Por: Gunes Basat.
¿Cómo hacer que las ciudades sean más habitables para las personas? ¿Cómo crear espacios públicos inclusivos y accesibles para todos?
No soy planificadora urbana ni arquitecta. Tampoco soy socióloga o antropóloga. Pero en base a mi experiencia personal, puedo decir las razones por las cuales los espacios públicos son importantes en la vida de las personas. Solo cierre los ojos por un segundo y piense en su espacio público favorito. ¿Qué es lo que más le gusta hacer allí? ¿Por qué cree que le gusta que este exista?.
A mí me gustan los espacios públicos porque brindan la oportunidad de respirar aire limpio en la ciudad y proporcionan un lugar donde recrearse, disfrutar y tener un sentido de pertenencia.
Sin embargo, después de escuchar a muchos prominentes expertos en desarrollo urbano durante el reciente “Simposio sobre los paisajes urbanos” organizado por el Banco Mundial, me di cuenta rápidamente que los espacios públicos son más que todas esas cosas. Me sorprendió ver y aprender que, para otros, los espacios públicos son lugares donde se desarrollan medios de subsistencia y son lugares esenciales para la interacción social, especialmente en el caso de los pobres.
A ese respecto, proporcionar a las personas nuevos espacios públicos, donde puedan sentirse invitados, bienvenidos y seguros, puede animarlas a pasar más tiempo al aire libre y fomentar la convivencia entre las comunidades de ingreso bajo.
No debería ser una sorpresa, entonces, que las normas de planificación recomienden destinar entre el 15 % y el 20 % del terreno de las ciudades a espacios abiertos al público… Sin embargo, la mayoría de las ciudades está por debajo de ese objetivo: en Estados Unidos, por ejemplo, el 75 % de las 100 urbes más grandes no cumple con este requisito.
Entonces, ¿cómo podemos trabajar con las ciudades para ayudarlas a crear un mejor entorno urbano y aprovechar el potencial de los espacios públicos?
Aunque, obviamente, las soluciones deben adaptarse al contexto específico de cada ciudad, durante el simposio se plantearon seis prioridades fundamentales:
Redefinición de la infraestructura teniendo en cuenta un desarrollo centrado en los espacios públicos:
Las ciudades no existen sin las personas y es importante configurar la ciudad de acuerdo a las necesidades de los habitantes. El diseño de los espacios públicos debe permitir que todos los vecinos se identifiquen con ellos para que se conviertan en un activo compartido que toda la comunidad pueda disfrutar. Deben adoptarse medidas para crear ciudades vibrantes y saludables para todas las personas independientemente de su edad o condición social, económica o étnica. Ubicar parques y áreas de juego a poca distancia, abrir las calles a las personas cerrándolas a los vehículos, y hacer más seguras las vías donde las personas caminan y andan en bicicleta son algunas de las acciones posibles que pueden marcar una gran diferencia.
Integración de los paisajes urbanos en los proyectos del Banco Mundial:
En varios proyectos del Banco Mundial, las intervenciones a nivel de las calles en las ciudades desempeñaron un papel decisivo en el mejoramiento de la calidad de vida de los beneficiarios en general, especialmente de los habitantes pobres y desfavorecidos, aumentando al mismo tiempo la habitabilidad, mejorando la prosperidad, y apoyando la transformación urbana. Sobre la base de estos resultados alentadores, ahora tenemos que explorar las oportunidades de ampliar este enfoque y garantizar que más proyectos urbanos incluyan un componente a nivel de calle.
Transformación de los espacios públicos y el paisaje de las calles:
Me encanta caminar, pero nunca antes pensé que esto cumplía una función dentro de la ciudad. El entorno donde se camina en las ciudades y la prioridad al tránsito de los peatones en las calles son muy importantes en materia de movilidad, lo que a su vez ofrece acceso universal a los espacios públicos.
Fomento del desarrollo económico a través de los lugares urbanos:
Los espacios públicos urbanos no solo pueden hacer que las personas se sientan mejor, seguras, e incluidas, sino que también pueden favorecer el desarrollo económico. La calidad de un lugar conduce al apego, y el apego conduce a un mayor crecimiento. ¿Cómo puede pasar esto? Porque además de ser sociable, accesible y cómodo, un buen lugar también debería ofrecer la posibilidad de ser usado de múltiples maneras y de realizar diversas actividades, que a su vez aumentan la actividad económica en dicho lugar. Por ejemplo, proyectos como el Parque Olímpico en Londres o el paseo en la orilla del río Anacostia en la ciudad de Washington contribuyeron al desarrollo económico de los vecindarios aledaños.
Medición de los espacios urbanos e innovación:
En el diseño urbano se podrían usar más datos cuantitativos. Y la innovación es, sin duda, un área sin límites. Conocer alternativas de diseños innovadores y, al mismo tiempo, más rápidas y baratas para los espacios públicos como los denominados parklets y Living Innovation Zones en San Francisco fue muy inspirador en ese sentido. Más de 60 parklets se han instalado en toda la ciudad desde 2010 y ofrecen comodidades como asientos, áreas verdes, estacionamientos para bicicletas y arte en la parte de la calle junto a la acera. Aún más interesante es que las Living Innovation Zones, que son instalaciones temporales creadas en la ciudad, no solo proporcionan espacios públicos para las personas, sino también una zona donde se pueden realizar exposiciones y actividades experimentales de proyectos creativos y tecnologías innovadoras.
Creación de espacios públicos más seguros e inclusivos:
Hay varios ejemplos de ciudades de diferentes lugares del mundo que tuvieron éxito en transformar entornos violentos, delictivos e inseguros, en lugares inclusivos, más seguros y habitables. Los proyectos de mejora del espacio público en Karachi (Pakistán), Medellín (Colombia) y Honduras, todos los cuales incluyen a los ciudadanos en el proceso, demostraron cómo este tipo de transformación puede ser posible. Crear espacios públicos “para y con las personas” fue fundamental en estos tres ejemplos. Y esta orientación hacia una mayor inclusión de los lugares públicos trajo consigo un sentido de pertenencia, unidad y a su vez seguridad a estos entornos.
De manera que, además de causar alegría, los espacios públicos pueden ofrecer mucho más a sus usuarios, especialmente a los pobres. ¿Cree que los espacios públicos de su vecindario están bien diseñados en ese sentido? Y, ¿podría cada uno y todos los ciudadanos de ese vecindario beneficiarse de esos servicios?
Nota publicada en Voces, Perspectivas del desarrollo del Banco Mundial, reproducida en PCNPost con autorización
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