Por: Paulina Abramovich.
En solo cinco años la Alianza del Pacífico se ha convertido en el pivote de una nueva y pragmática América Latina. Con su apuesta por el libre comercio, Chile, México, Colombia y Perú están seduciendo a países como la Argentina de Mauricio Macri.
En el espectacular giro que ha dado Macri a la política argentina en seis meses en el poder, dejando atrás más de 12 de años de kirchnerismo durante los que el foco eran los países con gobierno de izquierdas en la región, Argentina se incorporó recientemente como observador de este bloque nacido en 2011 y espera convertirse en miembro rápidamente.
Antes unos 700 empresarios reunidos en el marco de la cumbre de la Alianza del Pacífico en la ciudad sureña chilena de Frutillar, Macri les dijo que eran “bienvenidos” en su país y apostó por la unión con el Mercado Común del Sur (Mercosur), al que trata de sacar de su estancamiento. “En Argentina como se ha dicho hace seis meses se produjo un cambio político total. Este cambio, implica que queremos ser parte del escenario mundial, queremos ser parte de las soluciones de los problemas globales”, afirmó Macri.
Por encima de las coyunturas políticas:
Considerada como la sexta economía del mundo, los cuatro países de la Alianza del Pacífico suman casi el 52% del comercio total de la región y el 36% del PIB de América Latina, con un mercado de unos 212 millones de personas.
Cuarenta y nueve países han adherido como “observadores” al bloque, como muestra del interés que despierta por su flexibilidad y pragmatismo a la hora de adoptar sus decisiones por encima de las coyunturas políticas. En este tiempo, han logrado liberalizar el 92% del comercio intrabloque.
Asimismo, multiplicaron los acuerdos de libre comercio con diferentes regiones del mundo, lo cual les permitió contar con mercados alternativos para temperar el impacto de la desaceleración de China, según analistas y gobernantes.
“La Alianza es ya una alianza sólida, que está por encima de la coyuntura política, por encima de los partidos y se está perfilando como una integración muy exitosa y poderosa”, dijo el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien además recordó que en cinco años, el poder ha cambiado de manos en algunos miembros, como Chile, donde la Alianza la inició el derechista Sebastián Piñera y ahora la continúa la socialista Michelle Bachelet.
El presidente colombiano mira con especial interés el desarrollo de la Alianza del Pacífico tras la renovada esperanza sobre las perspectivas económicas que se le abren a su país después del acuerdo de cese al fuego firmado recientemente con la guerrilla de las FARC. Según sus cálculos, el fin de las hostilidades tras cinco décadas de conflicto armado duplicará el mercado colombiano y las oportunidades de inversión, haciendo crecer al PIB de su país “mínimo 1% por año de por vida”.
La misma esperanza es la que tiene el presidente peruano Ollanta Humala, quien entregará próximamente el poder a un mandatario de signo político contrario, el liberal Pedro Pablo Kuczynski.
“La Alianza del Pacífico es un proyecto consolidado que obedece a las fuerzas internas de cuatro naciones que tienen modelos económicos semejantes y que tienen una fuerza empresarial fuerte y que comparte la misma visión de sus líderes políticos”, señaló Humala, a menos de un mes que finalice su mandato.
Luis Guillermo Solís, el presidente de Costa Rica, también acudió al encuentro en Frutillar, con la esperanza de acelerar su ingreso en esta Alianza, caracterizada por el pragmatismo y un objetivo común: incentivar negocios conjuntos, brindar oportunidades para la inversión extranjera y para nuevos emprendimientos e innovación. AFP
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