Hacia una universidad socialmente responsable: equilibrio entre lo global y lo local

Por: Axel Didriksson y Marta Cayetano.

Tendencias de cambio en la Educación Superior de América Latina y el Caribe


Blogs Edu UNESCO GEMEl 6º Informe Mundial de Educación Superior, elaborado por la GUNi (Global University Network for Innovation) y publicado recientemente, se centra en el compromiso social de las universidades a escala local y global y pone de manifiesto que el modelo de la universidad del s.XXI debe ser socialmente responsable e ir más allá de los aspectos estrictamente educativos.

La sexta edición del informe, presentado en Barcelona el 10 de marzo, concluye que las universidades deben implicarse con la realidad local, a la vez que con las problemáticas globales. El informe facilita la reflexión sobre problemáticas emergentes y desafíos de la educación superior en el mundo.


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Imagen cortesía de Toonsteb en FreeDigitalPhotos.net


En total, 86 expertos de 28 países han contribuido en la elaboración del informe y en la identificación de buenas prácticas que pueden ayudar a líderes académicos y responsables políticos a tomar conciencia de la importancia de la educación y la investigación. Por primera vez, la versión completa del informe está disponible en acceso abierto.

El informe incluye un capítulo dedicado a tendencias actuales de los sistemas universitarios en América Latina y el Caribe.  Están experimentado importantes procesos de cambio en sus relaciones con el Estado, la economía y la sociedad. Buscan remontar una secuencia de crisis políticas, sociales y económicas que condujeron a varias décadas de atraso, a la contracción de las responsabilidades y quehaceres de los gobiernos frente a la muy desigual problemática de la educación, tanto general como superior. Esto ha llevado a la proliferación de mecanismos de mercado para la regulación de la organización académica, y a la reproducción de las brechas en los conocimientos, los aprendizajes y los desarrollos de la ciencia y la tecnología modernas.

Las condiciones del desarrollo de un sector productor de conocimientos, de nuevos aprendizajes y oferta de nuevos perfiles universitarios, hasta finales del anterior siglo, se mantuvo constreñido y en muchos casos aparecía como secundario y marginado, en un marco de tendencias y cambios, de fracturas y desigualdades.

La idea tradicional de una universidad de modelo hegemónico público y con la referencia a esquemas de gestión y organización basados en el co-gobierno, la autonomía institucional, el subsidio del Estado y el dominio de un currículo de corte profesionalizante, empezó a dejar de ser un “modelo” predominante, pero también pertinente en la región.

Y allí empezó esta nueva fase de creación o remodelación de instituciones universitarias emergentes, con la creación de sedes y subsedes de las más universidades más grandes e importantes, y con la constitución de otras tantas “nuevas” de factura innovadora o “emprendedora”.

Estos movimientos de cambio diversificaron y fragmentaron el modelo dominante de universidades de viejo corte profesionalizante. En cambio, la tendencia que se impuso como la estándar fue buscar caminos de modernización por la vía de las agencias de acreditación y los consejos de evaluación, la vía de la mercantilización, y la contracción de los subsidios del Estado.

Si bien el caso Chileno aparece en la perspectiva del análisis de los cambios organizacionales y de contenido como un prototipo, en muchos otros países la insistencia en impulsar cambios estructurales y de fondo, muy distintos al que se imponía en Chile, empezó a cobrar notoriedad, desde un complejo debate social y académico sobre el papel de la universidad y su responsabilidad institucional en el nuevo siglo del conocimiento.

Como ejemplos, una serie de movilizaciones estudiantiles y de profesores expresaron un emergente pronunciamiento a favor de impulsar una gran transformación en las universidades, fueran éstas públicas o privadas.

Así, y para mencionar algunos casos, esto se presentó de manera multitudinaria en las demandas del movimiento estudiantil Chileno (2011-2014), del Puertorriqueño (2011-2012), del Colombiano (2011), o del Mexicano (2011-2012). Todos daban cuenta de un giro cualitativo respecto a la manera como se habían presentado las exigencias de este sector respecto de los reglamentos y políticas, o de la tendencia dominante en el mundo académico de la agenda tradicional de debate sobre lo público y lo privado, con demostraciones que han trascendido el ámbito institucional hacia el nacional, con un gran impacto mediático y social.

En los casos de Ecuador, Brasil, México y Venezuela, la discusión respecto de una nueva agenda para el conjunto de la educación superior, empezó a cobrar un enorme interés en las comunidades universitarias, y aún más allá en el ámbito de otros sectores de la sociedad y de la vida política nacional.

En Ecuador se aprobó la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES, 2010) bajo una fuerte movilización universitaria, que se ha traducido en una de las reformas universitarias más profundas y de gran calado e integralidad en la región.

En Brasil se han ensayado y puesto en marcha sendos programas afirmativos hacia las minorías y sectores de tradicional marginalidad, con su muy importante avance en materia de pos-graduación (sobre todo al nivel de doctorado) y de investigación científica. También están los cambios que se han presentado en Argentina, que dan cuenta de una política harto diferenciada sobre el tratamiento del significado del bien público y de la responsabilidad del Estado frente al interés privado o el mercado. Otros tantos se han presentado en Colombia, en Bolivia, en Perú o en Costa Rica.

En este debate se han construido importantes innovaciones en las  universidades y nuevas conformaciones institucionales alrededor de unas 70 nuevas universidades e instituciones de educación superior en la región. Apesar de las circunstancias desafiantes que se ciernen sobre nuestros países, existe un renovado interés en ampliar y cualificar la base de investigadores, la producción endógena de conocimientos y sus relaciones con sistemas de innovación científico-tecnológica y redefinir el papel de la universidad en la sociedad.


SOURCE: Blogs de la Educación Mundial

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