Jornal del Caribe III: El Caribe y la Cultura Mundial: música, ritmo, danza y lengua

Por: Roberto McCausland.


 El amor es un pájaro rebelde


Esta tercera edición de Jornal del Caribe está dedicada al desarrollo de nuestra música a mediados del s. XIX-. Como siempre, viajaremos por nuestro Caribe y nos deleitaremos con la música clásica, el jazz, el rock, la música popular y folklórica. Seguiremos hablando sobre el intercambio artístico y cultural entre nuestro mar mediterráneo —el Caribe—, y aquel “Caribe europeo” o Mare Nostrum …y el buen café espresso.  

Tema

Como escuchamos y leímos en el Jornal del Caribe II., Liszt, Bach y Beethoven ejercieron grandes influencias en el desarrollo de nuestra música y la relación entre música, lengua, danza y ritmo. Esta relación dio grandes aportes a la expresión musical europea. En esta edición veremos como los géneros musicales caribes ya establecidos desde mucho antes de 1860, se transforman y crean una nueva expresión con la influencia de Liszt y su ‘Petit americaine’ Gottschalk. Esta nueva expresión es retransmitida al ‘viejo Continente’ por medio de nuestra constante liga comercial y cultural y es entonces utilizada por los grandes compositores europeos en sus obras: sin darnos el ‘justo crédito’ como decía nuestro ‘Libertador’ Bolívar. Simon Bolívar, por cierto, fue gran amante del la danza, la música caribe y el café oscuro con cacao el cual lo acompañaba en sus largos viajes por las Américas.

Descendencia directa de Liszt en el Caribe

En la Roma de los 1860 ocurre otro gran intercambio cultural. ‘Mon petit américaine’ —como llamaba Liszt a Louis Moreau Gottschalk, por ser joven y pequeño—, era un criollo de Nueva Orleans, de padre hebreo y madre criolla, a quien Franz tuvo como estudiante en la ciudad Eterna. En el estudio de Franz, Louis Moreau fue un gran estudiante. Conocedor al piano de los principios de la música de su Caribe natal, Gottschalk asimiló y trajo de vuelta en sus piezas claramente la técnica pianística y sonora de Liszt. Centrándonos nuevamente en ritmo, Jimi Hendrix, Paganini, Count Basie y Louis Armstrong son de los pocos artistas, como Liszt, que han cambiado la manera como se toca su instrumento, para expresarse mejor musical y poéticamente. Sin el desarrollo de la técnica pianística e instrumental —así como la transformación rítmica con el sentimiento de improvisación de Liszt— hoy la música del Caribe sería otra.

Recordemos que ritmo, en la música, es un patrón que implica y recurre al sentido del movimiento, generalmente derivado de la lengua y la danza próximas al intérprete. …En artes visuales también existe ritmo…

Franz Liszt, familiarizado extensamente con la Península Ibérica y su música, por sus relaciones profesionales como virtuoso, poseía en cuanto intérprete y compositor la capacidad de emocionalmente envolver a su público en su arte como ningún otro artista.

En términos cinematográficos, Liszt Ferenc era un cruce entre Robert de Niro, Marlon Brando, Al Pacino y Jack Nicholson. Su legado continúa en nuestro siglo por medio de sus composiciones y el linaje real que crearon sus estudiantes, amigos, colegas y descendientes.

Muchos pianistas y compositores se catan por su relación directa instrucción musical con su preceptor como Artur Schnabel y Claudio Arrau. Otro de los muchos logros de Liszt fue traer a la escena mundial musical las creaciones completas de Beethoven, que no era nada popular.  Ligados a Liszt son los compositores Richard Wagner, con cuya hija Cósima estuvo casado, y al que guío musical y materialmente por muchos años; Claude Debussy, con quien pasó tiempo profesional en el apartamento Borgia de la Villa d’Este en Tívoli, cerca a Roma- el cual escribió excelentes piezas basadas en la música ibérica y mediterránea; Maurice Ravel, que conocía toda su obra y se deslumbro por continuar la tradición Lisztiana en su trabajo; y Georges Bizet, con el que tuvo contacto como pianista virtuoso y compositor. Igualmente, Liszt resaltó el valor artístico de la música ibérica y fue la mayor influencia en Granados, Albéniz y De Falla. En realidad, Franz fue la mayor influencia en todo el mundo musical europeo, desde 1835 hasta por lo menos 1912, y su legado continúa en su obra.

