La ciudad imaginada

La apropiación y el uso del espacio público ha sido un dolor de cabeza para la mayoría de las administraciones locales en todo el país, que durante años han intentado regular las dinámicas relacionadas con el tema. Pero una nueva teoría plantea una transformación en la forma de mirar y hacer ciudad, que le daría la vuelta a la problemática. Su precursor es Armando Silva, profesor investigador de la Universidad Nacional de Colombia.

Silva estuvo en Cátedra Europa Uninorte exponiendo su teoría de los imaginarios urbanos. “El espacio público por sí solo, no existe. Se construye, es el espacio de la conquista. Lo que existen son los espacios urbanos”. Esa fue una de las conclusiones de la investigación.

El concepto básico que utiliza la teoría es el urbanismo, pero es uno ciudadano, porque lo que busca es captar la manera como las personas ven y perciben la ciudad en sus construcciones mentales y sociales, y cómo desde esa visión se vive la ciudad real. Es ahí cuando aparecen los imaginarios urbanos, que permiten pensar la ciudad no solo desde su sentido espacial, sino también desde el temporal.

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Armando Silva, profesor de la Universidad Nacional de Colombia.

 

Para explicarlo, Silva hace una distinción entre tres conceptos que usualmente se tienden a confundir. La ciudad invisible, que es la literatura, una creación de ficción; la ciudad industrial de Disney, que es la del espectáculo; y a la que se refiere el estudio, la ciudad imaginada, la de los ciudadanos, que es la real.

“Si yo tengo miedo de venir a Colombia por la violencia, eso es un foco de percepción que hace, de alguna manera, que se vea la ciudad real. De hecho muchos amigos extranjeros cuando se van de Colombia me dan las gracias y yo no sabía por qué, después descubrí que era porque no les había pasado nada, ellos en el imaginario tenían una percepción de inseguridad”, expuso el doctor en Filosofía y Literatura Comparada de la Universidad de California.

Los imaginarios determinan maneras de ser y comportarse, por lo que no se encuentran en un espacio geográfico sino simbólico. Sin embargo, estos se hacen reales cuando se genera un efecto social.

“Descubrimos, aplicando un formulario en 100 ciudades del mundo, que el imaginario que predomina en el mundo es el miedo, donde hay una relación directa entre el miedo y la política. Que el miedo sea dominante en el mundo es determinante en la manera de vivir las ciudades y las interacciones sociales”, expresó Silva.

Asimismo, durante la investigación evidenció una situación propia del siglo XXI: se separa la ciudad de lo urbano. “Hoy no se necesita vivir en una ciudad para ser urbano. Nos urbanizamos por fuera de la ciudad, es más, es fundamentalmente por fuera. Esto es un acontecimiento”, dijo. Es por eso que afirma que el urbanismo que llamamos ciudadano determina el uso de la ciudad física.

De esa forma, el docente desarrolló un modelo que aspira a que se convierta en un modelo de la percepción social. Y que tiene dos dimensiones, la primera es cuando lo imaginado domina sobre lo real, donde se da la figura del fantasma humano; y la otra es todo lo contrario, lo real sobre lo imaginado. Esta teoría cambia la forma como normalmente se perciben los espacios urbanos, y propone repensar las propuestas de su ocupación.


Por: Adriana Chica, Agencia de Noticias, Universidad del Norte


 

 

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