Por: Phumzile Mlambo-Ngcuka.
Secretaria general adjunta de Naciones Unidas y Directora ejecutiva de ONU Mujeres.
Empezando por las niñas, hagamos que las vidas de las mujeres cuenten
Para las mujeres y niñas alrededor del mundo, dejar su hogar para aprender o ganarse la vida puede ser intimidante, riesgoso e incluso mortal, como nos muestra el reciente asesinato de la periodista y defensora de los derechos humanos Miroslava Breach Velducea en México.
Ella fue asesinada a disparos en su auto “por hacer mucho ruido”, y con su muerte se sumó a las más de 800 mujeres que han sido asesinadas en el Estado de Chihuahua desde 1993, muchas de las cuales fueron secuestradas en el transporte público en los trayectos de la escuela o el trabajo. Poco después, el periódico regional para el que escribía (Norte de Ciudad Juárez) anunció su cierre.
Cuando las normas sociales le enseñan a los niños y hombres a tratar los cuerpos de las niñas y mujeres como una propiedad pública que puede ser tocada o lastimada con impunidad, esas creencias terminan reflejando y perpetuando la desigualdad. Cuando la fuerza silencia voces éticas independientes la sociedad empobrece.
El impulso para construir condiciones de igualdad de género es una manera directa de evolucionar la justicia económica, lograr un desarrollo sustentable, promover sociedades pacíficas, justas e incluyentes, facilitar el crecimiento económico y la productividad sustentables, sostenible e incluyente, acabar con todas las formas de pobreza y garantizar el bienestar de todas las personas.
Esta es una responsabilidad compartida que requiere acciones en todos los sectores y de todas las personas: sector tanto público como privado, y la participación de hombres y mujeres por igual.
Este fin de fin de semana, en el que líderes, tomadores de decisiones y pensadoras llegan a Roma para el Foro de mujeres G7 (W7) para discutir soluciones que “empiecen con las niñas” por enfrentar la “desigualdad y crecimiento sustentable”, tenemos la oportunidad de considerar y aprovechar el conocimiento de las 89 autoridades ministeriales y representantes de los 162 Estados Miembros que recién culminaron la 61º Sesión de la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer en Nueva York, aumentada por las voces y rica experiencia de 3.900 participantes de la sociedad civil.
El G7 se ha comprometido previamente a aumentar la participación de las mujeres en la fuerza laboral, a incrementar la educación y entrenamiento técnico y vocacional, a apoyar a mujeres en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, así como a hacer un llamado a las compañías para que a través de sus actividades se sumen a los Principios de empoderamiento de las mujeres (WEPs, por sus siglas en inglés) de ONU Mujeres.
El objetivo principal de la Comisión este año fue el “empoderamiento económico de las mujeres en el cambiante mundo del trabajo”, y sus extensivas respuestas y conclusiones están relacionadas de manera directa con el objetivo de “desigualdad y crecimiento sustentable” del Foro W7, y ambos objetivos responden de manera directa a problemas de relevancia mutua, como invertir en la educación de niñas y mujeres, incluso la de aquellas que estén en movimiento, y especialmente en los campos de entrenamiento y educación técnica y vocacional, ciencia, ingeniería y matemáticas.
Ambos foros buscan la implementación de acciones transformadoras que reduzcan la brecha de participación en la fuerza laboral, que logren salarios igualitarios, que logren la salud y los derechos sexuales y reproductivos, y que ayuden a construir liderazgos.
Estos encuentros son oportunos para dirigir la creciente fuerza, unidad y determinación de las mujeres para proteger sus derechos y lograr cambios en la sociedad y la economía que puedan cerrar las brechas globales de género. Reforzados por las marchas de mujeres alrededor del mundo, y unidos a una creciente ola de solidaridad y protesta, dos temas interconectados han hecho eco en las discusiones y reuniones paralelas de la Comisión: los derechos humanos de las mujeres para participar plena e igualitariamente en el mundo del trabajo, y la total autonomía corporal para una vida sin discriminación, estereotipos y ninguna forma de violencia.
