de la tasa a un dígito; a febrero de 2015 la tasa fue de 9.3%, algo histórico en un país con una larga tradición de desempleo superior al diez por ciento.

Según el DANE, de los veintitrés millones de colombianos activos para cumplir labores remuneradas, cerca de dos millones trescientos mil no tenían empleo, pero se han venido generando 699 mil puestos de trabajo, según el Director del DANE. Este es un hecho bastante significativo, pero aún quedan aspectos por discutir y aclarar, y sobre los cuales hay que tener la lupa.

En primer lugar el desempleo disminuyó en 15 de las 23 ciudades que contabiliza el DANE, pero en las cuales, se evidencia deterioro en las condiciones laborales. La mejora en los puestos de trabajo en las ciudades se debe a aspectos como la leve recuperación de la industria, el favorable crecimiento del sector constructor, tanto en vivienda como en obras civiles. Sin embargo, otros aspectos también como la tasa global de participación, como en el Caribe, reflejan una baja participación de las mujeres en la fuerza laboral.

Las ciudades del Caribe no solo dan señales de mejoras aparentes, según el Observatorio del Mercado Laboral de Cartagena, la reducción del empleo se explica en parte por una menor presión de la población que sale al mercado de trabajo en búsqueda de una ocupación remunerada, y el deterioro de las condiciones laborales. En cambio en las ciudades del interior del país, donde se incremento el desempleo como Pereira y Cali con niveles del 13%; algunos informes como los de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, (ANIF, informe económico del 9 de marzo), señalan que los efectos del incremento de la participación laboral que es generada por el regreso de colombianos de España y Estados Unidos por la crisis internacional.

Mientras la situación en las ciudades a nivel de puestos de trabajo es “mejor”, en los centros rurales el desempleo se ha incrementado. En el último trimestre móvil, paso de 5.9% a 6.6%; y las condiciones de trabajo muestran mayores deterioros de forma objetiva, pasando de 7,5% a 8.1%. Es decir, que de las condiciones de subempleo se han presentado incrementos en aspectos como insuficiencia de horas, empleo inadecuado por competencias y empleo inadecuado por ingresos.

En los últimos trimestres, la generación de empleo estuvo dinamizada principalmente por el segmento de empleados particulares y por cuenta propia, que presentó una creación de 404 mil y 182 mil puestos de trabajo respectivamente, (88% de los nuevos puestos) con relación al mismo trimestre del año anterior. Un aspecto importante sobre la dinámica de estos puestos de trabajo, es el alto porcentaje de personas que trabajan en la informalidad.

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Si bien en los últimos trimestres se ha presentado una reducción aproximada a los 3 puntos porcentuales, el porcentaje de trabajadores informales es cercano al 50% a nivel de las 23 ciudades del país. De este porcentaje, el 51.6% son hombres el cual se ha incrementado en 6 puntos básicos, y se ha reducido el porcentaje de mujeres ocupadas en la informalidad a también en 3 puntos porcentuales. Es necesario entender que son dos aspectos diferentes el deterioro en la calidad el empleo y la informalidad, aunque estén relacionados.

El ocupado informal, es entendido como el número de ocupados se encontraban en una de las siguientes posiciones ocupacionales:

  1. Trabajadores familiares in remuneración;
  2. Empleados y obreros que laboran en establecimientos, negocios o empresas que ocupen hasta diez personas;
  3. Empleados domésticos;
  4. Trabajadores por cuenta propia, exceptuando profesionales o técnicos independientes;
  5. Patrones o empleadores de diez trabajadores o menos.

Del porcentaje de ocupados formales, se crearon puestos de trabajos en jornaleros, empleados particulares y trabajadores por cuenta propia, mientras que disminuyeron los empleadores y los empleados del gobierno. A pesar de la creación de nuevos puestos de trabajo, a nivel general los trabajos informales, a excepción de los jornaleros, incrementaron un 4% en promedio. Por otro lado, los sectores que mayores puestos informales generaron, corresponden Comercio, hoteles y restaurantes con un 48% de los puestos de trabajo, seguido de los servicios, comunales, sociales y personales con un 15%, industria Manufacturera y transporte, almacenamiento y comunicaciones con cada uno 12%, y la construcción y las actividades inmobiliarias con 8% para cada uno.

screenshotA pesar del aparente optimismo causado por esa cifra de desempleo, la calidad del trabajo en Colombia, y la transformacion productiva no se notan. En este momento, donde hay señales claras de una desaceleración económica, y la inflación se está acelerando a pesar de estar en un digito hay que tener mucho cuidado sobre los efectos que va a tener en los salarios reales y la producción potencial. ANIF pronostico que la Tasa de desempleo no aceleradora de la inflación (NAIRU) estaría cercana al 9% hace algunos meses; frente a este escenario ya real  el objetivo principal de la política del gobierno, junto al Banco de la Republica es buscar alternativas para que los efectos sobre la capacidad adquisitiva no generen mayor estrés en la economía colombiana.

Como lo manifestó Joseph Stiglitz en el diario El País, los gobiernos pueden y deben poner en práctica toda una variedad de políticas distintas, en particular políticas estructurales, a fin de permitir que la economía opere con un nivel más bajo de desempleo. De esta manera se reducirían ciertos niveles de incertidumbre en nuestra actual dinámica.


 

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