Maquinaria diseñada y ensamblada en la ciudad colombiana de Manizales apoya la innovación de las industrias de café, electrodomésticos y biocombustibles en el país y proyecta abrirse mercado antes de finalizar el año en el vecino Ecuador.
Con tecnología a la medida, Sotec, que nació en 1978 como “Sociedad Técnica”, una empresa formada por Carlos Alberto Uribe y su esposa, y que hoy abarca todo el grupo familiar, provee soluciones metalmecánicas para diferentes sectores.
Mabe, el más grande fabricante de electrodomésticos de línea blanca en América, la argentina productora de aceros planos y largos Ternium y la empresa incineradora Tecniamsa, entre otras, cuentan con desarrollos de esta compañía, que ahora apunta al sector de los biocombustibles. “Los ingenios son un sector muy dinámico no solo por la producción de azúcar sino también por el biodiésel y los agregados para la gasolina y pensamos que tienen un potencial de crecimiento enorme del que podemos hacer parte”, dijo a Colombia.inn, agencia operada por Efe, el gerente de Sotec, Nicolás Uribe.
Hace cuatro años Sotec comenzó el acercamiento con el sector mediante la fabricación de secadores de azúcar, torres de sulfitación y válvulas rotativas para el Ingenio Risaralda, uno de los más importantes del país. “Arrancamos un proceso para trabajar con Incauca, con lo cual poco a poco vamos ampliando nuestro campo de acción con las empresas que se dedican al procesamiento de combustibles de origen biológico y cuyo uso toma cada vez más fuerza”, agregó el directivo.
La industria de los biocombustibles en Colombia ha registrado un incremento sostenido en los últimos años, con una producción de diodiésel partir de la palma de aceite que pasó de 169.411 toneladas en 2009 a 518.092 toneladas en 2014, y de etanol a base de caña que alcanzó los 406 millones de litros el año pasado, según cifras de la Federación Nacional de Biocombustibles.
Esta entidad señaló en 2014 que Colombia es el quinto productor mundial de biodiésel de aceite de palma.
Los datos de Fedebiocombustibles indican que en el país más de 300.000 personas dependen de esta industria, el 85 % de ellas en el campo, y mientras la producción de biodiésel genera unos 60.000 empleos anuales, la del etanol da trabajo a más de 22.000.
Sotec se prepara además para ampliar sus mercados a finales de 2015 con la llegada a Ecuador, donde, según Uribe, existen “buenas posibilidades de construir maquinaria apropiada para la incineración y la línea blanca de electrodomésticos”.
Para ello esta empresa cuenta con una planta de 1.700 metros cuadrados con una capacidad instalada para procesar 7.000 kilogramos diarios de derivados del acero.
La internacionalización supondría un nuevo paso para Sotec, que, de acuerdo con su subgerente y fundador, Carlos Alberto Uribe, ha logrado transformarse de microempresa “en una compañía establecida, con 35 empleados”, y que ha logrado “sobrevivir a cinco quiebras”.
“Industrial que no se quiebre cinco, seis o siete veces realmente no es un industrial. De las crisis se aprende de todo para no caer en los mismos errores y a pesar de que a veces se pierde todo, se vuelve a arrancar”, afirmó, con convicción, Uribe. (COLOMBIA.INN)
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