La Rapsodia Española de Liszt es la pieza más importante en su aporte musical a la Península Ibérica, Francia y el Caribe la cual Louis Moreau conocía exhaustivamente. La pieza incluye una folía española (Folie Espagnole), que digamos es similar a un patrón recurrente como es el blues de 12 medidas, ambos de similar función y origen de varios cientos de años en los países del Mediterráneo del norte y Canarias luego transferido al caribe.

Entre las danzas ibéricas de esta Rapsodia sobresale la jota aragonesa, y todo el colorido técnico musical del sonido ibérico, con sus influencias rítmicas africanas, orientales y medio oriental. Igualmente, se encuentra la base técnica y musical de Liszt, traída por Gottschalk a América. Liszt, que hablaba principalmente francés, su lengua favorita, nació en la parte alemana de Hungría; sabía inglés e italiano, por su residencia en Roma, y hablaba el castellano, por su fascinación por España, dio a conocer al mundo esta ‘Folia de Espagna’ la cual impacto al mundo musical europeo sin paralelo. El rumor de Franz que no hablaba húngaro no es cierto. Su correspondencia está llena de frases en magiar, como los húngaros llaman a su lengua.

El desarrollo cultural del Mediterráneo y del Caribe

El Caribe, incluyendo San Juan de Puerto Rico, Cartagena, Ciudad de México, Caracas, Cuba y Nueva Orleans, a mediados del siglo XIX, gozaba de una cultura única en las Américas. Mientras en América del Norte se negociaba una guerra civil y la colonización del Oeste, en la América andina y el Cono Sur se recuperaban de los 20 años de la guerra de Independencia de la Península Ibérica. Desde el Caribe transferimos al resto de las Américas cultura europea. A Europa le enviamos una nueva fusión también con nuestra impronta personal: a ambas le enviamos una nueva relación entre danza, lengua y ritmo dada por esa ‘fusión’ cultural. No olvidemos que del mismo modo como los europeos mediterráneos celebran los más de 5.800 años de la cultura occidental, nosotros en el Caribe formamos parte de esta celebración, por nuestra constante liga comercial. …Sin Habaneras y San Juanesas, el tango habría sido solo una poesía francesa…

Digamos, de paso, que el inventor de la máquina automática de café, Francesco Illy, era ciudadano austro-húngaro, rumano e italiano, sin haberse mudado de su Trieste natal. Su familia continúa en el negocio del buen café, ¿adivinan por qué?

Cultura europea se transfiere a las Américas a través del Caribe

Entonces, en la transición de la gran sonata tardía de Luigi van Beethoven —Sonata n.º 32, op. 111, segundo movimiento, variaciones 2 y 3—, a mi modo de oír, ocurre el primer rag time en la historia de la música.  La forma en que se intensifica el patrón rítmico del rag time  es único y predestinado a Scott Joplin. La base rítmica —junto a la lengua y la danza— que oímos en Bach es expandida por Beethoven. Y luego pasa al Caribe vía Liszt/Gottschalk y finalmente a Scott Joplin. A propósito, Scott Joplin y su ‘tocaya’ Janice Joplin compartían las mismas costumbres que conducen a finales dramáticos: gozaba del café… con Scotch. De este modo, el ‘Blues’ y las ‘Habaneras’ y ‘San Juanesas’ se encuentran en el ‘rag time’.

