La “corrupción apesta”, dijo el sábado el papa Francisco, utilizando una palabra del argot, al hablar en el barrio marginal de Scampia, una de las nueve etapas de su visita de un día a Nápoles, la gran ciudad del sur de Italia.
“Ninguno de nosotros puede decir ‘nunca seré corrupto'”, agregó Francisco, al advertir que cada uno corre el riesgo de “caer en la corrupción y deslizarse hacia la delincuencia”.
Francisco lanzó esa dura advertencia sin hablar directamente de la mafia, en ese barrio marginal emblemático de los grandes problemas sociales de Nápoles, donde la Camorra, una organización criminal está muy implantada. “Los que transitan la vía del mal, roban un pedazo de esperanza, a si mismos, a la sociedad, a mucha gente honesta, a la buena reputación de la ciudad, a su economía”, dijo el papa.
“La corrupción apesta, la sociedad corrupta apesta, como apesta un animal muerto”, insistió Francisco en la plaza Juan Pablo II del barrio de Scampia, bautizada así en homenaje al papa polaco que la visitó en 1990. “La vida en Nápoles nunca fue fácil, pero nunca es triste, su gran recurso es la alegría”, dijo el papa, calurosamente aplaudido por las miles de personas que lo escuchaban.
El papa fue recibido en Scampia por decenas de miles de personas entusiastas.
Francisco efectúa este sábado su primera visita a Nápoles, la ciudad más grande del sur de Italia, afectada por el paro y las actividades de la mafia. El papa argentino atravesó el gentío, saludando a su paso a los jóvenes y los niños que querían tocarlo y hablar con él.
Dos adolescentes lograron poner cada uno un brazo en los hombros del papa para hacerse un selfi.
Antes de visitar Scampia, el papa Francisco estuvo en el santuario de la Virgen del Rosario de Pompeya, muy venerada por los habitantes de la región de Campania, cuya capital es Nápoles.
Durante la visita de una jornada a Nápoles, Francisco tiene previsto transmitir un duro mensaje contra la ilegalidad y abogar por una mejor administración de la ciudad. Se estima que centenas de miles de personas se volcarán este sábado a las calles de Nápoles, ciudad muy católica, para acompañar a Francisco, cuyo programa prevé nueve etapas y seis discursos.
La ciudad desplegó un imponente dispositivo de seguridad, que incluye 3.000 hombres y francotiradores en los techos, para velar por la seguridad del papa que recorrerá en papamóvil un trayecto de 25 kilómetros. (AFP)
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