Profesores en huelga indefinida, estudiantes en pie de guerra por una mejor educación pública y choferes del transporte que abogan por aumentos salariales: la Copa América arranca en un ambiente caldeado en Chile.
A dos días de la inauguración del torneo que reunirá en Chile a 10 selecciones de Sudamérica, más los invitados México y Jamaica, el ambiente no es de fiesta en Chile.
A primera hora, una huelga de choferes de una de las empresas del transporte público generó trastornos en el tráfico de Santiago, con atascos vehiculares, atrasos en la circulación de buses y aglomeraciones en las principales estaciones del metro de Santiago.
Las autoridades confirmaron un plan de contingencia en caso de que se prolongue la manifestación durante el desarrollo del torneo: “hay un plan de contingencia optativo respecto a la Copa América y se va a ver reforzado”, dijo el gobernador del Santiago, Claudio Orrego, a periodistas.
Estudiantes cortan la Alameda:
La principal arteria de Santiago, la Alameda Bernardo O’Higgins, fue cortada por varios minutos por estudiantes de universidades privadas, que se reunieron en una manifestación no autorizada en las cercanías del palacio presidencial.
La policía debió usar chorros de agua para dispersar la manifestación, que reunió a cerca de un millar de estudiantes que piden una mayores regulación del Estado a los instituciones privadas, que en Chile cobran muy altos aranceles.
La manifestación precede a una gran marcha de estudiantes y profesores prevista para este miércoles -un día antes de la inauguración de la Copa América-, convocada en rechazo de una reforma educativa y en apoyo al gremio de los profesores, que inició hace 10 días una huelga contra un plan docente impulsado por el gobierno de Michelle Bachelet.
Los profesores exigen al gobierno retirar del Congreso un proyecto de “nueva carrera docente”, que vincula un programa de aumentos salariales a evaluaciones periódicas, para negociar en conjunto una nueva iniciativa.
Los estudiantes, que por años exigieron una reforma educativa para instaurar educación pública, gratuita y de la calidad, consideran insuficiente la reforma que lleva adelante Bachelet, que comprometió la gratuidad total para unos 260.000 estudiantes a partir del próximo año.
Bachelet, que ganó la reelección tras prometer acabar con el sistema educativo legado por la dictadura de Augusto Pinochet, debió frenar el avance de las reformas luego del escándalo de corrupción que tiene a su hijo mayor como uno de sus protagonistas.
El caso, por el cual su hijo Sebastián Dávalos y su nuera Natalia Compagnon son investigados por el uso de información privilegiada y tráfico de influencias tras concretar un millonario negocio de especulación inmobiliaria, derribó la popularidad de Bachelet, a un mínimo del 29%.
“Queremos asegurar que en las salas de clases la educación sea de calidad, pero eso no significa que no podamos seguir con el diálogo”, dijo este martes el portavoz oficial del gobierno, Marcelo Díaz.
Un día después de las protestas, Bachelet tiene previsto asistir a la inauguración de la Copa América, mientras ha descendido a su punto más bajo de popularidad desde que asumió en marzo de 2014. (AFP)
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