Igualmente, esta relación entre danza, lengua y ritmo se transforma en nuestro Caribe —donde se encuentra con la música  afro-cubana, la salsa y el jazz—, es retransmitida a Europa continental a través del Mediterráneo, para crear obras maestras operáticas, como ‘El arreglito’, composición que fue traída del Caribe a Europa por Sebastián Iradier y utilizada por Bizet en su ópera ‘Carmen’ como pieza central ‘Habanera’; este tema, a su vez, inspiraría a Richard Strauss para escribir su ópera “Salomé”; y muchas piezas compuestas por Debussy, Ravel y los compositores Ibericos como Granados, de Falla y Albeniz.   Otro ejemplo son las zarabandas, que salieron del Caribe —y eran el baile predilecto de Manuelita Saenz, solo para el ‘Libertador’—, al pupitre de nuestro gran amigo J.S. Bach, que las utilizó prolíficamente. De este modo, hemos visto cómo danza, lengua y ritmo se unifican por igual creando nuevas expresiones musicales —esta vez en Europa—, procedentes de nuestro Caribe, digamos, saliendo de la vuelta de la esquina de nuestra ciudad.

Creación del jazz y los demás géneros musicales del Caribe

La fusión rítmica y las nuevas técnicas instrumentales originan en el Caribe nuevos sonidos y sentimientos para el mundo, entre estos, el jazz, el afro-jazz y la salsa; que hallan sus creadores en Count Basie, Louis Armstrong, Duke Ellington, Art Tatum y Erroll Garner, como también en Chucho Valdez y Richie Ray. Aquellos combinan el idioma rítmico personal idiosincrático de Nueva Orleans y Cuba, creando el sentido de la danza ‘creole’ o ‘criolla’; en tanto que estos utilizan el lenguaje netamente caribe y afro. Con sus acentuaciones personales, Art, Louis, Count, Duke, y Erroll, y Chucho y Richie crean un ‘jazz’ o ‘feeling’ o ‘swing’, o ‘sentimiento’ especial en sus interpretaciones, hoy conocidas como jazz. En este destacado momento histórico melódico, es obligada la mención del compositor y pianista afro caribe clásico cubano Ernesto Lecuona, que, en un continuum musical recoge la semilla sembrada por Gottschalk y Liszt que floreció en el Caribe.

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Y en consecuencia, no olvidemos el papel que tiene el gran café espresso y sus varias presentaciones como el café cortado y el espresso cubano (con azúcar refinada morena) —en La Habana— en el Café du Monde en Nueva Orleans el espresso va con achicoria ‘au lait,’ un café au lait o con leche típico de Nueva Orleans. En San Juan de Puerto Rico el café “caracolillo” un café oscuro pero muy dulce y aromático se toma en la mañana y en las noches al caminar después de una Buena cena y con la mejor compagnia a tu lado…

Como “fínale” de esta fantástica aventura sonora por nuestro Caribe y el Mare Nostrum, evoquemos la habanera “L’amour est un oiseau rebelle” de la ópera “Carmen” de Bizet, y concluyamos que esta pieza, extraída de los burdeles habaneros, hoy emblemática de la ópera europea, en su espíritu y melodía, con todo su colorido, su erotismo lúbrico, sensualidad y pasión, sigue siendo, con muchas otras, muy nuestra, muy del Caribe para el mundo.

Codetta

Todavía no he conocido a una dama, procedente de cualquier cultura, religión o continente, que no se sienta identificada, “touchée”, y aún más femenina, poderosa y soberbia, al escuchar esta pieza de la apasionada “Carmen” interpretada por la Callas (1958), en donde ritmo, lengua y danza son un solo espíritu, energía, pasión y sensualidad perfectos.

¿Cuándo te amo?

¡Dios mío, no sé!

Tal vez no, tal vez mañana.

Pero hoy no, por cierto:

El amor es un pájaro rebelde

que ningún hombre puede domar…


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Roberto McCausland

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