La coalición por los derechos de las mujeres, Women’s Rights Caucus, que integra a más de 250 organizaciones feministas y en favor de los derechos de las mujeres de todo el mundo, reportó en sus revisiones de los resultados, “los gobiernos deben enfrentar los hechos de que los derechos de las mujeres para ejercer autonomía sobre sus propios cuerpos y vidas son críticos para el empoderamiento económico”, y “en tiempos en los que los derechos humanos de las mujeres están bajo ataque global, los espacios internacionales se han vuelto más importantes”.
Esos derechos humanos para las mujeres incluyen “el derecho a tener control sobre su sexualidad y decidir libremente sobre ella, incluyendo salud sexual y reproductiva, libre de coerción, discriminación y violencia, como una contribución al goce pleno de sus derechos económicos, independencia y empoderamiento”[1]. Para muchas, estos derechos permanecen distantes. La falta de derechos para muchas niñas y mujeres contribuye a los caminos complejos y aún sin solución para alcanzar su libertad y habilidad de participar en la sociedad como madres de familia y como participantes activas de la economía.
Las penalizaciones directas a la maternidad dentro del mundo del trabajo, en sus variantes de salarios reducidos y prospectos de carrera, crean consecuencias financieras en el largo plazo para las mujeres, y requieren acciones a detalle para ajustar y redistribuir las responsabilidades de cuido y las licencias parentales y maternales.
Sin embargo, al mismo tiempo que hay señales preocupantes en varios países de un espacio cada vez más reducido para la sociedad civil, represión en los medios de comunicación, aumento de los femicidios en algunas regiones, reducción de la cantidad de mujeres como Jefas de Estado, y una disminución en la cantidad de mujeres en puestos de dirección en las 500 principales empresas del mundo, también hay muchas señales positivas de cambio que están floreciendo y que pueden servir como referencia de buenas prácticas para que los países avancen.
El parlamento de Islandia está examinando una iniciativa que busca cerrar la brecha salarial entre hombre y mujeres, prohibiendo cualquier tipo de discriminación basada en género, raza, religión, discapacidad o discapacidad ocupacional, edad y orientación sexual. Colectivos de mujeres como el CODEMUH en Honduras están defendiendo exitosamente los derechos humanos y laborales de las mujeres y peleando contra la violencia de género en el lugar del trabajo.
En los Estados Unidos, más de 30 compañías se han negado a anunciarse en un canal de televisión de amplio alcance debido a las acusaciones de acoso sexual realizado por un presentador de la cadena.
Mientras que en México, un video que se ha vuelto viral muestra el experimento social #NoEsDeHombres y busca poner fin a la normalización de la violencia sexual contra las mujeres en espacios públicos, así como promover una forma más respetuosa de la masculinidad. La Comisión Europea anunció que el 2017 será el año enfocado en acciones para poner fin a la violencia contra las niñas y mujeres.
El Panel de alto nivel del Secretario General de Naciones Unidas para el Empoderamiento económico de las mujeres hizo recomendaciones de acciones para todos los actores claves, incluyendo gobiernos, empresas y sociedad civil, como cambiar las normas sociales, reforma de leyes, la necesidad de cambiar la cultura y prácticas empresariales, así como mejorar las prácticas de recursos humanos y empleo en el sector público. Todas estas recomendaciones traerán un cambio transformador y nos permitirán “no dejar a nadie atrás”.
Este es un momento importante para renovar y reforzar la determinación mutua de la relación entre el empoderamiento económico de las mujeres en el cambiante mundo del trabajo y la plena, efectiva y acelerada implementación de la Declaración y Plataforma para la Acción de Beijing y la implementación con perspectiva de género de la Agenda de Desarrollo Sustentable 2030. Hoy, más que nunca, hay más liderazgos dispuestos a tomar acción en esto; en el Foro W7 nos les debemos unir con toda la fuerza.
Notas:
[1] Commission on the Status of Women, 61st session, Agreed Conclusions, paragraph x, unedited version.
Nota publicada en ONU Mujeres, reproducida en PCNPost con autorización
SOURCE: ONU Mujeres
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