Venezuela entró en una nueva era. La oposición logró un histórico triunfo parlamentario que puso fin a 16 años de hegemonía chavista, pero aún debe definirse el poder que tendrá para impulsar los cambios prometidos en este país petrolero, asfixiado por la crisis.
En unas cruciales elecciones legislativas disputadas el domingo, la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD, centroderecha) aseguró 99 diputados contra 46 del oficialismo socialista, de una Asamblea Nacional de 167 escaños, que se instalará el 5 de enero. Pero la magnitud de la victoria y el impacto en el rumbo del país todavía está por verse. El Consejo Nacional Electoral aún no anunció el resultado para las 22 curules restantes, por lo que la oposición podría alcanzar mayoría calificada de tres quintas partes (101 escaños) o incluso la de dos terceras partes (112), con amplísimo poder.
En rueda de prensa, la oposición aseguró haber obtenido 112 curules, una situación inédita en un parlamento dominado por el oficialismo de izquierda desde que en 1999 llegó al poder Hugo Chávez, fallecido en 2013.
“Es un camino lleno de posibilidades de concertación, pero también de resistencias. El riesgo de generar más ingobernabilidad es muy grande tanto para el gobierno como para la oposición. Es mucho lo que está en juego”, declaró la politóloga Elsa Cardozo, de la Universidad Simón Bolívar (USB).
“Negociación o guerra”
Apenas anunciado en la madrugada del lunes el resultado oficial, el presidente Nicolás Maduro aceptó la derrota que dijo recibir como una “bofetada”: “Se abre una nueva etapa de nuestra revolución bolivariana”, auguró. Con tono moderado, Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD, anunció el “comienzo del cambio en Venezuela”, pero reconoció que la oposición tiene una “responsabilidad inmensa” para “hacerle frente a la crisis”.
“Uno espera que se pueda abrir un canal para que la transición en la Asamblea sea más o menos normal, o será una transición salvaje”, dijo Colette Capriles, analista de la USB.
Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis, coincidió en que “tal como quedan las fuerzas políticas en el país, solo hay dos escenarios: negociación o guerra”. “Ojalá negociación”, subrayó.
Con mayoría simple, la oposición podrá buscar una amnistía para unos 75 “presos políticos” y designar las autoridades de la Asamblea.
Pero con mayor poder podría incluso convocar una Asamblea Constituyente, remover a los miembros del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y hasta buscar sacar anticipadamente a Maduro del poder.
“La mayoría calificada no es para perseguir”, aseguró el líder del ala moderada de la oposición, el excandidato presidencial Henrique Capriles, al descatar una cacería de brujas.
Voto castigo, no cheque en blanco
Maduro, quien asumió el poder en abril de 2013, atribuyó este “revés coyuntural” a una “guerra económica” de empresarios de derecha, admitiendo el descontento popular por el alto costo de vida y la aguda escasez de alimentos que provoca largas filas en los supermercados.
“Aquí ganamos chavistas y antichavistas porque castigamos a Maduro por las colas. La oposición tiene que ver bien lo que va a hacer, porque igual los votos que le prestamos se los quitamos”, dijo Alan Sánchez, un taxista y estudiante de informática de 35 años.
Aprovechando el voto castigo y la proyección internacional que le dieron casos como el encarcelamiento del líder radical Leopoldo López, la MUD hizo a un lado históricas divisiones. Pero Torrealba reconoció que se debe “reinventar”. “No es lo mismo unirse para resistir, que unirse para gobernar. No es lo mismo unirse para oponerse, que unirse para legislar (…). Una cosa es un voto de confianza y otra distinta es un cheque en blanco”, manifestó.
El panorama no luce nada fácil. Venezuela -el país con las mayores reservas de crudo del mundo que obtiene del petróleo 96% de sus divisas- cerrará 2015 con una contracción económica de 10% y una inflación de 200%, según economistas.
“Va a haber una tensión entre la demanda de cambio político y la demanda de la vida cotidiana, de salir de la crisis en términos económicos y sociales”, comentó Colette Capriles.
Los venezolanos se quejan también de la inseguridad rampante -Venezuela es el segundo país más violento del mundo después de Honduras, con 62 homicidios por cada 100.000 habitantes, según la ONU.
Las elecciones fueron saludadas por el secretario estadounidense de Estado John Kerry, quien instó al “diálogo”; el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; la Unión Europea, y varios países latinoamericanos. Bolivia y Nicaragua plantearon una “reflexión”.
El triunfo de la oposición venezolana es un nuevo golpe a la izquierda latinoamericana, tras la victoria del candidato de centroderecha Mauricio Macri en Argentina, que puso fin a 12 años de gobierno kirchnerista, aliado del chavismo. AFP
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